Públi­co en La Mutant.

Durante el espectáculo se interpretará íntegramente la pieza para piano Vexations, de Erik Satie. Cada persona del público recibirá una compensación económica de cinco céntimos por cada minuto de asistencia. La iniciativa se inspira en un concierto realizado por John Cage en 1963 en Nueva York. 

Públi­co en La Mutant.

Can 60 es una per­for­man­ce de lar­ga dura­ción en la que se inter­pre­ta­rá ínte­gra e inin­te­rrum­pi­da­men­te la par­ti­tu­ra Vexa­tions, de Erik Satie, estre­na­da por John Cage en Nue­va York hace 60 años con la ayu­da de nue­ve pia­nis­tas. La ini­cia­ti­va ten­drá una dura­ción apro­xi­ma­da de 20 horas y está pro­gra­ma­da el pró­xi­mo 25 de noviem­bre en La Mutant. El acce­so será gra­tui­to y el públi­co podrá entrar en cual­quier momen­to y salir libre­men­te.

“Si pagá­ra­mos a los espec­ta­do­res, los pro­fe­sio­na­les del arte tra­ba­ja­ría­mos con más tran­qui­li­dad, libe­ra­dos de la ansie­dad de defen­der un rol. Y todos noso­tros, por ver arte, gana­ría­mos dine­ro para crear, y a la vez esto gene­ra­ría opor­tu­ni­da­des para remu­ne­rar a los demás”, valo­ra Aris Spen­t­sas, res­pon­sa­ble de este pro­yec­to jun­to a Rubén Ramos Noguei­ra.

En cohe­ren­cia con esta refle­xión, cada per­so­na del públi­co reci­bi­rá una com­pen­sa­ción eco­nó­mi­ca de cin­co cén­ti­mos por cada minu­to que dedi­que a su tra­ba­jo como espec­ta­dor o espec­ta­do­ra.

Sobre el esce­na­rio del cen­tro de artes vivas Spen­t­sas y Ramos Noguei­ra esta­rán acom­pa­ña­dos por las per­for­mers María López Belar­te, Vane­sa San­ta­nach, Rena­ta Case­ro y Pie­rre Peres.

Historia de una partitura

En 1893, en París, el com­po­si­tor Erik Satie creó con 33 años una pie­za para piano solo titu­la­da Vexa­tions. En la par­ti­tu­ra ori­gi­nal se pide al intér­pre­te que la eje­cu­te 840 veces segui­das y se le advier­te de la nece­si­dad de pre­pa­rar­se con ante­la­ción en el más pro­fun­do silen­cio, para la más inten­sa inmo­vi­li­dad.

La par­ti­tu­ra, de una sola pági­na y solo cin­co pen­ta­gra­mas, no cons­ta que fue­ra inter­pre­ta­da en públi­co duran­te la vida del com­po­si­tor. Tam­po­co fue publi­ca­da en vida del com­po­si­tor. Pero, des­pués de su muer­te en 1925, un ami­go de Satie se la rega­ló al com­po­si­tor nor­te­ame­ri­cano John Cage, quien la publi­có en 1949.

El pio­ne­ro de la músi­ca alea­to­ria orga­ni­zó la pri­me­ra inter­pre­ta­ción ínte­gra de la obra hace 60 años, en 1963, en el Poc­ket Thea­tre de Nue­va York. En aquel even­to par­ti­ci­pa­ron 10 pia­nis­tas, entre los cua­les se encon­tra­ba el pro­pio John Cage acom­pa­ña­do de David Tudor, Chris­tian Wolff, Phi­lip Cor­ner, Vio­la Far­ber, Robert Wood, MacRae Cook, John Cale, David Del Tre­di­ci, James Ten­ney, Howard Klein y Joshua Rif­kin, ade­más de dos reser­vas.

Cage fijó el pre­cio de la entra­da en cin­co dóla­res. En la entra­da del tea­tro pidió que colo­ca­sen un reloj. Cuan­do el públi­co entra­ba en la sala se regis­tra­ba la hora a la que había entra­do. Cuan­do alguien del públi­co aban­do­na­ba la sala reci­bía un reem­bol­so de cin­co cen­ta­vos por cada 20 minu­tos de asis­ten­cia.

Historia de una expresión popular

Can 60 es una expre­sión popu­lar cata­la­na que sig­ni­fi­ca algo así como des­pa­rra­me. Pro­vie­ne del nom­bre que reci­bía una fábri­ca tex­til de Bar­ce­lo­na, con fama de ser un caos, que se levan­ta­ba sobre un anti­guo huer­to de cebo­llas. Su due­ño inten­tó espe­cu­lar una vez con las hor­ta­li­zas: no las que­ría ven­der has­ta que su pre­cio no lle­ga­se a 60, has­ta el pun­to de que pre­fi­rió dejar­las pudrir­se antes que inter­cam­biar­las por un pre­cio infe­rior.

A par­tir de esta anéc­do­ta, muy comen­ta­da en el barrio del Raval, el lugar empe­zó a cono­cer­se como l’hort d’en Sei­xan­ta, renom­bre que here­dó pos­te­rior­men­te la fábri­ca men­cio­na­da.

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