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Des­de el siglo XIX se con­me­mo­ra el Día del Árbol el últi­mo día del mes de enero. Su obje­ti­vo es pro­mo­ver la pro­tec­ción de las super­fi­cies fores­ta­les del pla­ne­ta, fun­da­men­ta­les para mini­mi­zar los ries­gos de catás­tro­fes natu­ra­les y el exter­mi­nio de espe­cies que éstas gene­ran, supo­nien­do una ame­na­za para la Bio­di­ver­si­dad.

Den­tro del Com­pro­mi­so con la BIODIVERSIDAD de BIOPARC, la edu­ca­ción y con­cien­cia­ción de los más jóve­nes es uno de los ejes para la defi­ni­ción de accio­nes a desa­rro­llar a lo lar­go del año y en espe­cial deter­mi­na­dos días. En esta oca­sión, con moti­vo del día inter­na­cio­nal del árbol que se cele­bra el 31 de enero, se ha pla­ni­fi­ca­do para maña­na vier­nes una ori­gi­nal acti­vi­dad a rea­li­zar con los esco­la­res que visi­ten el par­que: “repro­du­cir árbo­les”.

Esta actua­ción les ense­ña­rá a rea­li­zar esque­jes y les apor­ta­rá cono­ci­mien­to sobre la espe­cie botá­ni­ca que van a repro­du­cir. Todo ello es una for­ma prác­ti­ca de enten­der y con­cien­ciar­se sobre la impor­tan­cia que tie­nen los árbo­les en la con­ser­va­ción de la VIDA en el pla­ne­ta, inclui­da la huma­na.

Ade­más del pro­ce­so de esque­ja­do se les expli­ca­rá cómo ela­bo­rar hor­mo­nas vege­ta­les para que ellos en casa pue­dan enrai­zar el esque­je con que cada niño y niña sal­drá al ter­mi­nar su jor­na­da en BIOPARC. Se tra­ta no sólo de apren­der cómo se hace, sino de que dicha acti­vi­dad impli­que su com­pro­mi­so en el cui­da­do de ese peque­ño arbo­li­to.

La espe­cie ele­gi­da para este año es un Ficus Níti­da. Se tra­ta de un árbol siem­pre ver­de de ancha y den­sa copa, con tron­co grue­so rami­fi­ca­do de poca altu­ra. Y que, gra­cias a su abun­dan­te rama­je, es un exce­len­te árbol de som­bra. Es poco exi­gen­te y de rápi­do desa­rro­llo y admi­te muy bien las podas. Se repro­du­ce por esque­jes y es por ello que se eli­gió para esta acti­vi­dad.

Des­de el siglo XIX se con­me­mo­ra el Día del Árbol el últi­mo día del mes de enero. Su obje­ti­vo es pro­mo­ver la pro­tec­ción de las super­fi­cies fores­ta­les del pla­ne­ta, fun­da­men­ta­les para mini­mi­zar los ries­gos de catás­tro­fes natu­ra­les y el exter­mi­nio de espe­cies que éstas gene­ran, supo­nien­do una ame­na­za para la Bio­di­ver­si­dad.

Den­tro del Com­pro­mi­so con la BIODIVERSIDAD de BIOPARC, la edu­ca­ción y con­cien­cia­ción de los más jóve­nes es uno de los ejes para la defi­ni­ción de accio­nes a desa­rro­llar a lo lar­go del año y en espe­cial deter­mi­na­dos días. En esta oca­sión, con moti­vo del día inter­na­cio­nal del árbol que se cele­bra el 31 de enero, se ha pla­ni­fi­ca­do para maña­na vier­nes una ori­gi­nal acti­vi­dad a rea­li­zar con los esco­la­res que visi­ten el par­que: “repro­du­cir árbo­les”.

Esta actua­ción les ense­ña­rá a rea­li­zar esque­jes y les apor­ta­rá cono­ci­mien­to sobre la espe­cie botá­ni­ca que van a repro­du­cir. Todo ello es una for­ma prác­ti­ca de enten­der y con­cien­ciar­se sobre la impor­tan­cia que tie­nen los árbo­les en la con­ser­va­ción de la VIDA en el pla­ne­ta, inclui­da la huma­na.

Ade­más del pro­ce­so de esque­ja­do se les expli­ca­rá cómo ela­bo­rar hor­mo­nas vege­ta­les para que ellos en casa pue­dan enrai­zar el esque­je con que cada niño y niña sal­drá al ter­mi­nar su jor­na­da en BIOPARC. Se tra­ta no sólo de apren­der cómo se hace, sino de que dicha acti­vi­dad impli­que su com­pro­mi­so en el cui­da­do de ese peque­ño arbo­li­to.

La espe­cie ele­gi­da para este año es un Ficus Níti­da. Se tra­ta de un árbol siem­pre ver­de de ancha y den­sa copa, con tron­co grue­so rami­fi­ca­do de poca altu­ra. Y que, gra­cias a su abun­dan­te rama­je, es un exce­len­te árbol de som­bra. Es poco exi­gen­te y de rápi­do desa­rro­llo y admi­te muy bien las podas. Se repro­du­ce por esque­jes y es por ello que se eli­gió para esta acti­vi­dad.

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