Corta y Pega
Mucho ha cambiado desde los orígenes del cartelismo en la Francia de finales de siglo XIX cuando Toulousse-Lautrec elevó a la categoría de arte sus obras del vodevil.
Los periodos de guerra posteriores provocaron una proliferación de los carteles de reclutamiento y propaganda. Los años 60, con el Pop art y los movimientos contraculturales, vieron un nuevo auge de carteles y posters, particularmente los producidos por los estudiantes franceses en Mayo del 68.
A día de hoy las calles vuelven a llenarse cartelería, esta vez por artistas urbanos que recuperan el formato y lo han tomado como una de las manifestaciones más habituales del street art. Bien por la inmediatez; por el carácter menos agresivo con su entorno y, por consiguiente, de una mayor tolerancia por parte de las autoridades; o bien por la posibilidad de trabajar tranquilamente en el taller y luego no tener más que encolar la obra a la pared.
Al final, en Valencia, el terreno que nos rodea, podemos encontrar bastantes muestras de arte en la calle cuyo medio es el papel. Olivia y sus chicas (siempre la novia de Popeye) caracterizadas de época, geisha o en vertiente sadomaso. Los aviones de papel de Flug surcando las paredes. Demia Concept y sus mandalas. La psicodelia surrealista de RiezgosozyalDondemires y Disnelexia. O los personajes híbridos entre hombre y animal de Vinz Feel Free: cuerpos humanos fotografiados en blanco y negro y con cabezas de pájaro, pez o reptil pintadas sobre él.
Otras intervenciones son el pegado masivo de carteles a modo propagandístico de Are you Dead? y las reproducciones monocromáticas de La Mugre de edificios como La Fe, el Miguelete o los tejados de Valencia.
La mayoría de estas obras no suelen durar mucho, bien por las inclemencias del tiempo, el efecto del sol o largas manos que las arrancan. Al fin y al cabo no son más que papel y cola.
Por: Vicente Torres Fotos: Are you dead?, Vinz Feel Free y La Mugre
Mucho ha cambiado desde los orígenes del cartelismo en la Francia de finales de siglo XIX cuando Toulousse-Lautrec elevó a la categoría de arte sus obras del vodevil.
Los periodos de guerra posteriores provocaron una proliferación de los carteles de reclutamiento y propaganda. Los años 60, con el Pop art y los movimientos contraculturales, vieron un nuevo auge de carteles y posters, particularmente los producidos por los estudiantes franceses en Mayo del 68.
A día de hoy las calles vuelven a llenarse cartelería, esta vez por artistas urbanos que recuperan el formato y lo han tomado como una de las manifestaciones más habituales del street art. Bien por la inmediatez; por el carácter menos agresivo con su entorno y, por consiguiente, de una mayor tolerancia por parte de las autoridades; o bien por la posibilidad de trabajar tranquilamente en el taller y luego no tener más que encolar la obra a la pared.
Al final, en Valencia, el terreno que nos rodea, podemos encontrar bastantes muestras de arte en la calle cuyo medio es el papel. Olivia y sus chicas (siempre la novia de Popeye) caracterizadas de época, geisha o en vertiente sadomaso. Los aviones de papel de Flug surcando las paredes. Demia Concept y sus mandalas. La psicodelia surrealista de RiezgosozyalDondemires y Disnelexia. O los personajes híbridos entre hombre y animal de Vinz Feel Free: cuerpos humanos fotografiados en blanco y negro y con cabezas de pájaro, pez o reptil pintadas sobre él.
Otras intervenciones son el pegado masivo de carteles a modo propagandístico de Are you Dead? y las reproducciones monocromáticas de La Mugre de edificios como La Fe, el Miguelete o los tejados de Valencia.
La mayoría de estas obras no suelen durar mucho, bien por las inclemencias del tiempo, el efecto del sol o largas manos que las arrancan. Al fin y al cabo no son más que papel y cola.
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