Los pró­xi­mos 18, 19 y 20 de sep­tiem­bre de 10:00 h de la maña­na a 20:00 h de la tar­de inin­te­rrum­pi­da­men­te, ten­drá lugar el II Ras­tri­llo de Ropa de Segun­da Mano de la Fun­da­ción Peque­ño Deseo.  El Ate­neo Mer­can­til de Valen­cia ha cedi­do su salón noble de 586mpara aco­ger las 4.000 pren­das dona­das por más de 500 valen­cia­nos y que han sido cla­si­fi­ca­das por 25 volun­ta­rios en los últi­mos tres meses.

El pasa­do mes de mayo, el recién inau­gu­ra­do espa­cio  “El Mun­do al Revés” fue el pun­to de encuen­tro de la cam­pa­ña “Rega­la moda, rega­la ilu­sio­nes” para que los más soli­da­rios lle­va­ran todas esas pie­zas que están en fan­tás­ti­cas con­di­cio­nes,  pero que no uti­li­zan. Esta cam­pa­ña sigue la este­la de la ori­gi­nal, crea­da por dos pri­mas ado­les­cen­tes, Euge­nia Fene­llós y Pau­la Bueno, que tuvie­ron la idea de reco­ger ropa de todas sus ami­gas y la suya por­que, ade­más de com­par­tir­la entre ellas, podían recau­dar fon­dos para cum­plir los deseos de niños con enfer­me­da­des gra­ves. Así, mon­ta­ron un ras­tri­llo  soli­da­rio y con­si­guie­ron reco­ger 1.300 euros en 3 horas de ven­ta en Las Cer­ve­zas del Mer­ca­do de Colón.  Las pren­das cos­ta­ban de 1 a 15 euros.

En esta oca­sión no serán Pau­la y Euge­nia las que vayan a las casas de sus ami­gas a reco­ger la ropa, sino que Tiziano Fan­tin y Auro­ra Ber­de­jo (con todo su equi­po) deci­die­ron ceder la zona chill out de su espa­cio de moda y han sido ase­so­res indis­pen­sa­bles para que el pró­xi­mo ras­tri­llo, ade­más de soli­da­rio, sea esté­ti­co, prác­ti­co y lleno de calor y color con más de 4.000 pren­das y acce­so­rios, des­de 1 euro y en per­fec­to esta­do, para niños, ado­les­cen­tes y adul­tos. Pano Moda y Eve Chil­dren han dona­do pie­zas nue­vas y habrá un cor­ner espe­cial de mar­cas de alta gama y pro­duc­tos sin estre­nar.

La Fun­da­ción Peque­ño Deseo tra­ba­ja des­de hace casi 20 años para hacer reali­dad los deseos de niños con enfer­me­da­des gra­ves con el fin de apo­yar­les aní­mi­ca­men­te y hacer más lle­va­de­ra su enfer­me­dad. Está demos­tra­do cien­tí­fi­ca­men­te que el cum­pli­mien­to de un deseo gene­ra en el niño emo­cio­nes posi­ti­vas que tie­nen un efec­to enor­me en su bien­es­tar.

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