La Columna Abierta
Mis 25 películas preferidas
Luces de la ciudad (Charles Chaplin, 1931), Sopa de ganso (Leo McCarey, 1933), Tiempos modernos (Charles Chaplin, 1936) ocupan los tres primeros puestos.
El próximo septiembre se cumplirá el 20 aniversario del blog Cinema de Perra Gorda, creado, movido y mimado por el alicantino Juan Carlos Vizcaíno (uno de los grandes críticos e historiadores de cine en nuestro país y diría que el más erudito e independiente de todos). Para celebrar la efeméride, Vizcaíno ha puesto en trepidante acción una macro-encuesta en la que cada uno de los 250 participantes ha de elegir sus 25 películas preferidas.
El resultado definitivo de la macro-encuesta la sabremos dentro de unos meses. Es Juan Carlos quien mece la cuna cinéfila (siempre con un rigor y una honorabilidad incuestionables) y es él quien, a medida que las va recibiendo, nos tiene informados en su muro de Facebook de las 25 meditadas elecciones de los escritores, escultores, pintores, críticos, directores, guionistas, médicos, poetas, periodistas, ajedrecistas y musicólogos consultados.
Les cuento ahora cuál fue mi lista de ’25 películas preferidas’. La reproduzco aquí:
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Luces de la ciudad (Charles Chaplin, 1931)
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Sopa de ganso (Leo McCarey, 1933).
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Tiempos modernos (Charles Chaplin, 1936).
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El gran dictador (Charles Chaplin, 1940).
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El hombre atrapado (Fritz Lang, 1941).
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Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen-Gene Kelly, 1952).
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Centauros del desierto (John Ford, 1956)
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La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956).
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El increíble hombre menguante (Jack Arnold, 1957).
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Drácula (Terence Fisher, 1958).
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Sed de mal (Orson Welles, 1958).
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Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958).
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Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959).
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Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959).
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Rocco y sus hermanos (Luchino Visconti, 1960).
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Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960).
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Un extraño en mi vida (Richard Quine, 1960).
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Plácido (Luis García Berlanga, 1961).
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West Side Story (Robert Wise-Jerome Robbins, 1961),
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Lawrence de Arabia (David Lean, 1962).
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El ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962).
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El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962).
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My fair lady (George Cukor, 1964).
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Dos en la carretera (Stanley Donen, 1967).
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El padrino 2 (Francis Ford Coppola, 1974).
No crean que es tarea sencilla elegir los títulos de estas listas sin pasarse del tope establecido. De pronto, querrías que el límite se ampliara. Todas y cada una de las 25 películas amadas que seleccioné tienen un indiscutible prestigio. A estas alturas de la historia del cine son clásicos más allá del bien y del mal, referencias habituales de cualquier cinéfilo de calidad. El problema no radica en “las que están”… sino en las que se han quedado en la cuneta. Y te entra el mortificante complejo de “traicionero” en un terreno tan delicado, personal y auto-biográfico como el de las afinidades electivas.
Días después de enviarle a Juan Carlos “mi lista”, caí en la cuenta de algunos olvidos imperdonables. Pienso por ejemplo en dos películas que han ocupado durante mucho tiempo el número uno o número dos de mis preferidas. Cuando digo “mucho tiempo” me refiero a 25 o 30 años. Estoy hablando de King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933) y de 2001, una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968). Me desconcierta no haberme acordado de ellas, porque sigo admirándolas mucho. Se pierde uno en los laberintos de la mente y luego no es fácil encontrar la salida.
King Kong y 2001 son en mi caso dos extraños olvidos. Pero hay otros también llamativos: ¿por qué no figuran en mi lista Eva al desnudo (Joseph L. Mankiewicz, 1950), Bienvenido, mister Marshall (Luis García Berlanga, 1953), Siete novias para siete hermanos (Stanley Donen, 1955), La noche del cazador (Charles Laughton, 1955), Esplendor en la hierba (Elia Kazan, 1961), Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961) o Gertrud (Carl. T. Dreyer, 1964)? No lo sé.
O sí lo sé. No están porque la lista era de “solo” 25 películas. Y de haber incluido esas siete películas que acabo de citar, necesariamente tendría que haber quitado otras siete. ¿Y cuáles habrían sido las ‘víctimas’? ¿El hombre atrapado, Centauros del desierto, Sed de mal, El ángel exterminador, Un extraño en mi vida, Dos en la carretera, My fair lady… ?
No, esa hubiera sido una falsa solución. Tampoco habría dormido bien por las noches.
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