Esta sema­na ha comen­za­do el mes de julio y con él las vaca­cio­nes de muchas fami­lias. Y Bio­parc tam­bién sigue pre­pa­rán­do­se para el verano con ini­cia­ti­vas refres­can­tes y esti­mu­lan­tes. Los ani­ma­les y su bien­es­tar son los pri­me­ros bene­fi­cia­dos pues, ade­más de dis­fru­tar de los baños, rie­gos que simu­lan llu­via y som­bras, ya reci­ben sabro­sas sor­pre­sas. Lo pri­me­ro es la salud y, con ello, la ali­men­ta­ción. Así que el equi­po téc­ni­co de Bio­parc imple­men­tó hace meses la die­ta espe­cial de verano para las dife­ren­tes espe­cies, don­de se dis­mi­nu­ye la car­ga caló­ri­ca y de prio­ri­zan los ali­men­tos ricos en agua y vita­mi­nas.

Como “extra” den­tro de este pro­to­co­lo, cada año con la lle­ga­da de las tem­pe­ra­tu­ras más vera­nie­gas se incor­po­ran los hela­dos y sor­be­tes. Un even­to que no sólo es una ape­ti­to­sa sor­pre­sa para los ani­ma­les, sino que tam­bién mara­vi­lla a los visi­tan­tes que lo con­tem­plan. Feli­nos como leo­nes o leo­par­dos; peque­ños car­ní­vo­ros como man­gos­tas o suri­ca­tas; dife­ren­tes pri­ma­tes entre los que des­ta­ca la fami­lia de gori­las y, por supues­to, los ele­fan­tes, estos últi­mos capa­ces de coger con increí­ble des­tre­za uti­li­zan­do la trom­pa un hela­do gigan­te y engu­llir­lo de un boca­do. Todos ellos reci­ben sus enri­que­ci­mien­tos ambien­ta­les con sus ali­men­tos pre­fe­ri­dos en esos hela­dos “ani­ma­les” que pue­den incluir pie­zas de car­ne, insec­tos, tro­zos de ver­du­ras o fru­tas, zumos o mues­lis con yogur y bro­che­tas de fru­ta simu­lan­do polos. Imá­ge­nes que com­ple­tan la expe­rien­cia que supo­ne aden­trar­se en hábi­tats afri­ca­nos que alber­gan gru­pos de ani­ma­les que se encuen­tran en peli­gro de extin­ción en sus entor­nos natu­ra­les y que este verano incor­po­ran nue­vas crías naci­das duran­te el baby boom del Esta­do de Alar­ma.

Bio­parc Valen­cia, tras dos sema­nas abier­to al públi­co, hace un balan­ce muy posi­ti­vo. Las medi­das espe­cia­les imple­men­ta­das han per­mi­ti­do reco­rrer el par­que con total como­di­dad siguien­do los cin­co iti­ne­ra­rios de sen­ti­do úni­co, asis­tir a la exhi­bi­ción edu­ca­ti­va o comer admi­ran­do las ya “famo­sas” vis­tas a la saba­na que ofre­ce Bio­parc. Este mes el res­tau­ran­te Sam­bu­ru está ope­ra­ti­vo con el fun­cio­na­mien­to de auto­ser­vi­cio todos los días y el quios­co Ndo­ki, los fines de sema­na.

Para faci­li­tar la reser­va de entra­das, se ha amplia­do el afo­ro al 60%, con dife­ren­tes tra­mos hora­rios que se selec­cio­nan a tra­vés de www.bioparcvalencia.es. Se man­tie­ne la pro­mo­ción de reaper­tu­ra, con pre­cios espe­cia­les para las entra­das: 20 euros la gene­ral y 15 euros la infan­til. Y para aque­llos que no tie­nen pre­vis­to salir y les ape­te­ce visi­tar con fre­cuen­cia BIOPARC como un espa­cio de ocio habi­tual exis­ten dife­ren­tes moda­li­da­des con ofer­tas espe­cia­les para las fami­lias como el Pase Mana­da des­de 26,6€ el infan­til para todo un año.Una for­ma de inte­grar el ocio con el com­pro­mi­so con este pro­yec­to que es patri­mo­nio de todos los valen­cia­nos y apo­yar la con­ser­va­ción de las espe­cies en peli­gro de extin­ción.

La seña­lé­ti­ca espe­cial, las medi­das higié­ni­cas y el refuer­zo en la aten­ción de los moni­to­res, se com­ple­men­tan con el plano espe­cial con los iti­ne­ra­rios, nor­mas e infor­ma­ción de uti­li­dad, que pue­de des­car­gar­se de for­ma anti­ci­pa­da a tra­vés de la web o en el par­que median­te un códi­go QR. Todo ello para incre­men­tar la como­di­dad y cali­dad de la visi­ta.

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