«Personas decentes» (Tusquets, 2022), novela policiaca de Leonardo Padura, está ambientada en los días de la visita a Cuba en 2016 de Barack Obama, presidente de Estados Unidos, a la que se sumó un concierto especial de los Rolling Stones y un desfile de Chanel. La modernidad llegaba a la isla. Durante la espera de estos acontecimientos históricos a los que se llamó ‘el deshielo Cubano’, un ex dirigente del Gobierno castrista aparece, en la ficción de Padura, asesinado y mutilado en su apartamento: le han cortado el pene y la falange de tres dedos de la mano derecha.

El escri­tor cubano Leo­nar­do Padu­ra.

Poco des­pués se encuen­tra en La Haba­na un segun­do cadá­ver, ase­si­na­do en simi­la­res cir­cuns­tan­cias. La poli­cía, des­bor­da­da ante la inmi­nen­te lle­ga­da de Oba­ma a la isla, recu­rre al detec­ti­ve y expo­licía Mario Con­de —un sesen­tón intui­ti­vo, sagaz y polí­ti­ca­men­te inco­rrec­to (lea­se ‘crí­ti­co con el Gobierno’)— para que les ayu­de a des­cu­brir y dete­ner al res­pon­sa­ble o res­pon­sa­bles de esos dos ase­si­na­tos.

La nove­la de Leo­nar­do Padu­ra (La Haba­na, 1955) tie­ne 442 pági­nas y atra­pa des­de el prin­ci­pio. Para­le­la a la tra­ma cen­tral, Padu­ra nos cuen­ta otra his­to­ria —ambas con víncu­los insos­pe­cha­dos— situa­da en los pri­me­ros años del siglo XX, cuan­do a La Haba­na se la deno­mi­na­ba la Niza del Cari­be. En Per­so­nas decen­tes hay una fre­cuen­te uti­li­za­ción de ame­ri­ca­nis­mos, tan­to por par­te del narra­dor como de sus per­so­na­jes. Cada vez que este cro­nis­ta veía un voca­blo des­co­no­ci­do en Espa­ña (o ape­nas cono­ci­do), con­sul­ta­ba el dic­cio­na­rio de la Real Aca­de­mia Espa­ño­la (RAE) para cono­cer su sig­ni­fi­ca­do. Ano­té algu­nos de esos tér­mi­nos: Mamey, fru­ta dul­ce y comes­ti­ble; Jeva, mucha­cha joven y atrac­ti­va; Baba­lao, sacer­do­te que vela por todo lo rela­cio­na­do con el cul­to y los ritos; fula, bille­te o mone­da de un dólar esta­dou­ni­den­se; láguer, un tipo de cer­ve­za con sabor acen­tua­do; pin­gue­ro, hom­bre que man­tie­ne rela­cio­nes sexua­les, fun­da­men­tal­men­te con extran­je­ros, a cam­bio de dine­ro, bie­nes mate­ria­les u otros bene­fi­cios.

Padu­ra es muy crí­ti­co en sus apun­tes sobre el fra­ca­so de la revo­lu­ción cuba­na. ¿Cómo era en reali­dad Rey­nal­do Que­ve­do, el diri­gen­te ase­si­na­do y muti­la­do? El nove­lis­ta no se cor­ta un pelo en su des­crip­ción: «Un des­pia­da­do cen­sor, un mili­tan­te devo­ra­dor de exis­ten­cias que ofi­cia­ba en nom­bre de la pure­za ideo­ló­gi­ca exi­gi­da para la cons­truc­ción de un mun­do mejor» (pági­na 81). Abun­dan en Per­so­nas decen­tes radio­gra­fías polí­ti­cas de ese tipo. El poder de la lite­ra­tu­ra se eri­ge fren­te al poder de la polí­ti­ca.

A sus 67 años y pese al éxi­to que dis­fru­ta en medio mun­do, Padu­ra sigue vivien­do en el barrio de Man­ti­lla, el mis­mo barrio de La Haba­na en el que nació. Lo razo­na con sen­ci­llez: «Soy una per­so­na con­ver­sa­do­ra. La Haba­na es un lugar don­de se pue­de tener siem­pre una con­ver­sa­ción con un extran­je­ro en una para­da de gua­guas», ha decla­ra­do Padu­ra en varias oca­sio­nes (gua­gua: vehícu­lo auto­mo­tor que pres­ta su ser­vi­cio urbano o inter­ur­bano en un iti­ne­ra­rio fijo).

«Mi lugar es sim­ple­men­te el de un cubano que vive en Cuba y escri­be sobre su expe­rien­cia e iden­ti­dad cuba­nas y se empe­ña en hacer­lo del modo más libre, sin­ce­ro y esti­lís­ti­ca­men­te mejor que le es posi­ble. El res­to de mi ubi­ca­ción no depen­de de mí, sino de uste­des, los crí­ti­cos y estu­dio­sos…», afir­mó Padu­ra en 2020, entre­vis­ta­do por Roxa­na Azu­rra para Cua­der­nos del Cilha. Las nove­las de Padu­ra, escri­tor inter­na­cio­nal­men­te muy pres­ti­gio­so, no están prohi­bi­das en Cuba, pero se las cas­ti­ga con el silen­cio ofi­cial.

Leo­nar­do Padu­ra ha obte­ni­do nume­ro­sos pre­mios en Fran­cia. Ale­ma­nia. Aus­tria, Espa­ña… Uno de ellos, el Pre­mio Pepe Car­valho 2023, dis­tin­ción de la BCNe­gra en home­na­je al detec­ti­ve de fic­ción crea­do por Manuel Váz­quez Mon­tal­bán. En 2015 fue galar­do­na­do con el Pre­mio Prin­ce­sa de Astu­rias de las Letras. Per­so­nas decen­tes es, para muchos crí­ti­cos, la más dura, ambi­cio­sa y mejor de sus nove­las, jun­to con El hom­bre que ama­ba a los perros (2009).


LA COLUMNA ABIERTA de Rafa Marí

 

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

Duran­te los dos últi­mos años, el perio­dis­ta cul­tu­ral Rafa Marí ha veni­do publi­can­do en este espa­cio de Valen­cia City sus cró­ni­cas sobre cine, pri­me­ro como Dia­rio de un ciné­fi­lo, y pos­te­rior­men­te bajo el títu­lo Des­de el sillón de mi casa… en Mis­la­ta. Han sido dos años de diver­ti­das y ori­gi­na­les digre­sio­nes sobre su gran pasión, el cine, pero aho­ra toca explo­rar nue­vos terri­to­rios, reno­var una fruc­tí­fe­ra cola­bo­ra­ción, una colum­na abier­ta.

En aje­drez, otra de las inte­li­gen­tes acti­vi­da­des de Rafa Marí, una colum­na abier­ta es una colum­na sin peo­nes; en el perio­dis­mo, una colum­na abier­ta es una colum­na don­de pue­de refle­xio­nar­se sobre el pre­cio de las cosas, la alta coci­na, un libro, una pelí­cu­la o los amo­res de Isa­bel Pan­to­ja.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 se incor­po­ró a la redac­ción de Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te ejer­ce su acti­vis­mo como gran comen­ta­ris­ta.

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