Desde su primera niñez, Juan Carlos Vizcaíno ama las Fallas y Les Fogueres, fiesta en la que es una autoridad como historiador y organizador. Son dos amores correspondidos a los que en los últimos años casi parece ganarles su creciente pasión por las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena. Todos los años, cuando llegan las jornadas falleras, viaja desde Alicante a Valencia, pernocta en un piso familiar y durante dos días ve todos los monumentos falleros que puede, con rutas bien planificadas. Cien, ciento cincuenta, doscientas Fallas. De todas las categorías. Juan Carlos toma notas, hace fotografías, observa y valora. Anda y anda. Hace decenas de kilómetros. Y se cansa. Pero no da importancia a sus fatigas físicas.
Juan Carlos Vizcaíno (Alicante, 1966) hace esas dos rutas urbanas totalmente a pie, sin ayuda del coche. El 16 de marzo se patea el centro y el día 17 recorre el Distrito Marítimo, yendo hacia el centro y hacia otras zonas que el día anterior se le habían quedado al margen. El día 18 regresa a Alicante con la pasión cumplida.
El origen del enamoramiento fallero de Juan Carlos Vizcaíno se remonta a la infancia. «Desde que tengo uso de razón me han fascinado los colores, los volúmenes y la fantasía que desprende al arte efímero valenciano —fallas y hogueras—. Junto a ello me fascina la música de nuestras bandas de música», afirma Juan Carlos.
«En cambio, la pólvora siempre me ha producido un enorme respeto. Es curioso que sea tan festero, cuando mi reducida familia nunca lo fue, incluso era abiertamente refractaria a nuestras fiestas del fuego». La imagen más antigua que recuerda de Les Fogueres se remonta «a los primeros años setenta, en mi Alicante natal, y de las Fallas a las del año 1974». Desde entonces nunca ha faltado a la cita de marzo, con los monumentos falleros ya plantados en Valencia ciudad.
Otra de las grandes pasiones de Juan Carlos Vizcaíno es el cine. Firma habitual de la prestigiosa revista Dirigido por…, sus comentarios siempre son certeros, clarificadores y eruditos. En el número de este mes de marzo publica un magnífico artículo sobre Douglas Sirk, el gran estilista alemán del melodrama en el Hollywood de los años 50 del siglo pasado. ¿Vizcaíno cree en las posibilidades cinematográficas de las Fallas? «Por supuesto», dice. «Esa mezcla bufonesca, esa posibilidad de un surrealismo colorista, ese pegadizo fondo sonoro de nuestra música, la fuerza visual del estampido de las tracas, del fuego de la cremà, la pasión de falleros y foguerers en su implicación festera… Son elementos que podrían haber generado valiosas ficciones concretas o, en su defecto, servir como fondo argumental para atractivas comedias».
¿Se ha rodado ya la gran película sobre las Fallas? «¡Rotundamente no!», exclama Juan Carlos. «Es cierto que directores tan reputados como Charles Crichton o Blake Edwards han rodado largometrajes con secuencias ambientadas en las Fallas de Valencia. Pero nos encontramos ante un contexto totalmente desaprovechado. Por el contrario, en la obra de Luís García Berlanga se detecta una mirada claramente fallera en sus comedias corales, no en vano cabe señalar que el tío de Berlanga fue el tan carismático como hoy lamentablemente olvidado Luís Martí Alegre, que en la primera mitad de los años 40 fue el presidente de una Junta Central Fallera que revitalizó el festejo en la posguerra. Por otro lado, no soy el primero en señalar que en parte de la obra del italiano Federico Fellini —sobre todo en sus películas a partir de finales de los 60, siempre en color— se destila un fuerte componente bufonesco muy meridional, muy mediterráneo y, por tanto, muy fallero».
En Les Fogueres, Juan Carlos Vizcaíno debutó en la comisión de Plaza de Gabriel Miró en 1986 gracias a la gentileza del desaparecido José Ángel Guirao. «Casi de inmediato me vinculé a la andadura de Andrés Llorens y en octubre de 1989, con apenas 23 años, me incorporé a la entonces Comisión Gestora en la segunda legislatura de Conrado Albaladejo». Años después regresó a dicho órgano rector cuando la presidió Llorens, «a quien acompañé igualmente como asesor de Fiestas entre 2000 y 2007, y posteriormente en 2014 y 2015, cuando Llorens ocupó la concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Alicante».
Poseedor desde 2014 del Emblema de Oro y Brillantes (y del Bunyol d’Or de las Fallas de Valencia desde 1991), la labor teórica de Juan Carlos se ha caracterizado por la apuesta por nuestra vertiente cultural, auspiciando diversos libros sobre Les fogueres, dirigiendo decenas de publicaciones y escribiendo más de doscientos trabajos de investigación en torno a su pasado, extendiendo esta inquietud al entorno de las Fallas de Valencia y a las fiestas de Moros y Cristianos de Villena, donde es componente de la Comparsa de Labradores. En las fiestas de Villena, Juan Carlos es feliz.
En su faceta organizativa, se encuentra «especialmente orgulloso de dos logros concretos; haber creado en 1997 el certamen de Ninots de Carrer, y responsabilizarme de la creación del Museo de Hogueras en 2003», asegura con legítima satisfacción.
Cuando dentro de unos días Juan Carlos venga a Valencia, le acompañaré durante un par de horas para ver fallas y hablar un poco de cine (José María Forqué, Carlos Saura, Rodrigo Sorogoyen, la decadencia de los Oscar…). Creo que podremos compaginar ambas cosas.
LA COLUMNA ABIERTA de Rafa Marí
«Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde”
Jaime Gil de Biedma
Durante los dos últimos años, el periodista cultural Rafa Marí ha venido publicando en este espacio de Valencia City sus crónicas sobre cine, primero como Diario de un cinéfilo, y posteriormente bajo el título Desde el sillón de mi casa… en Mislata. Han sido dos años de divertidas y originales digresiones sobre su gran pasión, el cine, pero ahora toca explorar nuevos territorios, renovar una fructífera colaboración, una columna abierta.
En ajedrez, otra de las inteligentes actividades de Rafa Marí, una columna abierta es una columna sin peones; en el periodismo, una columna abierta es una columna donde puede reflexionarse sobre el precio de las cosas, la alta cocina, un libro, una película o los amores de Isabel Pantoja.
Pese a ser un periodista tardío, Rafa Marí (Valencia, 1945) ha tenido tiempo para trabajar en muchos medios de comunicación: Cartelera Turia, Cal Dir, Valencia Semanal, cartelera Qué y Donde, Noticias al día, Papers de la Conselleria de Cultura, Levante-EMV, El Hype… Siempre en las páginas de cultura. En 1984 se incorporó a la redacción de Las Provincias, diario donde actualmente ejerce su activismo como gran comentarista.
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