El periodista publica «Asimptomàtic» (El Vincle), un poemario en el que ajusta cuentas con un diagnóstico mortal que no se cumplió

Joan Car­les Mar­tí, duran­te la pre­sen­ta­ción de «Asim­pto­mà­tic».

Fue en 2018 cuan­do este libro empe­zó a escri­bir­se, mucho antes de que su autor lo supie­ra. Cin­co años hace ya des­de que al escri­tor y perio­dis­ta Joan Car­les Mar­tí (Valen­cia, 1965) el médi­co le advir­tie­ra de que tenía un mie­lo­ma «gra­ve e incu­ra­ble», que se nega­ba a mos­trar sín­to­mas para poder pillar­le a trai­ción. Comen­zó así un tra­ta­mien­to de final incier­to que con­si­guió aca­bar con la enfer­me­dad. Hoy ese diag­nós­ti­co es un poe­ma­rio titu­la­do Asim­pto­mà­tic (El Vin­cle), que supo­ne la pri­me­ra incur­sión en el mun­do de la poe­sía del sub­di­rec­tor de Leva­n­­te-EMV.

Mar­tí defi­ne su libro como «un tes­ta­men­to vital de alguien que pen­sa­ba que se iba a morir» ya que, expli­ca, aun­que deci­dió escri­bir­lo cuan­do ya cono­cía el des­en­la­ce de esta his­to­ria de la que fue pro­ta­go­nis­ta invo­lun­ta­rio, mien­tras lucha­ba con­tra el mie­lo­na, lo que le venía a la cabe­za para exor­ci­zar su situa­ción era la poe­sía. Así se fra­guó este tes­ta­men­to vital de alguien que, al final, no lo ha nece­si­ta­do.

Con pró­lo­go de Àngels Gre­go­ri y Car­los Mar­zal e ilus­tra­cio­nes de Rose­lla Reig Cal­des, en el libro, como apun­ta el pri­me­ro en su tex­to, «Mar­tí ha nece­si­ta­do la cura de las pala­bras para libe­rar­se del mie­do en un momen­to en el que las agu­jas fue­ron sus her­ma­nas. Sin volun­tad de con­des­cen­den­cia —todo lo con­tra­rio— la enfer­me­dad le ha ser­vi­do para subir al ring y ren­dir­le cuen­tas, como un boxea­dor, a la vida y a las dudas a tra­vés de las pala­bras».

Como Mick Jagger con la ópera

«Cuan­do te dan el diag­nós­ti­co te que­das fue­ra de jue­go y, des­de lue­go, no esta­ba para poe­sías. Pero cuan­do pasa todo, empie­zas a recor­dar y te sale escri­bir algo, pero para los perio­dis­tas que esta­mos en la mina, la for­ma de con­tar­lo no era la de mi día a día. En 2018 empe­cé a ensa­yar algu­nos ver­sos, pero los dejé repo­sar en la inti­mi­dad. Lue­go la gen­te te pide ver­los… no haces mucho caso… al final cedes, y al ver cómo reac­cio­na­ba la gen­te me fui ani­man­do, y así aca­bó con­ver­ti­do en libro», expli­ca

«A los que escri­ben poe­sía le pasa un poco como a los juga­do­res de rugby —para alguien que ha diri­gi­do cin­co años Super­de­por­te es difí­cil que no se le esca­pe una metá­fo­ra depor­ti­va— que saben que nun­ca van a ser Mes­si. Es una escri­tu­ra mucho más intros­pec­ti­va, en la que cua­tro ver­sos valen por dos­cien­tas pági­nas de un nove­la, y en la que el lec­tor pue­de inter­pre­tar lo que quie­ra», aña­de.

Para Mar­tí, escri­bir un poe­ma­rio ha sido casi por casua­li­dad —ni siquie­ra sabe aún si será el pri­mer y el últi­mo—, pero la poe­sía sí es una cons­tan­te en su vida. «Decía Mick Jag­ger que él, des­pués de un con­cier­to, escu­cha ópe­ra. Pues yo como perio­dis­ta, des­pués de una jor­na­da, leo poe­sía. Cuan­do pasas por una cosas como esta, a cada uno le da por don­de le da; a mí me dio por escri­bir Asim­pto­mà­tic», apun­ta.

«Si te dan un diag­nós­ti­co como el mío, que pue­des durar diez años o diez días, pero al final te curas, sales cam­bia­do. No digo mejor, pero sí dife­ren­te. A cada uno le da por una cosa, a mi por escri­bir este libro. Lo úni­co que no quie­ro es que me recuer­den como ‘el poe­ta de cán­cer’», bro­mea. «Cuan­do pasas esto —insis­te— te das cuen­ta de que tie­nes otra opor­tu­ni­dad y que algo has apren­di­do, y creo que esa par­te de mi expe­rien­cia es lo que encon­tra­rá el lec­tor en mi libro».

Título: Asimptomàtic

Autor: Joan-Carles Martí 

Editorial: Vincle (2023)

Páginas: 50

Precio: 15 €

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