La espera

«La espera», o cuando el reencuentro es una lotería

La coreana Keum Suk Gendry-Kim vuelve a derrochar ternura en medio de la tragedia en su última novela gráfica

Lee Ok Sun, pro­ta­go­nis­ta de «La espe­ra», y la dibu­jan­te Keum Suk Gendry-Kim (KEUM SUK GENDRY-KIM).

Como ya hizo en Hier­ba (Reser­vo­ir Books, 2022), la corea­na Keum Suk Gendry-Kim vuel­ve al terreno de la fic­ción para con­tar una his­to­ria real. En este caso, La espe­ra (Reser­vo­ir Books, 2023) abor­da el dra­ma de las fami­lias sepa­ra­das al ini­cio de la gue­rra de Corea (1951) y que el armis­ti­cio de 1953 impi­dió, no solo el reen­cuen­tro, sino el más míni­mo con­tac­to has­ta hoy.

El resul­ta­do tam­bién es una obra escri­ta y dibu­ja­da con extre­ma ter­nu­ra, pero que hie­la el cora­zón. Es, ade­más, una his­to­ria sobre un pasa­do que sigue sien­do de actua­li­dad en su país y que con la gue­rra de Ucra­nia (aho­ra que ya nos hemos olvi­da­do de Siria, Yemen…) o la de los miles de per­so­nas que lo dejan todo para cru­zar el Medi­te­rrá­neo con­fian­do en encon­trar un futu­ro mejor.

En esta oca­sión, Gendry-Kim da voz a Gwi­ja, alter ego de su abue­la, que a sus 92 aún no ha per­di­do la espe­ran­za de reen­con­trar­se con su mari­do y su hijo, a los que per­dió de vis­ta duran­te su hui­da hacia el sur del país, cuan­do las tro­pas sovié­ti­cas y chi­nas acu­die­ron en apo­yo de los par­ti­sa­nos comu­nis­tas Kim Il-sung en su ata­que con­tra el pro­tec­to­ra­do ame­ri­cano (lo que es actual­men­te Corea del Sur).

Este dra­ma, com­par­ti­do por cien­tos de miles de corea­nos, se enfren­ta al olvi­do de las nue­vas gene­ra­cio­nes de su país —para los que la gue­rra no es ni un recuer­do lejano y sus lazos afec­ti­vos y sen­ti­men­ta­les con el nor­te son prác­ti­ca­men­te inexis­ten­tes— y el her­me­tis­mo del régi­men de Pion­yang que ape­nas per­mi­te los reen­cuen­tros, siem­pre bajo el aus­pi­cio de la Cruz Roja, y a tra­vés de un sor­teo que con­vier­te la posi­bi­li­dad de un reen­cuen­tro (de ape­nas unas horas) en una autén­ti­ca lote­ría.

Pero ni siquie­ra la espe­ran­za de ese reen­cuen­tro es real, por mucho que Gwi­ja envi­die a su ami­ga Jeong-Sun, que pudo abra­zar a su her­mano tras casi 70 años de sepa­ra­ción. Es un reen­cuen­tro en el que ape­nas hay tiem­po para llo­rar ante alguien que no deja de ser un extra­ño y entre dos bio­gra­fías que se dis­tan­cia­ron hace tan­to tiem­po que nece­si­ta­rían mucho tiem­po para vol­ver­se a cru­zar. Tiem­po e inti­mi­dad, algo que la pre­sen­cia de sol­da­dos impi­de. Casi mejor la ilu­sión de Gwi­ja que el des­en­ga­ño de Jeong-Sun, aun­que la pri­me­ra no sea capaz de enten­der­lo.

Si las crí­ti­cas de Hier­ba (con el que ganó, entre otros pre­mios, el Har­vey a la mejor nove­la grá­fi­ca inter­na­cio­nal) colo­ca­ron a esta corea­na influi­da por el cómic fran­cés (vivió 17 años en Fran­cia) la recep­ción de La espe­ra no le va a la zaga. Su nom­bre figu­ra habi­tual­men­te en la mis­ma lis­ta que Joe Sac­co, Art Spie­gel­man, Paco Roca, Guy Delis­le o Mar­ja­ne Satra­pi y otros auto­res que no cono­cen fron­te­ras y sus obras trans­cien­den el ámbi­to de los afi­cio­na­dos al comic.

Hay que decir, en con­tra de lo que han hecho algu­nos exege­tas de la obra, que el caso de la auto­ra no es inusual. El manh­wa (o man­ga coreano) está abier­to a todo tipo de temas, y la his­to­ria de su país cons­ti­tu­ye casi un géne­ro pro­pio. En Espa­ña, sin ser exhaus­ti­vos, ya hemos dis­fru­ta­dos de joyas como Gallo de pelea de Oh Se Young (La Cupu­la, 2008) o La his­to­ria de mi madre de Kim Eun-sung (Sins Enti­do, 2008). Son visio­nes más intere­san­tes de lo ocu­rri­do en el polé­mi­co para­le­lo 58, más intere­san­tes que tra­ba­jos tan dig­nos de elo­gio como Pyong­yang de Guy Deli­sie (Asti­be­rri, 2005) o El cum­plea­ños de Kim Jong-il, de Auré­lien Ducou­dray y Méla­nie Allag (Asti­be­rri, 2017), que no dejan de ser visio­nes occi­den­ta­les.

Dos pági­nas de «La espe­ra».

Como en Hier­ba, Gendry-Kim vuel­ve a recu­rrir a los sal­tos tem­po­ra­les, para expli­car el pre­sen­te a par­tir del pasa­do, y a la rela­ción inter­ge­ne­ra­cio­nal entre dos muje­res para huma­ni­zar y per­so­na­li­zar el dra­ma de miles de per­so­nas. Si enton­ces fue­ron las pri­sio­ne­ras de gue­rra con­ver­ti­das en escla­vas sexua­les por los japo­ne­ses, eufe­mís­ti­ca­men­te rebau­ti­za­das como «muje­res de con­fort», aho­ra con las víc­ti­mas de la diás­po­ra corea­na.

En el haber de La espe­ra hay que des­ta­car que, pese a las altas expec­ta­ti­vas que pro­vo­có el anun­cio de su publi­ca­ción tras el éxi­to de Hier­ba, no decep­cio­na en nin­gún momen­to y nin­guno de los elo­gios que ha reci­bi­do pare­ce exa­ge­ra­do para esta his­to­ria que pone la lupa sobre sus peque­ños pro­ta­go­nis­tas para con­tar una his­to­ria que es de miles de per­so­nas. Una lec­tu­ra amar­ga, pero tam­bién lle­na de huma­ni­dad y de talen­to narra­ti­vo, con­ta­da en sobrio blan­co y negro.

Título: La espera
Autor: Keum Suk Gendry-Kim
Editorial: Reservoir Books
Páginas: 256
Características: Tapa blanda (blanco y negro)
Precio: 23,90 euros

Compartir es vivir!

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia