Las etiquetas están inspirado en el mimo y el esmero que caracteriza la Bodega del Alto Turia

Vegamar ha apostado por un nuevo restyling de su ya conocida gama Huella de Vegamar, con dos tintos, un blanco y un rosado: Huella de Syrah, Huella de Garnacha, Huella de Merlot Rosé y Huella de Merseguera. Los cuatro, con una imagen fresca y actual, transmiten la dedicación del cultivo y la recolección del vino. Los Huella de Vegamar son la marca del esfuerzo humano, el mimo y los cuidados puestos en la viña, la perseverancia del trabajo diario para conseguir la excelencia en los procesos y conseguir el mejor rendimiento de la vid, para extraer la mejor calidad en cada racimo de uva.
El Huella de Syrah representa la huella de la constancia, los pasos recorridos y los que quedan por recorrer: La pisada, que habla de los pasos y el recorrido de las personas a lo largo de todo el proceso de cultivo, desde la poda renovadora hasta la recolección de los frutos en la vendimia.
Es la huella de la constancia, del seguimiento y del esfuerzo dedicado a la viña durante todo el año.
El Huella de Merlot Rosé es la huella experta, el estímulo para el renacer de los brotes: Las. tijeras de la poda. Esta herramienta es la huella del viticultor, imprescindible para el cultivo de la uva, la calidad del vino y el surgimiento de los nuevos brotes. Es la huella del conocimiento, de la mano experta que da forma a la planta y que define su rendimiento.
El Huella de Merseguera es la vendimia los frutos en perfecta sincronía: El Cesto, que habla de la vendimia, de la recolección de los frutos de forma manual. Es la huella de la mano de los vendimiadores, del esfuerzo físico acarreando la uva y del trabajo en equipo.
Y el cuarto, la Huella de Garnacha, la huella del fruto, resultado del esfuerzo y del esmero: El racimo de uvas. Es la huella del fruto, de la culminación del esfuerzo humano a lo largo de todo el proceso. Es el resultado de todos los pasos dados en el cuidado diario, de la forma de la poda y de la recolección en la vendimia.