Abel Igle­sias pre­sen­ta No home, su pri­me­ra expo­si­ción indi­vi­dual en Gale­ría Pun­to de Valen­cia. La pro­pues­ta se nos pre­sen­ta como una ins­ta­la­ción don­de el artis­ta abor­da el espa­cio como un ejer­ci­cio de refle­xión y de apro­pia­ción crí­ti­ca. La expo­si­ción se abri­rá al públi­co el pró­xi­mo jue­ves 12, a las 20 horas.

La pro­pues­ta pre­ten­de ser un cues­tio­na­mien­to de la idea de hábi­tat, y des­ve­lar las con­di­cio­nes del espa­cio y el no espa­cio enfren­tán­do­nos al con­cep­to de hogar. La ins­ta­la­ción, dise­ña­da espe­cí­fi­ca­men­te para el espa­cio expo­si­ti­vo de la gale­ría, ape­la a la viven­cia y a la expe­rien­cia que se tie­ne en una sala de expo­si­cio­nes (Whi­te Cube) como lugar exen­to de inter­fe­ren­cias para la obser­va­ción de obras de arte con­tem­po­rá­neo, ape­la a su sen­ti­do de per­te­nen­cia al espa­cio del artis­ta, a la sala como espa­cio tem­po­ral, como hogar no natu­ral del artis­ta.

No home esce­ni­fi­ca el hábi­tat como una fic­ción de per­te­nen­cia, que es anu­la­da por medio de una apro­pia­ción, la gale­ría para un artis­ta fun­cio­na como un no hogar como un espa­cio iner­te y caren­te de refe­ren­cias, de recuer­dos, como un no espa­cio.

En la inter­ven­ción el espa­cio de Gale­ría Pun­to es apro­pia­do por el artis­ta y trans­for­ma­do, en la antí­te­sis de un hogar, anu­lan­do el con­cep­to de con­fort, es una paro­dia del “Hogar Dul­ce Hogar”, un no hogar, sin vincu­lo afec­ti­vo, sin ape­go, sin fun­cio­na­li­dad, don­de los obje­tos nos recuer­dan y reme­mo­ran a mue­bles de casa pero son tra­ta­dos con dis­tan­cia y frial­dad, mesas de ace­ro, en las que no se pue­de apo­yar nada, sillas que nos impi­den sen­tar­nos, un hogar para ser visua­li­za­do, para ser obser­va­do, para ser dige­ri­do, pero para no ser vivi­do.

El artis­ta logra por medio de una dis­tan­cia crí­ti­ca, casi bur­les­ca, apro­piar­se de los códi­gos de repre­sen­ta­ción y las estruc­tu­ras for­ma­les exis­ten­tes en una gale­ría, para trans­for­mar­lo en una ima­gen habi­ta­da, la apro­pia­ción ya no es del espa­cio, ¿es de la ima­gen y tal vez del códi­go que con­lle­va?, para gene­rar un espa­cio ines­pe­ra­do, un “no lugar”, exa­ge­ran­do sus pro­pie­da­des esté­ti­cas e inu­ti­li­zan­do sus pro­pie­da­des fun­cio­na­les. No home es un esce­na­rio a ser inter­pre­ta­do por las expe­rien­cias del visi­tan­te, como el encar­ga­do de recrear la expe­rien­cia artís­ti­ca y vivir en el inte­rior de una obra, habi­tar un no espa­cio bus­can­do la extra­ñe­za y la inco­mo­di­dad de un “No Hogar”.

Abel Igle­sias nació en Llei­da en 1994, loca­li­dad don­de empe­zó su anda­du­ra como artis­ta urbano rea­li­zan­do graf­fi­tis des­de los 12 años. Los estu­dios lle­va­rían a cur­sar un gra­do de cerá­mi­ca en Mani­ses y, final­men­te, a fijar su resi­den­cia en Valen­cia, don­de tie­ne su estu­dio. Su tra­ba­jo está pre­sen­te en dife­ren­tes espa­cios urba­nos de ciu­da­des como Valen­cia o Madrid, ade­más de haber expues­to su obra en Mata­de­ro Madrid o el Mac­ba de Bar­ce­lo­na.

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