La periodista valenciana Mayte Aparisi debuta con novelando la vida real de una familia de emigrantes a lo largo de un siglo en «Los ruidos de la noche»

Sin pretenderlo la autora, sin haber una consciente premeditación, Los ruidos de la noche (ed. La Cala Books) se ha construido desde la calidez de la historia de muchas mujeres, siete en total, porque siete son las que protagonizan la novela. Todas ellas han hecho posible que este relato, de la autora y periodista valenciana Mayte Aparisi (Tavernes de Valdigna, 1970) narre cien años de historia argentina con una mirada muy diferente desde una guerra (la de las Malvinas) a una dictadura (la de Videla).
P: ¿Por qué una valenciana elige Argentina para escribir una novela?
R: Yo no elegí Argentina para escribir una novela. A mí un buen día, hace doce años, una argentina afincada en Valencia, mi amiga Gisela Renés (en la novela Marta, una de las protagonistas de la novela) me contó una preciosa historia de uno de sus bisabuelos, que era de origen libanés católico. Me contó que su bisabuelo tuvo que huir en 1880 del Líbano por ser católico, y cómo se reinventó en Buenos Aires. Conocer que en Beirut había católicos me impactó; saber que en 1880 huían porque los mataban, me sorprendió. Y luego llegó la historia de emprendedurismo del bisabuelo: Gisela me contó como cambió de profesión y pasó de ser un experto calafate en Beirut a levantar una industria importante, también fundamentada en la madera de calidad (de la que no diré más de ese negocio para no hacer espóiler).
Gisela me contó como aquel codiciado objeto que comenzó fabricando el bisabuelo y luego se sumaron su padre y sus tíos, acabó en manos de Evita, de Perón, de otros presidentes y de muchos dirigentes del país.
Y esa fue la historia que yo elegí, la historia de un bisabuelo migrante y emprendedor. Cuando comencé las entrevistas con Gisela, con su madre y con su hermana, y llegó la documentación de un vasto país llamado Argentina, ese país también me atrapó. El bisabuelo consiguió hacerme viajar desde Beirut a Buenos Aires. La historia del siglo XX de Argentina llegó después. Los doce años de trabajo han sido duros, pero ahora sé que ha valido la pena.
P: ¿Qué va a encontrar y experimentar el lector o lectora de Los ruidos de la noche?
R: Para responder a esta pregunta quiero recurrir a las palabras que me dijo mi editora al finalizar la edición. Textualmente fueron: «Al tratarse de hechos históricos y, por lo tanto, reales, los lectores van a encontrar una historia muy fuerte. Es la historia de la emigración y, sobre todo, la de una dictadura moderna terrible. Pero también, entreverados, hallarán sucesos llenos de ternura, de comicidad y cercanía con los que probablemente se sentirán identificados. Es una historia reciente, y las referencias son comúnmente conocidas».
Me gustaría puntualizar que de todos los comentarios que me hizo Raquel de Diego, mi editora, uno de los que más me sorprendió fue cómo describió la sensación que le había quedado tras leer este relato verídico. De Diego me dijo: «es una novela que se describe más bien con una sensación, aquella que se tiene cuando, tras una penosa jornada laboral en un día lluvioso de invierno, uno llega a casa, se pone las pantuflas y se toma un café con leche calentito; o mejor: ese confort de la infancia que aseguraban nuestros padres, cuando solo había tele y pan con chocolate, y creíamos que la vida no tenía final».
Leer sus cálidas sensaciones, sobre todo siendo ella argentina, me sorprendió. Sobre todo cuando sabes que entre las páginas de Los ruidos de la noche además de mucha felicidad hay mucho dolor, además de mucha vida hay mucha muerte y además de mucha esperanza hay mucha frustración. Y que lo que dice Raquel de Diego pueda ser la sensación final que le quede al lector y lectora es algo impagable para una autora.

P: Esta novela está basada en la memoria oral y además narra la historia del siglo XX de Argentina ¿A qué género pertenece?
R: Estoy mismo le pregunté yo al catedrático de Historia Contemporánea, Justo Serna, quien desde abril de 2022 lleva estudiándola y analizándola por interés suyo personal. Y como él ha escrito públicamente y en redes sociales: «Los ruidos de la noche es una novela, es una crónica, es una investigación propiamente histórica, es un análisis de varias generaciones, es una averiguación familiar. Pero, sobre todo, es el trazado de un microcosmos casi real, entre Buenos Aires y Valencia. Es un espacio del que, Los ruidos de la noche alberga su réplica literaria. Por sus páginas transitan personajes principalmente femeninos que viven y mueren, que crecen, que maduran, que se nos aparecen cercanos y creíbles, complejos, perfilados con hondura, elaborados con cuidado, con trazo fino».
Raquel de Diego, por su parte, para referirse a su género dice que «es una novela basada en hechos reales y estupendamente documentada. Si el lector quiere conocer cómo se fraguó Argentina como país, allí encontrará multitud de ingredientes, sucesos y relatos que le mostrarán, sobre todo, la formación de las capitales de provincia y la política que fue reinando desde finales del siglo XIX hasta finales del XX, como todo el mundo sabe, de un modo convulso e irregular».
Y yo, como autora comparto las reflexiones y palabras de ambos completamente [Se ríe].
P: En «Los ruidos de la noche» la voz de la mujer está muy presente. Encontramos muchas protagonistas femeninas (Susana, María, Marta, tía Edel, la hermana Esperanza…). Desde la perspectiva de género, en su opinión, ¿qué aporta esta novela a la literatura que ya existe y está inspirada en la historia del siglo XX de Argentina?
R: Existen muchos libros, novelas, incluso diría que películas —la más reciente Argentina 1985, del director Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín— que hablan de episodios importantes de la historia del siglo XX de Argentina.
Pero en el caso de Los ruidos de la noche, el relato presenta la singularidad de recopilar y presentar las vivencias del día a día de cuatro generaciones de una misma familia, de unos personajes fuertes y emocionales que resultan efectivamente entrañables. Cuando me tropiezo con algún lector o lectora que ya ha leído la novela, es divertido porque les gusta contarme quien ha sido su personaje favorito. De momento no ha ganado ningún hombre y todos se quedan con alguna de las mujeres. Y tengo que decir que dos de las siete mujeres ocupan siempre los primeros puestos en la clasificación de favoritas.
Si volvemos a la perspectiva de género, me comentaba Raquel de Diego que ha sido fortuito que la voz de la memoria oral en este caso provenga de tres mujeres, y también ha sido fortuito que la fuerza de los protagonistas recaiga en las mujeres, «lo que no es fortuito es que “fueron las mujeres argentinas, en la sombra, las que configuraron un país entero, y sin exagerar. ¿Qué hubiera sido de Argentina sin Evita, sin las madres de plaza de Mayo? ¿En qué lugar de la historia de la humanidad quedarán las mujeres cuyos maridos, hijos y nietos desaparecieron o encarcelaron? ¿Y las que militaron junto a los hombres, como iguales, y fueron torturadas y asesinadas o cuyos bebés arrebataron? ¿Qué sería de su historia, en definitiva, si no existieran documentos que como Los ruidos de la noche velan por su memoria?».
Esto es lo que dice Raquel de Diego y me encanta pensar que esta novela contribuye a velar por la memoria de tantas luchadoras anónimas.
P: ¿Se puede hablar ya de proyectos de futuro?
R: Si nos referimos a Los ruidos de la noche, actualmente preparo junto a Francisco Mozetic, de la Embajada de Argentina en España, un evento para celebrar en la Casa de América de Madrid a finales de 2023. El hilo argumental será la novela pero lo cruzaremos con otras disciplinas artísticas.
Y si hablamos de proyectos de futuro en relación a futuras novelas… En 2020, al poco de cerrar Los ruidos de la noche sentía curiosidad de conocer cómo habría sido la vida de la bisabuela Marian, la que llegó a Buenos Aires recién casada con Gabriel. Como sería la vida de una joven en esa época, en Beirut. Y comencé a investigar. Algunas lectoras de la novela, casualmente, me transmitieron la misma curiosidad. Y en ello estoy, buscando documentos escritos y gráficos que me den pistas del día a día de la mujer libanesa católica de clase media alta, de padre comerciante de seda, entre 1850 y 1880. El personaje será ficcionado y se basará en la historia real del país. Y no me está resultando nada fácil encontrar información sobre la mujer libanesa del siglo XIX.
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