Francesc Colomer es uno uno de los gestores políticos más importantes en estos momentos en la Comunidad Valenciana. Él tiene obligaciones de gobierno, pero no es un cargo que pase gran parte del tiempo de cara a la prensa, sino que es un secretario autonómico, nada más y nada menos, que de Turismo. Un sector clave para nuestra Comunidad, que ha sufrido mucho durante la pandemia, pero que se ha reinventado, una vez más para resurgir con fuerza, más preparado incluso e implicado para conseguir «contribuir a la felicidad de los demás».

Fran­cesc Colo­mer, duran­te la entre­vis­ta en Valen­cia Capi­tal Radio (PABLO MONTILLA).

Colo­mer es un hom­bre enrai­za­do a su entorno, que es el de Beni­càs­sim, una ciu­dad his­tó­ri­ca­men­te turís­ti­ca, don­de se desa­rro­lla uno de los pri­me­ros bal­nea­rios y cul­tu­ras de pla­ya en la Comu­ni­dad Valen­cia­na. Esa géne­sis en Beni­càs­sim es, en bue­na medi­da, lo que le lle­va a ser sen­si­ble y a inte­re­sar­se por un tema como el turis­mo, a pesar de que es licen­cia­do en filo­so­fía.

— Creo sin­ce­ra­men­te que exis­te un víncu­lo entre la filo­so­fía y la vida, por­que la filo­so­fía en defi­ni­ti­va con­sis­te en la bús­que­da de la feli­ci­dad, des­de la cul­tu­ra grie­ga. Por tan­to, pien­so que hay una cone­xión telú­ri­ca y mate­rial. La filo­so­fía nun­ca pue­de moles­tar, sino al con­tra­rio. Es, pre­ci­sa­men­te, lo que nos que­da­rá al ser humano tras esta cuar­ta revo­lu­ción indus­trial que lo trans­for­ma­rá todo, has­ta inclu­so el via­je, el turis­mo, la tec­no­lo­gía, la con­di­ción huma­na. Por tan­to, res­ca­tar valo­res huma­nis­tas siem­pre será pro­ve­cho­so. Beni­càs­sim, en efec­to, posee una gran his­to­ria turís­ti­ca. Era ya el Bia­rritz de Levan­te en el siglo XIX. Lue­go la bur­gue­sía valen­cia­na lo puso en valor. Tie­ne tam­bién una his­to­ria de amor muy boni­ta: la fun­da­ción de Beni­càs­sim como refe­ren­cia turís­ti­ca vino de la mano de doña Pilar Colo­ma, la mujer del inge­nie­ro jefe que esta­ba cons­tru­yen­do el ferro­ca­rril de Levan­te, quien se ena­mo­ró del pai­sa­je, del espa­cio, de la pla­ya. A par­tir de ahí cons­tru­ye­ron la pri­me­ra villa, que fue lue­go el gran recla­mo para que se sedi­men­ta­ra allí el vera­near y el hacer turis­mo. Con el paso del tiem­po, nos hemos ido rein­ven­tan­do, por­que el turis­mo es tam­bién rein­ven­ción per­ma­nen­te. Es el fenó­meno de inno­va­ción social más impor­tan­te del siglo XX y del siglo XXI. La penúl­ti­ma rein­ven­ción han siso los gran­des fes­ti­va­les de músi­ca en vivo. Creo que todo eso te con­di­cio­na tam­bién tu carác­ter. Me he cria­do detrás de un mos­tra­dor, en la calle San­to Tomás, por tan­to, la inter­ac­ción, la hos­pi­ta­li­dad, el tra­tar bien a la gen­te tam­bién es una filo­so­fía de vida. Una for­ma de estar en la zona medi­te­rrá­nea. Y creo que todo eso me ha ayu­da­do tam­bién.

«La filo­so­fía es lo que nos que­da­rá al ser humano tras esta cuar­ta revo­lu­ción indus­trial que lo trans­for­ma­rá todo, has­ta inclu­so el via­je».

— Epi­cu­ro fue el pri­mer turis­ta enton­ces….

— Sí, de ese con­cep­to del pla­cer. Hedón, que quie­re decir pla­cer, for­ma par­te de la con­di­ción huma­na y de la ciu­dad turís­ti­ca, que es aque­lla urbe que hoy es smart city, inte­li­gen­te… es sos­te­ni­ble, es tec­no­ló­gi­ca. Es muchas cosas, pero tam­bién es aque­lla que se preo­cu­pa de que la feli­ci­dad des­em­bar­que en la vida de los otros. Tu pue­des no cono­cer una ciu­dad turís­ti­ca, pero si esta te ha fide­li­za­do, como hace­mos aquí, que fide­li­za­mos a mucho turis­ta bri­tá­ni­co, ale­mán… es ella la que te cono­ce a ti. SI está bien dise­ña­da para reci­bir­te cono­ce al via­je­ro, al soña­dor, al aven­tu­re­ro, a aquel que bus­ca la feli­ci­dad. Son valo­res muy intere­san­tes que no pue­do sepa­rar de la prag­má­ti­ca al pro­yec­tar inver­sio­nes, pro­mo­cio­nes, for­ma­cio­nes y todo lo que hace­mos en cla­ve coti­dia­na, mate­rial, eje­cu­tar pre­su­pues­tos… Pero sin valo­res, sin refle­xión no esta­ría­mos don­de toca.

Gerard Sán­chez, Juan Lagar­de­ra y Fran­cesc Colo­mer (PABLO MONTILLA).

— Des­de cier­ta posi­ción pro­gre­sis­ta, en cam­bio, se cri­ti­ca el lla­ma­do turis­mo de masas, y se rei­vin­di­ca, para­dó­ji­ca­men­te, otro tipo de turis­mo, más eli­tis­ta. Pero fue, pre­ci­sa­men­te, un polí­ti­co socia­lis­ta uno de los pri­me­ros pro­mo­to­res del turis­mo popu­lar, en la pla­ya de San Juan, en Ali­can­te. Me refie­ro al plan de Inda­le­cio Prie­to que pro­po­nía dar des­can­so y vaca­cio­nes a los obre­ros y fun­cio­na­rios de Madrid en la cos­ta ali­can­ti­na. De algu­na mane­ra, aque­llo del des­can­so, del turis­mo para todos, del turis­mo somos todos, ha repre­sen­ta­do un hito pro­ce­den­te del esta­do del bien­es­tar que pro­mue­ve la social­de­mo­cra­cia, ¿no?

— Eso hay que rei­vin­di­car­lo por­que a veces cae­mos en la recrea­ción crí­ti­ca, des­de cier­tos ámbi­tos, de una idea equí­vo­ca del turis­mo de masas, para todos. Pero hay que recor­dar que el turis­mo era eli­tis­ta has­ta la segun­da mitad del siglo XX, cuan­do solo algu­nas fami­lias aris­to­crá­ti­cas se podían per­mi­tir el lujo del gran tour, de visi­tar Vie­na, Roma, París, Ita­lia… Cuan­do se pro­du­ce la gran eclo­sión del turis­mo es a raíz del artícu­lo 24 de los Dere­chos Huma­nos que rei­vin­di­ca el dere­cho a las vaca­cio­nes paga­das y al ocio de todas las per­so­nas. A par­tir de ahí, ya se gene­ra un tea­tro de masas, una lite­ra­tu­ra de masas, un depor­te de masas y, tam­bién, un turis­mo de masas, que debe ser regu­la­do, con­tro­lan­do la capa­ci­dad de car­ga, pero con­si­de­ran­do que el mun­do no es dema­sia­do gran­de tam­po­co para hacer turis­mo. Yo rei­vin­di­co la pro­pues­ta racio­nal. No el turis­mo de 1.000 o 2.000 dóla­res al día, sino que tie­ne que haber una pro­pues­ta de cali­dad al alcan­ce de cuan­tas más per­so­nas, mejor, lo cual es irre­nun­cia­ble, por­que no hay plan B más que hacer las cosas con cali­dad, para fomen­tar la sos­te­ni­bi­li­dad, pero des­ti­na­da al gran públi­co, cla­ro que sí. Eso no es incom­pa­ti­ble con la pre­ser­va­ción de la fra­gi­li­dad de cier­tos espa­cios. La tec­no­lo­gía, la inte­li­gen­cia turís­ti­ca debe estar pen­sa­da para ayu­dar­nos a no car­gar­nos el patri­mo­nio, para con­tro­lar la capa­ci­dad de car­ga, para reac­ti­var flu­jos hacia otro espa­cio… es una cues­tión de orga­ni­zar­se. ¿Vetar el dere­cho al via­je? ¿Limi­tar, menos­pre­ciar el turis­mo de masas? La pala­bra en sí ya es des­agra­da­ble.

— ¿Tasar el turis­mo? Esa ha sido tam­bién una de sus ban­de­ras, la opo­si­ción a la tasa turís­ti­ca. ¿Tie­ne que ver más con la filo­so­fía que con la prag­má­ti­ca?

— Sí, siem­pre lo he defen­di­do así para no pena­li­zar el via­je. El turis­ta no va de gorra. Paga por todo, paga IVA… el turis­mo es fun­da­men­tal en la recau­da­ción fis­cal. Según un estu­dio de Impac­tur, del gru­po Excel­tur, que son rigu­ro­sos, a la Comu­ni­dad Valen­cia­na el turis­mo le apor­ta 3.900 millo­nes de euros anua­les. El turis­ta, como se vio en la sex­ta ola de la pan­de­mia, des­pués de haber pasa­do ya varias, cuan­do los empre­sa­rios esta­ban col­ga­dos de los ICO, por la fal­ta de clien­tes, por las limi­ta­cio­nes que tenía­mos, cuan­do pare­cía que ya venía la recu­pe­ra­ción lle­gó la sex­ta ola, que fue otro gran gol­pe. Y lue­go se enca­de­nó con tasas de infla­ción supe­rio­res al 10% oca­sio­na­das en gran medi­da por la gue­rra en Ucra­nia. Sin­ce­ra­men­te, tal vez esté equi­vo­ca­do, pero pien­so que no era el momen­to para impo­ner una tasa turís­ti­ca. Era un momen­to de bajar tasas, de hacer pro­mo­cio­nes, no era algo opor­tuno una nue­va figu­ra impo­si­ti­va. Era, más bien, el momen­to de empa­ti­zar, de poner­se en la piel del otro. El sec­tor esta­ba cayen­do, esta­ba per­dien­do, hipo­te­ca­do, des­orien­ta­do y des­mo­ra­li­za­do por­que era ya la sex­ta ola. Repi­to, no era el momen­to de eso.

«Me opon­go a la tasa turís­ti­ca por­que no hay que pena­li­zar el via­je».

—Ade­más, de que es un sec­tor muy com­pe­ti­ti­vo…

— Sí, por­que ha demos­tra­do, de nue­vo, su capa­ci­dad de adap­ta­ción. Nos hemos caí­do varias veces, pero nos hemos levan­ta­do, y esta ha sido una vez más. Es un sec­tor sis­té­mi­co. En el ima­gi­na­rio hay muchos tópi­cos, como el del turis­mo de masas como un ele­men­to nega­ti­vo, o el del sol y pla­ya.

Juan Lagar­de­ra con­ver­sa con Colo­mer en Ruza­fa Stu­dio.

— ¿Pero el sol y pla­ya sigue sien­do el 80 o 90% de nues­tro turis­mo?

— Pro­ba­ble­men­te, pero el sol y pla­ya es com­pa­ti­ble tam­bién con desa­rro­llar y fomen­tar el inte­rior, no esta­mos tan lejos. El Medi­te­rrá­neo rural no es el rura­lis­mo de Cas­ti­lla y León. Aquí la vida medi­te­rrá­nea nos embar­ga, por ejem­plo, en el Riu Rau de Jesús Pobre en Dénia, que es excep­cio­nal, y en otras rura­li­da­des nues­tras que son Medi­te­rrá­neo tam­bién. Son com­pa­ti­bles total­men­te. Es paque­ti­za­ble inclu­so con­jun­ta­men­te. El sol y pla­ya está muy liga­do en el ima­gi­na­rio de millo­nes de per­so­nas. Ese ver el mar está liga­do inclu­so a la salud, a la tala­so­te­ra­pia. El hori­zon­te, la liber­tad. ¿Quién no tie­ne una expe­rien­cia emo­cio­nal en su vida liga­da a la pla­ya? Es tam­bién la hos­te­le­ría, que se ha refor­ma­do y mejo­ra­do mucho…. Tie­ne que ver con la gas­tro­no­mía, con la pro­gra­ma­ción cul­tu­ral, como pasa en Beni­càs­sim con los fes­ti­va­les.

— Inclu­so en el Fes­ti­val de Beni­dorm, que usted ha res­ca­ta­do, ¿ver­dad?

— El Pre­si­den­te Ximo Puig ha juga­do un gran papel en eso, fun­da­men­tal. Su visión ha sido cla­ve.

—¿Usted y el Pre­si­dent, mano a mano?

— Y Beni­dorm. Por supues­to. Allí todo es posi­ble. Es un labo­ra­to­rio social en per­ma­nen­te evo­lu­ción.

Pano­rá­mi­ca de Beni­dorm.

«Hay muchos tópi­cos que han hecho daño a la indus­tria turís­ti­ca y hay que hacer mucha peda­go­gía aún para tum­bar­los».

— La capi­tal euro­pea del turis­mo de sol y pla­ya…

— Sin duda, sin menos­pre­ciar otras. Yo soy de rom­per cen­tros y peri­fe­rias. Pero Beni­dorm es per­so­nal e intrans­fe­ri­ble. Es úni­co en el mun­do como fenó­meno. Una ciu­dad que tie­ne una media de ocu­pa­ción de más del 80% duran­te todo el año. Y no son jubi­la­dos, cui­da­do, no son seniors. No, es una gran diver­si­dad. Tene­mos una gra­ti­tud enor­me con Beni­dorm por­que, sobre todo, su his­to­ria es la de gen­te que eran mari­nos mer­can­tes. Una ciu­dad de pes­ca­do­res que abrie­ron sus men­tes via­jan­do. Al regre­sar, fue­ron trans­for­man­do su hogar en hos­pe­da­je. Todo eso ha ido cre­cien­do y aho­ra es una ciu­dad com­pac­ta, sos­te­ni­ble. Aho­ra, con toda su arqui­tec­tu­ra y pai­sa­jis­mo es común decir que es la ciu­dad efi­cien­te más sos­te­ni­ble. El 95% de su red hidráu­li­ca se apro­ve­cha de mane­ra efi­cien­te. Los des­pla­za­mien­tos son muy sos­te­ni­bles. Hay muchos tópi­cos que han hecho daño a la indus­tria turís­ti­ca y hay que hacer mucha peda­go­gía aún para tum­bar­los.

— Habla­ba antes de la pan­de­mia. Enton­ces le entre­vis­tá­ba­mos y comen­ta­ba que si había algu­na cosa bue­na era que había­mos apren­di­do a redes­cu­brir nues­tra tie­rra, nues­tros pai­sa­jes y rique­zas. ¿Es algo que hemos apren­di­do o como tan­tas otras cosas fue pasa­je­ro?

— Pien­so que eso sí lo hemos apren­di­do. Un ejem­plo es el Bono Viat­gem, que desa­rro­lla­mos de mane­ra con­jun­ta con el sec­tor. Está pen­sa­do para el turis­mo domés­ti­co, para los valen­cia­nos con noso­tros mis­mos y, de paso, para amar­nos un poco más y ver­te­brar­nos mejor. Hace unos días un empre­sa­rio turís­ti­co me comen­ta­ba que habían des­cu­bier­to y fide­li­za­do un mer­ca­do de Ali­can­te, que de otra for­ma tal vez se hubie­ra ido a otro lugar. Aque­llo que fue coyun­tu­ral, con­ver­tir­lo en estruc­tu­ral es la gran asig­na­tu­ra pen­dien­te en esta post­pan­de­mia, si pode­mos lla­mar­la así. Tene­mos que per­pe­tuar­lo y con­so­li­dar­lo. Se han esta­ble­ci­do muchas cone­xio­nes de per­so­nas de Ali­can­te que han cono­ci­do Cas­te­llón y vice­ver­sa, o de gen­te de la cos­ta que ha redes­cu­bier­to el inte­rior valen­ciano y al revés. Creo que ha sido un círcu­lo más vir­tuo­so que vicio­so. Den­tro del mer­ca­do nacio­nal el prin­ci­pal emi­sor somos noso­tros mis­mos y eso hay que man­te­ner­lo.

Colo­mer, en el patio de Ruza­fa Stu­dio (PABLO MONTILLA).

— Aho­ra que vie­ne el verano ¿qué le deci­mos a los valen­cia­nos y a los que nos visi­ten des­de otros luga­res?

— Que la apues­ta por la Comu­ni­dad Valen­cia­na es una apues­ta muy segu­ra, que no defrau­da­rá. Hemos apren­di­do muchas lec­cio­nes y una de las mayo­res es que hay que cui­dar a la per­so­na. Cuan­do noso­tros hacía­mos la estra­te­gia de la hos­pi­ta­li­dad medi­te­rrá­nea decons­trui­mos las pala­bras, que tam­bién tie­nen su arqui­tec­tu­ra. Enten­di­mos que en la pala­bra «hos­pi­ta­li­dad» había pro­fe­sio­na­li­dad detrás, ama­bi­li­dad, cui­da­do, res­pe­to, tole­ran­cia, pero ese «cui­dar a las per­so­nas» era cla­ve. Más aún des­pués de lo que hemos sufri­do sani­ta­ria­men­te. La ciu­dad turís­ti­ca es un hos­pi­tal de almas, que repa­ra. Hemos nece­si­ta­do de muchos hos­pi­ta­les y aho­ra nece­si­ta­mos de turis­mo por­que la quin­ta fase de la vacu­na es via­jar, es la feli­ci­dad, es hacer turis­mo. En eso creo pro­fun­da­men­te y pien­so que la Comu­ni­dad Valen­cia­na está pre­pa­ra­da. Regre­sa­mos con un pro­duc­to intac­to o inclu­so mejor del que tenía­mos antes. Creo que el sec­tor en este tiem­po, endeu­dán­do­se tal vez, ha hecho los debe­res. Se ha refor­ma­do, hay más res­tau­ran­tes, con más cali­dad, la hos­te­le­ría está más fuer­te, con ganas de agra­dar. La acti­tud es lo que mue­ve el mun­do y el sec­tor turís­ti­co, a pesar de todo, la tie­ne.

«Hemos apren­di­do muchas lec­cio­nes y una de las mayo­res es que hay que cui­dar a la per­so­na».

— Ade­más de ges­tor es polí­ti­co y está en ple­na pre­cam­pa­ña elec­to­ral. Le lla­man el secre­ta­rio trans­ver­sal por­que ha con­se­gui­do con­ven­cer, sedu­cir, a amplios sec­to­res de su área de tra­ba­jo. Nos gus­ta­ría que, para ter­mi­nar, nos dije­ra qué pro­me­te al sec­tor turís­ti­co, usted que se pre­sen­ta tam­bién a las elec­cio­nes del 28 de mayo.

— Más que pro­me­ter, algo bas­tan­te común en este perio­do, me com­pro­me­te­ría, en con­di­cio­nal, a seguir pelean­do, al incon­for­mis­mo. A esa rebel­día inte­lec­tual y prag­má­ti­ca de que no nos pode­mos dor­mir. Noso­tros, des­de los gobier­nos que sean, no pode­mos vivir del momen­to. Nece­si­ta­mos luces lar­gas, estra­te­gias. Aho­ra mis­mo va razo­na­ble­men­te bien, pero tene­mos que vivir en el pre­pa­rar el maña­na. En la sos­te­ni­bi­li­dad y, sobre todo, unir al sec­tor, ensam­blar­lo, que sea fuer­te. Es más impor­tan­te que el sec­tor sea fuer­te que el Gobierno sea fuer­te. El Gobierno tie­ne que estar en su sitio, sien­do res­pon­sa­ble, engra­san­do, ayu­dan­do, empa­ti­zan­do, com­pren­dien­do el pre­sen­te. Es un momen­to de dis­rup­ción total en tec­no­lo­gía y eso nos va a afec­tar en nues­tras vidas. Hemos pre­sen­ta­do un algo­rit­mo para acer­tar mejor, para tener más pun­te­ría en la pre­dic­ción y pro­mo­ción turís­ti­ca con seg­men­ta­ción. Esa es la vida y la gober­nan­za que nos aguar­da. Por tan­to, com­pren­der el mun­do, a eso es a lo que nos tene­mos que com­pro­me­ter. A com­pren­der­lo y a actuar en con­se­cuen­cia.

Escu­cha la entre­vis­ta com­ple­ta, rea­li­za­da en el Maga­zi­ne de Valen­cia City, en la emi­so­ra Valen­cia Capi­tal Radio aquí:

https://valenciacapital.es/alacarta/el-secretario-autonomico-de-turismo-francesc-colomer-visita-valencia-capital-radio/

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