Nos habéis preguntado por un vídeo que afirma que las pistolas para medir la temperatura “matan las neuronas” y que la temperatura se puede medir tanto en la frente como “en el dedo del pie”. No hay evidencias de que estos dispositivos sean perjudiciales para la salud. Además, la temperatura no se puede medir en cualquier parte del cuerpo de forma indistinta, según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Os contamos lo que sabemos al respecto.
No hay evidencias de que las pistolas para medir la temperatura sean perjudiciales para la salud
En el vídeo, un supuesto doctor llamado José Mena afirma que a todas las personas a las que les han medido la temperatura en los supermercados y tiendas no se les da información sobre “lo que hace esa pistolita”. “Te están matando las neuronas. Hoy te matan 1.000 neuronas, pasado otras 1.000, pasado mañana otras 1.000”, indica el supuesto doctor.
A día de hoy no hay evidencias de que estas pistolas para medir la temperatura “maten” las neuronas. Pablo Eguia, vocal de la Sociedad Española de Neurología, explica a Maldita Ciencia que “las afirmaciones de este vídeo son totalmente falsas”. Asegura que estos dispositivos “no emiten ninguna señal perjudicial y por tanto no dañan nuestro organismo”.
En la misma línea se posiciona Conchi Lillo, profesora de la Universidad de Salamanca y neurobióloga: “Nada de lo que cuentan en el vídeo tiene ninguna evidencia científica, no se matan mil neuronas cada vez que se mide la temperatura, estaríamos todos muertos a estas alturas”.
Según cuenta a Maldita Ciencia, es imposible que este tipo de dispositivos “pueda provocar daño alguno en nuestro organismo porque las pistolas para medir la temperatura, a pesar de que se llamen ‘de infrarrojos’, no emiten, sino que recogen la información del calor que desprende un cuerpo”.
Los humanos, según explica, emitimos calor en forma de infrarrojos. “Nuestros ojos no perciben este tipo de radiación, pero hay aparatos que sí lo hacen, como estas pistolas medidoras de temperatura, que usan esta tecnología para recoger la información del calor corporal”, cuenta.
E incluso en el caso de que emitieran radiaciones infrarrojas, “estas tendrían que ser muy concentradas y de una gran potencia para que fueran potencialmente dañinas”.
Raúl Máximo, ingeniero de soporte técnico de PCE Instruments (una empresa que comercializa dispositivos de este tipo) insiste en que “un termómetro infrarrojo de frente sin señalador láser o de otro tipo no debe emitir nada, salvo la mínima radiación electromagnética que pueda emitir cualquier equipo electrónico de pequeña potencia, que no está demostrado que suponga ningún daño a las neuronas”.
“De demostrarse algo así, tendríamos que prescindir de todo equipo eléctrico y electrónico que tengamos y volver a la Edad de Piedra”, dice a Maldita Ciencia.
Estos dispositivos son productos sanitarios y, como tal, han tenido que pasar unos controles
Ni la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ni la Agencia de Medicamentos y Alimentación Americana (FDA) hacen ninguna referencia sobre que los termómetros infrarrojos tengan posibles contraindicaciones que perjudiquen la salud, tal y como destaca a Maldita Ciencia Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Los termómetros son productos sanitarios y, para comercializarse legalmente en la Unión Europea, deben haber sido evaluados por un Organismo Notificado y estar provistos del marcado CE (que garantiza que cumple unos requisitos de seguridad, eficacia y calidad).
Antonio Blanes, responsable de Servicios Técnicos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, explica a Maldita Ciencia que antes de salir al mercado, han tenido que superar una serie de ensayos. Por ejemplo, “de calibración y precisión o los ensayos de protección frente a peligros eléctricos, radiaciones indeseadas, temperaturas excesivas”.
Además, entre las imprecisiones del vídeo, Blanes destaca que “se está comparando un termómetro por infrarrojos con los rayos X (radiografía)”. “La toma de imágenes con rayos X supone la exposición de una parte del cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo y no tiene nada que ver con el funcionamiento de uno de estos termómetros por infrarrojos”, añade.
“La temperatura no se puede medir en cualquier parte del cuerpo de forma indistinta”
En el vídeo, la persona que habla también afirma que cuando va al supermercado le dice al guardia que no le acerque el dispositivo a la cabeza y que mejor se le ponga “la lamparita en el brazo”. Acto seguido, afirma que “la temperatura se la pueden medir hasta en el dedo de pie”.
La temperatura no se puede medir en cualquier parte del cuerpo de forma indistinta, según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos. La temperatura normal del cuerpo “se considera cercana a los 37 grados centígrados”. Pero “tanto la edad, las características de la propia persona, la hora del día o la zona del cuerpo donde se toma la temperatura, son factores que pueden afectar a la temperatura”.
Por ejemplo, Armenteros explica que la temperatura promedio normal oral es de aproximadamente 37°C mientras que la temperatura rectal suele ser entre 0,3°C y 0,6°C más alta que la oral y la medida en la frente suele ser entre 0,3°C y 0,6°C más baja que la oral.
Según cuenta Blanes, una medición debajo del brazo “tiene un mayor impacto de la temperatura ambiente”. Los termómetros infrarrojos frontales “están preparados para tomar la temperatura, específicamente, en la frente”.
Si se toma en otras partes, “puede ser variable y los resultados no serán óptimos”. “Incluso, si una persona lleva maquillaje o una crema hidratante, se puede alterar las mediciones”, afirma.
“No se oculta nada, en las especificaciones de estos equipos se puede comprobar su uso y seguridad”
En este vídeo, se afirma que “a las autoridades sanitarias no les interesa que esto se sepa porque son cómplices con el poder oculto para que vendan más medicamentos”. Lillo recuerda que estos termómetros se llevan usando desde hace ya muchos años y critica los vídeos que, sin evidencias, alertan que “las autoridades sanitarias ‘nos ocultan’ información para mantenernos enfermos”.
“Cualquier vídeo con teorías conspiranoicas sin más información es falso. Los equipos que se usan para medir temperatura están regulados y han pasado todos los controles de seguridad. No se oculta nada, en las especificaciones de estos equipos se puede comprobar su uso y seguridad”, concluye.
No es la primera vez que se difunden textos o vídeos que afirman que estas pistolas para medir la temperatura pueden ser perjudiciales para la salud. Por ejemplo, en Maldita Ciencia ya os explicamos que no se ha demostrado que los controles de temperatura puedan ser peligrosos para los ojos.
Comparte esta publicación
Suscríbete a nuestro boletín
Recibe toda la actualidad en cultura y ocio, de la ciudad de Valencia