Cuando todo parecía indicar que Francis Scott Fitzgerald residía desde hace tiempo, y seguramente para siempre, en un rincón discreto del Purgatorio literario, y que el voraz mundo de los lectores se había medio-olvidado de su legado narrativo, resulta que no, que de eso nada. El exquisito y elegiaco escritor norteamericano impugna desde el más allá el negativo dictamen penúltimo de las minorías culturales y regresa con energía editorial al primer plano.

El escri­tor ame­ri­cano Scott Fitz­ge­rald.

Las afi­ni­da­des elec­ti­vas a veces pisan sue­lo pan­ta­no­so. Pres­ti­gio­sos crí­ti­cos de nues­tro momen­to opi­nan que el autor de El gran Gatsby es el mejor y más suge­ren­te escri­tor nor­te­ame­ri­cano del siglo XX. ¿Supe­rior a Twain, Heming­way, Stein­beck, Faulk­ner, Dos Pas­sos, Capo­te o Ger­tru­de Stein? Sí, supe­rior a ellos. Diría que sobre todo supe­rior a miss Ger­tru­de miss Ger­tru­de miss Ger­tru­de (la repe­ti­ción es volun­ta­ria, per­mí­tan­me este peque­ño home­na­je a la auto­ra de Auto­bio­gra­fía de Ali­ce. B. Toklas y Ser nor­te­ame­ri­ca­nos).

En el mer­ca­do edi­to­rial espa­ñol, Scott Fitz­ge­rald (Min­ne­so­ta, Esta­dos Uni­dos, 1896- Holly­wood, Cali­for­nia, 1940) vuel­ve a esca­lar posi­cio­nes. En 2021 se reedi­ta­ron en Espa­ña La tar­de de un escri­tor (Cáte­dra), Todos los jóve­nes tris­tes (Mal­pa­so) y El gran Gatsby (¡con dos edi­cio­nes, Cáte­dra y Aus­tral!). Y en 2022 se reedi­ta­ron en nues­tro país Her­mo­sos y mal­di­tos (Ver­bum) y Sua­ve es la noche (Alian­za). Y este mis­mo febre­ro de 2023, Ana­gra­ma aca­ba de edi­tar un volu­men de 500 pági­nas que reúne rela­tos nada o muy poco cono­ci­dos de Scott Fitz­ge­rald con el mor­bo­so e irre­sis­ti­ble títu­lo de Mori­ría por ti y otros cuen­tos per­di­dos.

Pri­me­ra edi­ción de «El gran Gatsby».

Pri­me­ra edi­ción de «El gran Gatsby».

Val­ga tam­bién otro dato de su resur­gir crí­ti­co en la segun­da y ter­ce­ra déca­da del siglo XXI: se daba por per­di­do su cuen­to El paga­ré (recu­pe­ra­do aho­ra por Ana­gra­ma en el mer­ca­do his­pano). Pero el rela­to no se había extra­via­do, esta­ba en manos de los alba­ceas de los bie­nes de Fitz­ge­rald has­ta 2012. La Bei­nec­ke Library de la Uni­ver­si­dad de Yale com­pró ese año el manus­cri­to y el ori­gi­nal meca­no­gra­fia­do por la nada des­de­ña­ble cifra de 194.500 dóla­res. El paga­ré es un cuen­to raro, chis­pean­te y muy moderno. Fitz­ge­rald, como vemos, se coti­za al alza.

No vivió mucho Scott Fitz­ge­rald, solo 44 años, murió en Los Ánge­les de un ata­que al cora­zón mien­tras inten­ta­ba ter­mi­nar El últi­mo mag­na­te. Decía antes que fue un escri­tor ele­gia­co. Y qui­zá en este caso «ele­gia­co» es un sinó­ni­mo exac­to de «melan­có­li­co». Sus paraí­sos año­ra­dos fue­ron los ena­mo­ra­mien­tos radian­tes, las chi­cas gua­pas y ricas, la feli­ci­dad incons­cien­te de la infan­cia, el éxi­to, París… Todo ello agui­jo­nea­do con un insis­ten­te sen­ti­mien­to de pér­di­da cer­ca­na.

Es muy her­mo­so el cuen­to Mori­ría por ti (La leyen­da de Lake Lure (1935–36). De esos mis­mos años es el bre­ví­si­mo rela­to Día libre de amor. En reali­dad no se tra­ta de un cuen­to mini­mal (tan solo cua­tro pági­nas y media) sino un cuen­to inaca­ba­do. Es una his­to­ria fugaz con mag­ní­fi­cas posi­bi­li­da­des de con­ver­tir­se en una nove­la. En los Apa­la­ches del Sur (al Este de Nor­te­amé­ri­ca) una joven pare­ja, Mary y Sam, hablan de sus cosas. Están com­pro­me­ti­dos, se aman, quie­ren casar­se. Mary pone una con­di­ción: exi­ge dis­po­ner, has­ta la boda inmi­nen­te, de un día libre a la sema­na. Un día para ella, sin obli­ga­cio­nes mutuas en esas 24 horas. Sam acep­ta el tra­to. En uno de esos días de libran­za de la pare­ja, Mary cono­ce a un hom­bre intere­san­te. Pasean por la zona. De pron­to, Mary ve pasar el coche de su pro­me­ti­do. Va acom­pa­ña­do de una atrac­ti­va joven.

— Ahí está mi amor —le dijo al des­co­no­ci­do—. La chi­ca pre­cio­sa que le acom­pa­ña es Lin­da New­bold. Tie­ne vein­te años y ya inten­tó ligár­se­lo hace un mes.

— ¿Le preo­cu­pa? —pre­gun­ta su acom­pa­ñan­te.

La res­pues­ta de Mary es glo­rio­sa.

—Los celos no son lo mío. Dis­pon­go, eso sí, de una dosis extra de vani­dad.

Y se aca­bó el cuen­to. En cual­quier narra­ción, los bue­nos fina­les enri­que­cen todo lo leí­do has­ta enton­ces.


LA COLUMNA ABIERTA de Rafa Marí

 

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

Duran­te los dos últi­mos años, el perio­dis­ta cul­tu­ral Rafa Marí ha veni­do publi­can­do en este espa­cio de Valen­cia City sus cró­ni­cas sobre cine, pri­me­ro como Dia­rio de un ciné­fi­lo, y pos­te­rior­men­te bajo el títu­lo Des­de el sillón de mi casa… en Mis­la­ta. Han sido dos años de diver­ti­das y ori­gi­na­les digre­sio­nes sobre su gran pasión, el cine, pero aho­ra toca explo­rar nue­vos terri­to­rios, reno­var una fruc­tí­fe­ra cola­bo­ra­ción, una colum­na abier­ta.

En aje­drez, otra de las inte­li­gen­tes acti­vi­da­des de Rafa Marí, una colum­na abier­ta es una colum­na sin peo­nes; en el perio­dis­mo, una colum­na abier­ta es una colum­na don­de pue­de refle­xio­nar­se sobre el pre­cio de las cosas, la alta coci­na, un libro, una pelí­cu­la o los amo­res de Isa­bel Pan­to­ja.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 se incor­po­ró a la redac­ción de Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te ejer­ce su acti­vis­mo como gran comen­ta­ris­ta.

 

 

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