EUNOIA: EL DICCIONARIO DE LAS PALABRAS INTRADUCIBLES DE INTERNET

El esque­ma y el con­tex­to tem­po­ral de «El Lar­go Aho­ra»

 @adolfoplasencia

9 de diciem­bre, 2022

Hay una fun­da­ción con sede en San Fran­cis­co, Cali­for­nia, cuyo nom­bre mis­mo podría ser un oxí­mo­ron. Se lla­ma The Long Now Foun­da­tion (La Fun­da­ción del Lar­go Aho­ra), y sur­gió como res­pues­ta a la deri­va del tiem­po pre­sen­te que ha pro­vo­ca­do sobre todo la digi­ta­li­za­ción y que obli­ga hoy a miles de millo­nes de per­so­nas de las socie­da­des glo­ba­les a vivir arti­fi­cial­men­te en una urgen­cia, que no es tal, y aco­mo­da­das a una cul­tu­ra que fomen­ta la visión del «más rápi­do y más bara­to».

Esta fun­da­ción hace lo con­tra­rio. Plan­tea des­de una visión opti­mis­ta, —que con­fía en la capa­ci­dad de la con­di­ción huma­na para evi­tar su pro­pia extin­ción—, y fomen­ta el pen­sa­mien­to a lar­go pla­zo y el deba­te len­to. Un ejem­plo de su modus ope­ran­di pue­de ser la nomen­cla­tu­ra que usa al nom­brar los años median­te cin­co dígi­tos para resol­ver el , pro­yec­tán­do­se de esta mane­ra, racio­nal­men­te, hacia un futu­ro remo­to. Su misión decla­ra­da afir­ma: «nues­tro tra­ba­jo fomen­ta la ima­gi­na­ción en la esca­la de tiem­po de la civi­li­za­ción —los pró­xi­mos y últi­mos 10.000 años—, un lap­so de tiem­po que lla­ma­mos The Long Now («El lar­go aho­ra»). Espe­ra­mos ayu­dar a que sea­mos bue­nos ante­pa­sa­dos y pre­ser­var las posi­bi­li­da­des para el futu­ro de los huma­nos».

Para esta Fun­da­ción, aho­ra mis­mo, esta­mos en el final del año 02022. Pro­me­to hablar más aquí de esta ins­ti­tu­ción moder­na —pero no pos­mo­der­na—, por lo intere­san­te de sus plan­tea­mien­tos, a con­tra­co­rrien­te de las modas actua­les. La visión de lar­go pla­zo de Long Now Foun­da­tion sigue la mis­ma línea del inter­net utó­pi­co del prin­ci­pio, abier­to a la huma­ni­dad, común, y sin ani­mo de lucro, de los pio­ne­ros de la red, que prin­ci­pal­men­te mate­ria­li­za­ron gen­te como Tim Ber­ners-Lee, que inven­tó la web en el CERN con la visión de que el acce­so libre y abier­to a la infor­ma­ción y al cono­ci­mien­to, fór­mu­la­ción civi­li­za­to­ria pro­pia de lo mejor de la con­di­ción huma­na; como tam­bién lo fue La Decla­ra­ción de Inde­pen­den­cia del Ciber­es­pa­cio de John Perry Bar­low; o aún lo son, por ejem­plo, extra­or­di­na­rias ini­cia­ti­vas como Wiki­pe­dia, co-fun­­da­­da por Jimmy Wales, que comen­zó el 15 de enero de 2001 y ahí sigue como un ejem­plo del que, en el mejor Inter­net, el tra­ba­jo altruis­ta coope­ra­ti­vo es posi­ble y sos­te­ni­ble. La bon­dad evi­den­te de estas pro­pues­tas sigue ahí en Inter­net, a pesar de las nue­vas ase­chan­zas.

Eunoia, los términos intraducibles

Hay tam­bién otros pro­yec­tos con esa filo­so­fía, pero hoy habla­ré de uno   modes­to, de los más nue­vos y muy ori­gi­nal: Eunoia, un dic­cio­na­rio muy espe­cial al que se pude acce­der en abier­to a tra­vés de inter­net y que pue­de ser útil para des­ci­frar algu­nos tér­mi­nos con los que tro­pe­za­mos en la red y son de difí­cil o com­pli­ca­da tra­duc­ción. Su nom­bre, Eunoia, es en sí mis­mo una pala­bra intra­du­ci­ble. Sig­ni­fi­ca «men­te sana» o «pen­sa­mien­to bello».

Este nom­bre está muy bien ele­gi­do. En retó­ri­ca, la eunoia (en grie­go anti­guo: εὔνοιᾰ); roma­ni­za­do como eúnoia, lite­ral­men­te quie­re decir «men­te bue­na; pen­sa­mien­to bello». En la anti­gua Gre­cia, el tér­mino se refe­ría a la bue­na volun­tad que los ora­do­res cul­ti­va­ban entre ellos y su públi­co como una con­di­ción de bue­na recep­ti­vi­dad. En el libro VIII de la Éti­ca Nico­ma­quea, Aris­tó­te­les uti­li­za el tér­mino para refe­rir­se a los sen­ti­mien­tos ama­bles y bené­vo­los de bue­na volun­tad que tie­nen los cón­yu­ges y que for­man la base del fun­da­men­to éti­co de la vida huma­na. Tam­bién Cice­rón se refie­re a ese tér­mino y tra­du­ce εὔνοιᾰ al latín con la pala­bra lati­na bene­vo­len­tia.

La base de este dic­cio­na­rio fue crea­da en sólo 24 horas por la tec­nó­lo­ga y empren­de­do­ra Steph Smith, y ofre­ce cien­tos de pala­bras intra­du­ci­bles en un dic­cio­na­rio onli­ne útil y acce­si­ble que pue­des con­sul­tar, y al que tú pue­des apor­tar nue­vas pala­bras intra­du­ci­bles.

El usua­rio pue­de bus­car en la base de datos de Eunoia por «idio­ma, eti­que­ta o la pro­pia pala­bra». Hay más de 500 pala­bras en la base de datos, en más de 50 idio­mas y aún más eti­que­tas semán­ti­cas. A modo de com­pa­ra­ción y, aun­que está en sus ini­cios, el idio­ma que más pala­bras intra­du­ci­bles ha pro­por­cio­na­do has­ta aho­ra es el ale­mán; des­de el cono­ci­do tér­mino Scha­den­freu­de, que sig­ni­fi­ca «ale­grar­se de la des­gra­cia aje­na», has­ta la com­pli­ca­da Jein, que sig­ni­fi­ca tan­to «sí» como «no» depen­dien­do del con­tex­to.

El ruso tam­bién pro­por­cio­nó un rico teso­ro de pala­bras intra­du­ci­bles como Nutro —algo que gobier­na tu ser inte­rior—; o Stushe­vats­ya que se entien­de como «des­va­ne­cer­se en el fon­do». Tam­bién está la pala­bra chi­na Te (德) que se aso­cia, al tiem­po, a «vir­tud; moral; inte­gri­dad»; y a «poder inte­rior».

En espa­ñol pode­mos encon­trar expre­sio­nes como «te quie­ro» que según la des­crip­ción tie­ne que ver con algo simi­lar a cuan­do se dice en inglés I love you aun­que en un nivel menos inten­so como algo que se dice a alguien y qui­zás algún día sea un «amor». Otro ejem­plo de tér­mino intra­du­ci­ble en espa­ñol que pode­mos encon­trar en Eunoia es: «Ver­güen­za aje­na», que según la des­crip­ción tie­ne que ver con «La ver­güen­za o bochorno que se sien­te como resul­ta­do de las accio­nes de otros».

Tam­bién pode­mos encon­trar en Eunoia algún tér­mino en valen­ciano como ninot, cuya des­crip­ción es: «una figu­ra con repre­sen­ta­ción huma­na. En una con­ver­sa­ción, sig­ni­fi­ca per­so­na sin per­so­na­li­dad». Eunoia fue desa­rro­lla­do ori­gi­nal­men­te como par­te de un reto de 24 horas para star­tups por Steph, y aho­ra es un pro­yec­to de crowd­sour­cing (micro-meze­­na­z­­go) en cur­so y está abier­to a nue­vas suge­ren­cias de pala­bras… que tú mismo/a pue­des intro­du­cir.

Con­ti­nua­re­mos hablan­do en pró­xi­mas entre­gas en estas pági­nas de otros arte­fac­tos tec­no­ló­gi­cos del pen­sa­mien­to utó­pi­co y posi­ti­vo; y, por supues­to de las sor­pren­den­tes y espec­ta­cu­la­res ini­cia­ti­vas de la Fun­da­ción del Lar­go Aho­ra.

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