«La infamia», crónica del secuestro de
Lydia Cacho, llega al TEM
La historia de la periodista mexicana torturada por denunciar la corrupción de Gobierno podrá verse los días 11 y 12 de marzo
En el país más peligroso para ser periodista y activista, hay mujeres que se enfrentan al creciente poder político de la delincuencia organizada. Una de ellas es Lydia Cacho, quien desafía en México a políticos, mafiosos, pederastas y feminicidas.
El TEM acoge los días 11 y 12 de marzo la obra La infamia, donde la periodista y activista retrata el modus operandi de un Gobierno cómplice de la corrupción y la violencia, además de recoger el valiente testimonio de mujeres y niñas de su país.
El espectáculo adapta la biografía de Lydia Cacho, Memorias de una infamia. José Martret asume la dirección del texto, interpretado por la actriz Marina Salas, que recientemente visitó el Teatre El Musical como parte del elenco del montaje Los farsantes, de Pablo Remón.
La infamia ha sido nominada a mejor espectáculo teatral en los próximos Premios Max, y sus protagonistas, Marta Nieto y Marina Salas, ex aequo, al premio a Mejor actriz. La gala se celebrará el 17 de abril en el Gran Teatro Falla de Cádiz.
«Lydia Cacho fue secuestrada y torturada por la policía mexicana en 2005 por publicar un libro en el que denunciaba una red de pederastia en la que estaban implicados importantísimos empresarios y políticos de su país. Este hecho dejó una vez más al descubierto la corrupción institucional que se vive en México y que a día de hoy sigue totalmente vigente. Tan solo en el mes de enero de 2022 tres periodistas fueron asesinados, tres más que se suman a los 145 ya ajusticiados desde el año 2000. Ser periodista o defensor de los derechos humanos en este país son dos de las profesiones más peligrosas, y ni tan siquiera el presidente de la República es capaz de protegerlos», denuncia Martret, quien considera necesario que la historia de su autora se reivindique y denuncie desde el escenario.
Narrativa teatral y la cinematográfica
En el escenario se combina la narrativa teatral y la cinematográfica. Una cámara sigue en todo momento a la protagonista ofreciendo al espectador un primer plano, para que de forma inmersiva pueda bucear en el aspecto psicológico y emocional que propone la acción. Gracias a la pantalla, conoceremos a Lydia a través de una narrativa visual inscrita en el documental y, al mismo tiempo, podremos revivir su secuestro en un plano más audiovisual.
«Esta pieza teatral es un recordatorio de la importancia de la solidaridad, del amor, de las batallas por defender la verdad, la vida y la inocencia infantil. Yo sané la tortura hace muchos años, aunque aun tengo secuelas físicas ya no hay emocionales. Soy una sobreviviente orgullosa de poder contar mi batalla contra la corrupción. Creo que logramos que la gente salga movilizada, sensibilizada sobre la importancia de seguir luchando por la justicia en el mundo y el combate contra la explotación sexual de niñas. Mucha gente nos dice al salir de la obra que la historia es sobrecogedora y a la vez llena de esperanza y magia. Yo creo que hay mucha más gente buena en el mundo que aquellos que eligen hacer el mal, recordarlo en estos tiempos aciagos es importante», valora Lydia Cacho.
Compartir es vivir!
Suscríbete a nuestro boletín
Recibe toda la actualidad en cultura y ocio, de la ciudad de Valencia