El IVC reedita “El cancionero de Uppsala”, una de las grandes recopilaciones del Renacimiento español

También conocido como ‘Cancionero del Duque de Calabria’, fue recopilado en el siglo XVI en la corte valenciana de Fernando de Aragón. El trabajo de la musicóloga Maricarmen Gómez Muntané continúa siendo la única edición crítica de la colección. 

‘Can­cio­ne­ro del Duque de Cala­bria’,

La Vice­pre­si­den­cia Pri­me­ra y Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra y Depor­te, a tra­vés del Ins­ti­tut Valen­cià de Cul­tu­ra (IVC), ha reedi­ta­do ‘El Can­cio­ne­ro de Upp­sa­la’, tam­bién cono­ci­do como ‘Can­cio­ne­ro del Duque de Cala­bria’, un libro que con­tie­ne sobre todo villan­ci­cos espa­ño­les de la épo­ca rena­cen­tis­ta.
Fue reco­pi­la­do en la cor­te de Fer­nan­do de Ara­gón, Duque de Cala­bria, en Valèn­cia, y publi­ca­do en 1556, en Vene­cia, por el repu­tado impre­sor Giro­la­mo Scot­to. Cons­ti­tu­ye un tes­ti­mo­nio excep­cio­nal de la incor­po­ra­ción de Espa­ña, y muy en par­ti­cu­lar de los com­po­si­to­res rela­cio­na­dos con el entorno de los duques de Cala­bria, a las corrien­tes musi­ca­les del Rena­ci­mien­to tem­prano.
El impre­so, con for­ma­to de libro de coro, fue des­cu­bier­to a prin­ci­pios del siglo XX en la biblio­te­ca uni­ver­si­ta­ria de la ciu­dad de Upp­sa­la (Sue­cia), por el musi­có­lo­go y diplo­má­ti­co Rafael Mit­ja­na. El hallaz­go fue muy impor­tan­te por tra­tar­se de uno de los raros impre­sos con reper­to­rio vocal espa­ñol del Rena­ci­mien­to de géne­ro pro­fano, y el pri­me­ro edi­ta­do en el extran­je­ro.
Des­de Mit­ja­na han sido varios los estu­dio­sos que se han ocu­pa­do del Can­cio­ne­ro, entre ellos el pia­nis­ta de Vina­ròs Leo­pol­do Que­rol. Se ha edi­ta­do varias veces en for­ma de fac­sí­mil, pero nadie había rea­li­za­do una edi­ción crí­ti­ca has­ta que lo hizo la musi­có­lo­ga Mari­car­men Gómez Mun­ta­né para la Biblio­te­ca Valen­cia­na en 2003, a ins­tan­cias del Ins­ti­tut Valen­cià de la Músi­ca. Esta edi­ción incluía un fac­sí­mil y se ago­tó al cabo de un tiem­po.

Par­ti­tu­ra de ‘El can­cio­ne­ro de Upp­sa­la’

La nue­va edi­ción del IVC pres­cin­de del fac­sí­mil, pues la Uni­ver­si­dad de Upp­sa­la ha pues­to el libro en for­ma­to elec­tró­ni­co a dis­po­si­ción del públi­co a tra­vés de sus repo­si­to­rios. Su res­pon­sa­ble cien­tí­fi­ca incor­po­ra la infor­ma­ción que en los últi­mos años ha aflo­ra­do en torno al reper­to­rio del Can­cio­ne­ro, en par­ti­cu­lar la que tie­ne que ver con la vida y obra de uno de sus auto­res mejor repre­sen­ta­dos, Matheo Fle­cha el Vie­jo.
El duque de Cala­bria
Fer­nan­do de Ara­gón (1488–1550), duque de Cala­bria, era hijo de Fede­ri­co II de Nápo­les y vivió has­ta los 14 años en el rei­no napo­li­tano. Lue­go se tras­la­dó a la cor­te de Fer­nan­do el Cató­li­co en Espa­ña y lle­gó a casar­se con Ger­ma­na de Foix, la que fue­ra segun­da espo­sa del rey Cató­li­co.
Su con­di­ción de aman­te y mece­nas de la músi­ca guar­da muchas con­co­mi­tan­cias con la de sus ante­pa­sa­dos, y muy en espe­cial con la de su bisa­bue­lo Alfon­so el Mag­ná­ni­mo (1396–1458). Los duques fija­ron su resi­den­cia en Valèn­cia y entre los músi­cos a su ser­vi­cio des­ta­ca Luis Milán, com­po­si­tor, poe­ta y sona­dor de cuer­da de renom­bre.
El Museo de Bellas Artes de Valèn­cia cuen­ta den­tro de su colec­ción con un esplén­di­do retra­to de Fer­nan­do de Ara­gón, duque de Cala­bria, obra de Giu­sep­pe Fac­ci­pon­ti.
En el Can­cio­ne­ro de Upp­sa­la pre­do­mi­nan los villan­ci­cos, pero tam­bién hay can­cio­nes, estri­bo­tes, can­ti­gas y otras for­mas poé­­ti­­co-musi­­ca­­les de tipo tra­di­cio­nal, así como tonos de can­to llano y tonos de can­to de órgano. Lo for­man el tipo de can­cio­nes a las que Juan Vás­quez cali­fi­ca de ‘ale­gres’, que cuen­tan, en tono cor­tés y popu­lar, las cui­tas amo­ro­sas de sus pro­ta­go­nis­tas o la bue­na nue­va del naci­mien­to de Cris­to
Las obras se dan como anó­ni­mas sal­vo una del com­po­si­tor fla­men­co Nico­lás Gom­bert. Pero se pue­den atri­buir otras a Bar­to­lo­mé Cár­ce­res y Matheo Fle­cha, que serían los dos auto­res mejor repre­sen­ta­dos en el ‘Can­cio­ne­ro de Upp­sa­la’, y a Pedro de Pas­tra­na, que fue maes­tro de capi­lla del duque. El des­co­no­ci­do autor de la reco­pi­la­ción, ase­gu­ra Mari­car­men Gómez en su estu­dio, debió ser un pro­fun­do cono­ce­dor del reper­to­rio.

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