La obra, dirigida por Luis Luque, podrá verse del 2 al 5 de febrero en el Teatro Olympia

Una esce­na de la obra (JERÓNIMO MORALES / FESTIVAL DE MÉRIDA).

Ale­jo Sau­ras y Mina El Ham­ma­ni enca­be­zan el joven elen­co com­pues­to por Julia Rubio, Eduar­do Mayo, Omar Zara­go­za, Jia­ying Li, Ale­jan­dro Lina­res y Die­go Rodrí­guez que pro­ta­go­ni­za­rán Edi­po, de Paco Beze­rra, bajo la direc­ción de Luis Luque, del 2 al 5 de febre­ro en el Tea­tro Olym­pia de Valen­cia.

Esta copro­duc­ción del Fes­ti­val de Méri­da del año 2021 jun­to con el Tea­tro Espa­ñol y Pen­ta­ción Espec­tácu­los,  recrea el mito de Edi­po, su encuen­tro con la Esfin­ge, el ase­si­na­to de Layo, el matri­mo­nio con Yocas­ta y, en defi­ni­ti­va, la tra­ge­dia que des­en­ca­de­nó la vida de este des­di­cha­do rey de Tebas, que sir­vió en la anti­güe­dad para expli­car el deter­mi­nis­mo cos­mo­ló­gi­co y cómo todo está mar­ca­do por el des­tino.

El direc­tor, Luis Luque, ase­gu­ra que ha reu­ni­do a un equi­po inter­ra­cial y joven, «por­que nece­si­ta­mos atraer a los jóve­nes al tea­tro, jóve­nes que ya están pre­pa­ra­dos para enfren­tar­se a las gran­des pre­gun­tas del hom­bre».

Por su par­te, el autor, Paco Beze­rra, expli­ca la géne­sis del tex­to, que dio varias vuel­tas has­ta con­ver­tir­se en «un Edi­pometa­fí­si­co inmer­so en una pesa­di­lla fan­tas­ma­gó­ri­ca de la que inten­ta esca­par. Ya vere­mos si lo con­si­gue o no».

En la obra, Edi­po duer­me al bor­de de un camino has­ta que des­pier­ta al escu­char la voz de una extra­ña pre­sen­cia: un hom­bre que, ocul­to bajo un cas­co de metal, comien­za a hablar­le acer­ca de un mons­truo, una ciu­dad y una recom­pen­sa.
Edi­po, des­con­fia­do, recha­za la invi­ta­ción del mis­te­rio­so caba­lle­ro que no duda en seguir insis­tien­do has­ta con­se­guir que Edi­po se des­víe de su camino, se enfren­te al mons­truo y, con­ver­ti­do en rey, ter­mi­ne entran­do en la ciu­dad de Tebas.

Ale­jo Sau­ras en el papel de «Edi­po» (JERÓNIMO MORALES / FESTIVAL DE MÉRIDA).

En palabras de los autores

Jesús de Naza­ret mar­chó al desier­to, duran­te cua­ren­ta días, y a su regre­so vol­vió con un men­sa­je que cam­bió el mun­do. Buda, en silen­cio, se sen­tó deba­jo de un árbol has­ta que reci­bió una ense­ñan­za con la que ilu­mi­nó al con­ti­nen­te asiá­ti­co. Moi­sés atra­ve­só un desier­to, subió has­ta una mon­ta­ña y, tras su des­cen­so, fun­dó una nue­va socie­dad. Todas estas figu­ras y mitos ances­tra­les tie­nen en común el esfuer­zo, el sacri­fi­cio y la renun­cia. ¿O aca­so es posi­ble cam­biar el mun­do de otra mane­ra? 

Para ser con­si­de­ra­do un héroe, uno ha de sacri­fi­car una par­te muy impor­tan­te de sí mis­mo. Y no sólo eso, ade­más, ha de crear algo nue­vo y prós­pe­ro. Exac­ta­men­te lo que hizo Edi­po, que se con­vir­tió en mito en el momen­to en que deci­dió des­cu­brir la ver­dad para sal­var del exter­mi­nio a su pue­blo —aun­que, toman­do tal deci­sión, le ter­mi­na­ra sobre­vi­nien­do la mayor de las des­gra­cias—. 

El mito es un rela­to fun­da­cio­nal que, al tiem­po que, a tra­vés de los sím­bo­los, nos expli­ca el orden del mun­do, tam­bién nos plan­tea un inte­rro­gan­te; una pre­gun­ta que nos seña­la a cada uno de noso­tros y nos com­pro­me­te a todos: ¿Quién es el valien­te que, hoy en día, se atre­ve­ría a seguir apos­tan­do por la ver­dad, a pesar de saber que esa ver­dad le pue­de aca­bar per­ju­di­can­do? ¿Quién es el valien­te que, hoy en día, se atre­ve­ría a luchar por el bien de una comu­ni­dad, a pesar de saber que sus pri­vi­le­gios podrían ver­se mer­ma­dos? ¿Quién es el valien­te que, hoy en día, se atre­ve­ría a pre­gun­tar­se, cada vez que se levan­ta: «¿Quién soy y qué he veni­do a hacer a este mun­do?». Sí, éstas son algu­nas de las tan­tas y tan­tas pre­gun­tas que, des­de la anti­güe­dad, nos sigue lan­zan­do esta par­ti­cu­lar his­to­ria: ¿Quién es el valien­te que, hoy en día, se atre­ve­ría a ser Edi­po?

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