El Centre del Carme Cultura Contemporània ha abierto al público desde este fin de semana la exposición Acciones Cotidianas de la artista valenciana, Maribel Domènech. La muestra se enmarca dentro de la convocatoria Trajectòries del Consorci de Museus y repasa 35 años del arte comprometido y feminista de la artista valenciana Maribel Domènech, a través de esculturas, instalaciones, fotografías, vídeos y proyectos colaborativos.
La exposición, que prodrá visitarse hasta el 11 de octubre, fue presentada por el director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, acompañado por la artista y con la intervención por videoconferencia de su comisaria, Rocío de la Villa. Pérez Pont ha señalado que “en esta exposición hay una doble reivindicación, de un lado reconocer el trabajo de una creadora de excepción que fue apartada de los circuitos públicos del arte en València por su activismo en el conflicto del Cabanyal, y por otro lado la lucha que ha mantenido siempre esta artista contra la violencia de género a través de sus obras”.
El director del Centre del Carme recordó que “la muestra estaba preparada para abrirse el pasado 13 de marzo cuando se decretó el estado de alarma por la crisis sanitaria. En este tiempo el proyecto ha ido madurando, hemos tenido la oportunidad de acercarnos a la obra de Maribel Domènech de un modo diferente a través de su visita virtual y hoy por fin podemos disfrutar de la experiencia del arte en vivo, interactuando con piezas que se activan con la presencia del público y presentando el catálogo que reúne las reflexiones acerca de su trayectoria”.
La comisaria de la exposición, Rocío de la Villa, explicó que “esta exposición es importante no solamente porque es una retrospectiva que responde a la convocatoria de ‘Trajectòries’, sino porque en esa mirada de síntesis a 35 años de trabajo, toda la obra que pertenece a la última década no se ha visto en la Comunitat Valenciana. En Maribel Domènech, que tiene obra en colecciones y museos en Europa y Latinoamérica, se daba la paradoja de que ella estaba exponiendo en Brasil pero sus obras no se veían en su ciudad”.
El trabajo de Maribel Domènech gira en torno a la reflexión de la vida cotidiana: donde se entrecruzan lo íntimo y lo social en narraciones visuales, emocionales y performativas, que expresan el compromiso con la experiencia vivida y reclaman la participación de sus destinatarios. A lo largo de 12 estancias se pueden reconocer las distintas problemáticas que atraviesan la obra de Maribel Domènech: el movimiento feminista, la lucha contra la violencia de género, el cambio climático o el paso del tiempo. Entre ellas destaca la sala central de Ferreres donde se ha situado el proyecto ‘Trilogía de la vida’ a través de tres vestidos que simbolizan el pasado, el presente y el futuro.
Aunque la nueva situación ya permite la visita física a las instalaciones, el Centre del Carme también ofrece la posibilidad de realizar un recorrido virtual por la misma a través de su página web. En este caso, el visitante se encuentra con la sorpresa de una decimotercera sala a la que solo es posible acceder mediante esta visita virtual.
Desde mediados de los noventa, Maribel Domènech utiliza cables eléctricos conductores de comunicación para crear figuras y palabras empoderantes que explicitan su posición feminista, en instalaciones contra la violencia de género y de resistencia ante los embates de la vida. El eje longitudinal de la exposición está protagonizado por estas piezas de resonancia autobiográfica que subrayan la reflexión sobre el transcurso vital y el compromiso arraigado en la experiencia.
Para observar el mundo a cierta distancia tejido en cable negro, habla del distanciamiento ante el presente desde la interioridad. En Como una habitación llena de luz, se aborda el pasado: el vestido tejido con cable blanco lleva detrás un camino de luz que simboliza todo lo que arrastramos.
Esta trilogía está todavía en proceso, ya que Domènech aún sigue trabajando en la tercera pieza dedicada al futuro y para la que cada día teje un metro. Según la artista, que reconoce que estos vestidos pueden llegar a pesar en torno a los 200 kilos “empecé a tejer estas piezas como una forma de proteger los cuerpos, su intimidad y su identidad”. La exposición incluye varias instalaciones inéditas realizadas ex professo para el Centre del Carme como Seguimos de luto y con rabia.
Maribel Domènech ha explicado que “los feminicidios son reflejados en estas obras realizadas en guirnaldas de luz. Esas guirnaldas, que utilizamos en Navidad para celebrar un momento feliz, aquí están denunciando lo que sucede en esos hogares y fuera de ellos también. Aquí hay 100 feminicidios cometidos, de los cuales hay 11 de niños y niñas que se reflejan en una pequeña casa realizada en leds rojos y que hablan de cuando el enemigo está en casa”.
Esta pieza enlaza con la obra realizada por Maribel Domènech hace diez años sobre violencia de género, la exposición Peregrinatio. Arte en las ermitas de Sagunto coordinada por el Consorci de Museus en 2008, que también recogía 100 feminicidios. “De ahí el título de esta instalación, diez años después, seguimos de luto y con rabia”, ha explicado Domènech.
La muestra reivindica a una artista que fue apartada de los circuitos públicos de arte en Valencia por su activismo en defensa del Cabanyal
Esta exposición muestra, además, su escultura en hierro en la década de los ochenta, cuando su objetivo era ya narrar la vida cotidiana. Comprende su etapa posminimal, en la que predominan piezas de aluminio y ambientes lumínicos con los que explora una narratividad emocional ligada al habitar. Espacios desde los que proyecta las primeras instalaciones y piezas translúcidas blandas dirigidas a mostrar experiencias de vulnerabilidad.
Cierra la muestra otra obra de nueva creación como es En movimiento constante (2017–2020), una instalación audiovisual realizada para esta muestra que simboliza el movimiento feminista y ecologista, dos corrientes que se unen en la lucha.
El movimiento marino de un conjunto de boyas de distintos tamaños, colores y materiales simboliza el movimiento de género celebrando el 8 de marzo en los últimos años en España, en sintonía con otros países occidentales donde las mujeres están siendo decisivas para el cambio social: un giro humanitario y ecofeminista que también se enfrenta a la emergencia climática.
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