13 de octubre de 2021.
Escribo esta “entrada” el miércoles 13, días antes de conocer el nombre de la novela ganadora del 70 Premio Planeta en una gala que se celebrará en Barcelona el viernes 15 en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), gala que estará presidida por los Reyes de España. Este año se han presentado 654 obras. El máximo galardón tiene una dotación económica de 601.000 euros, mientras que la dotación del segundo premio es de 150.250 euros. Planeta organiza a lo grande estas tradicionales citas, con el estilazo de los buenos empresarios. Miman a los periodistas acreditados y eso los profesionales de este maravilloso oficio lo agradecen como personas bien educadas que somos.
Me gustaría que este año el Planeta lo ganase un escritor o una escritora de fuste, contándonos una historia de las que dejan huella, emotiva, desgarrada, con capacidad crítica en el terreno social, iniciática, imaginativa, necesaria, precisa o reveladora de lo más oculto y decisivo en nuestras ideologías y en nuestro carácter. En Valencia tenemos una autora que en sus novelas siempre va más allá de las apariencias y lo previsible. Esa autora se llama María García-Lliberós y acaba de publicar en la editorial Sargantana la excelente Más allá de la tristeza. Pero dudo mucho que María haya enviado una novela suya a los Planeta. Ella necesita dos o tres años para dar por finalizado el proceso de creación de un nuevo título. Salvo Lope de Vega, Georges Simenon y algunos –pocos– escritores más, no se pueden escribir buenas novelas como si se tratase de elaborar churros. Corín Tellado las escribía de esa forma, en serie y con fórmulas mecanizadas, y así le salían.
Seguramente el triunfo en el 70 Planeta será para alguien muy popular, por ejemplo Plácido Domingo, Matías Prats, Alejandro Amenábar, Jorge Cadaval, José Coronado o Rossy de Palma, figuras a las que de ninguna manera niego la capacidad intelectual para escribir una buena novela. Pero de ser uno de ellos el ganador del certamen, o alguien tan conocido como ellos, lo sería sobre todo –así ha ocurrido hasta ahora– por su popularidad más que por su talento literario. Eso asegura la comercialización de la novela –algo que le viene muy bien al sector de la industria cultural–, pero daña su credibilidad.
Me he preguntado, con exigente meditación, qué relatos triunfadores en los Planeta han tenido una buena –o digna– traslación al mundo cinematográfico. El resultado de mi auto-indagación no ha sido brillante. Pero es lo que hay. Un cinéfilo que no sea sincero y personal, ni es cinéfilo ni es nada. A lo sumo, será un comentarista de aluvión. Me he impuesto la tarea de realizar una selección “planetaria-fílmica” con criterios de calidad. Estas son mis tres películas preferidas atendiendo al planteamiento de mi auto-encuesta. Los Planeta y el cine apreciable. Por orden de preferencia.
1. La muchacha de las bragas de oro (1980), de Juan Marsé, Premio Planeta en 1978. La versión cinematográfica la dirigió Vicente Aranda con morbo e intensidad. Victoria Abril tuvo aquí el mejor papel de su carrera –en disputa con Átame (Pedro Almodóvar,1989)–. El público respondió bastante bien en taquilla. La película de Aranda tuvo casi ochocientos mil espectadores en su exhibición comercial. Es posible que La muchacha de las bragas de oro tenga elementos autobiográficos. Más que de Marsé, de Victoria Abril/Vicente Aranda.
2. Volavérunt (1999), novela ambientada en la corte de Carlos IV con la que el uruguayo Antonio Larreta ganó el Planeta en 1980, fue llevada al cine por el siempre seductor Bigas Luna. No tuvo muy buenas críticas, pero a este cronista le gustó. 400.000 espectadores –cifra comercialmente mediana– pasaron por taquilla para ver la película. Los productores esperaban más, pero eso es habitual en el cine español. Entre las pretensiones y la realidad, casi siempre media un barranco.
3. La mirada del otro (1998), sobre la novela homónima de Fernando G. Delgado que ganó el Planeta en 1995. Osadas escenas sexuales en una película verdaderamente tórrida. Podría llegar a ser un título de culto en el ámbito de “lo calentorro”. La película, escrita y dirigida por Vicente Aranda, no tuvo buena acogida entre el público, con poco más de cien mil espectadores. Yo la vi con bastante interés y en ocasiones secretamente ruborizado.
Me detengo aquí. La alianza Planeta-El Cine tendrá nuevos capítulos en los próximos años. Este cronista desea que la alianza sea cada vez mejor. Depende tanto de unos (Los Escritores) como de otros (El Cine).
DIARIO UN CINÉFILO
«Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde”
Jaime Gil de Biedma
DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sección dedicada al mundo de las Series de TV, a todos sus aspectos cinéfilos pero también a sus derivaciones sociológicas y relativas a la vida cotidiana de las personas. La construcción de roles, las relaciones familiares, la actualidad, la comedia y el drama, la épica histórica, dragones y mazmorras… Todo cabe en el mundo de las series, y cualquier perspectiva del mundo puede ser vista desde la óptica de un cinéfilo, de un seriófilo inteligente y perspicaz. La sección está personalizada en Rafa Marí, uno de los últimos grandes cinéfilos españoles. La periodicidad es aleatoria, y la longitud de cada entrada, también. Puede ser tanto muy corta: un aforismo, como un extenso miniensayo, o entrevista, o diálogo interior.
Pese a ser un periodista tardío, Rafa Marí (Valencia, 1945) ha tenido tiempo para trabajar en muchos medios de comunicación: Cartelera Turia, Cal Dir, Valencia Semanal, cartelera Qué y Donde, Noticias al día, Papers de la Conselleria de Cultura, Levante-EMV, El Hype… Siempre en las páginas de cultura. En 1984 fichó por Las Provincias, diario donde actualmente es columnista y crítico de arte.
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