La exposición «Destino: vida. Crónica fotográfica del éxodo ucraniano» podrá visitarse hasta el 15 de febrero
El Centre Cultural La Nau de la Universitat de València inaugura este jueves 22 una exposición de fotografías de Benito Pajares sobre refugiados de la invasión de Ucrania con el título Destino: vida. Crónica fotográfica del éxodo ucraniano.
El pasado 1 de marzo, el fotoperiodista Benito Pajares, premio World Press Photo en 2006, llegó a Przemysl, en la frontera entre Polonia y Ucrania, con un grupo de voluntarios de la ONG Juntos por la Vida, para colaborar como voluntario en la evacuación y el traslado de refugiados. También para documentar con su cámara la tragedia de los refugiados ucranianos.
La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 5 de febrero, está promovida por el Vicerrectorado de Cultura y Sociedad y por la Fundación Juntos por la Vida. El acto de apertura comenzará a las 18 horas en el Claustro, con la actuación del coro Voces por Benín, que interpretará un repertorio de música coral estándar y africana.
Pajares explica que viajó a la zona «como un voluntario más». A diferencia de otros trabajos que ha realizado como fotoperiodista, en esta ocasión el impulso inicial no era profesional, sino solidario. «Allá hice de todo, desde conducir una furgoneta a repartir ropa y alimentos entre los refugiados». Eso sí, con su cámara siempre al lado, documentando cada jornada.
«Navegar por ríos humanos»
Por su parte, la presidenta de Juntos por la Vida, Clara Arnal, recuerda el papel de la Universitat: «Durante tres meses navegamos por verdaderos ríos humanos y tuvimos la suerte de ayudar a muchas personas a llegar a España de manera segura. El primer autobús lo hizo el 7 de marzo en la Universitat de València, que rápidamente nos ofreció su inestimable ayuda a la causa ucraniana. Esa madrugada, cincuenta familias esperaban las primeras refugiadas con hijos».
Como explica la presidenta de la ONG, «desde entonces más de 400 familias y más de 100 voluntarios han formado parte de un ejército de solidaridad, que, junto con instituciones, empresas y otras entidades, hacen todavía posible que la vida sea el destino de tantas víctimas de este conflicto».
El cónsul honorario de Ucrania en la Comunidad Valenciana, Pablo Gil, proclama que el destino de los ucranianos «es la vida y el anhelo de vivir la Vida, con mayúscula, en paz, en armonía y libertad». Y concluye: «El pueblo ucraniano es tozudo, perseverante y osaría decir que indestructible».
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