La Filmoteca recupera a Márta Mészáros con sus doce títulos más emblemáticos

La realizadora húngara fue la primera mujer en ganar la Berlinale, en 1975, con su película «Adopción»

Kata­lin Berek (dere­cha), la pro­ta­go­nis­ta de «Adop­ción», de Már­ta Més­zá­ros.

La Fil­mo­te­ca de Valèn­cia repa­sa­ré en un ciclo que inclu­ye doce de sus títu­los más des­ta­ca­dos el lega­do la cineas­ta hún­ga­ra Már­ta Més­zá­ros (Buda­pest, 1931), una de las direc­to­ras euro­peas más impor­tan­tes de la segun­da mitad del siglo XX, pese a que su fil­mo­gra­fía y su dila­ta­da tra­yec­to­ria cine­ma­to­grá­fi­ca de casi cin­co déca­das (1968–2017) no son dema­sia­do cono­ci­das por el públi­co ciné­fi­lo actual. La selec­ción se cen­tra en las pelí­cu­las que reali­zó entre 1969 y 1990, algu­nas de las cua­les per­ma­ne­cen iné­di­tas en Valen­cia.

Con­tem­po­rá­nea de otras cineas­tas céle­bres de su momen­to con las que com­par­te muchos temas e inte­rés en común, como la che­ca Věra Chy­ti­lo­vá o la fran­ce­sa Agnès Var­da, Már­ta Més­zá­ros fue la pri­me­ra mujer en ganar el Oso de Oro de la Ber­li­na­le en 1975 por su fil­me Adop­ción (1975). En tres años, tam­bién se hizo con el pre­mio de la crí­ti­ca inter­na­cio­nal en Can­nes por Nue­ve meses (1976) y con la Con­cha de Pla­ta del Fes­ti­val de San Sebas­tián por Como en casa (1978).

Pese a los pre­mios obte­ni­dos en fes­ti­va­les inter­na­cio­na­les en la déca­da de los seten­ta y pese a ser uno de los nom­bres más des­ta­ca­dos del nue­vo cine hún­ga­ro sur­gi­do en los años sesen­ta, Már­ta Més­zá­ros care­ce del reco­no­ci­mien­to inter­na­cio­nal de otros cineas­tas hún­ga­ros de su gene­ra­ción, como Miklós Janc­só, Lajos Kol­tai o Ist­ván Szabó. Tam­bién influ­ye en esta fal­ta de reco­no­ci­mien­to no solo su con­di­ción de cineas­ta mujer, sino tam­bién la esca­sa aten­ción que se sue­le pres­tar en Occi­den­te a los cineas­tas de la Euro­pa del Este.  

El olvi­do en el que había caí­do la obra cine­ma­to­grá­fi­ca de Már­ta Més­zá­ros ha empe­za­do a disi­par­se gra­cias a los tra­ba­jos de res­tau­ra­ción y difu­sión de sus pelí­cu­las rea­li­za­dos por el Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Cine de Hun­gría en los últi­mos años. Tam­bién ha sido impor­tan­te en la recu­pe­ra­ción de su obra y de su figu­ra el pre­mio que le con­ce­dió la Aca­de­mia del Cine Euro­peo al con­jun­to de su carre­ra en 2021.

Siem­pre com­pro­me­ti­da a docu­men­tar los cam­bios de su socie­dad a tra­vés de la mira­da y los sen­ti­mien­tos de muje­res que no se dejan ame­dren­tar por las cir­cuns­tan­cias, su cine tie­ne ecos de la Nou­ve­lle Vague y del cine sovié­ti­co en el que fue edu­ca­da. En sus pelí­cu­las, pro­fun­da­men­te crí­ti­cas y mar­ca­da­men­te polí­ti­cas, lo real y la fic­ción se mez­clan para ofre­cer un retra­to fide­digno de su socie­dad.

El cine de Már­ta Més­zá­ros se carac­te­ri­za por un rico len­gua­je cine­ma­to­grá­fi­co con cui­da­das y ori­gi­na­les pers­pec­ti­vas y sor­pren­den­tes movi­mien­tos de cáma­ra, ade­más de una radi­cal con­cien­cia femi­nis­ta y un pun­to de vis­ta feme­nino. En ese sen­ti­do, la vete­ra­na cineas­ta hún­ga­ra seña­ló: «Si inter­pre­tas mis pelí­cu­las de mane­ra estric­ta­men­te polí­ti­ca, ves que tra­to las rela­cio­nes de poder de mane­ra muy dife­ren­te a como lo hacen los direc­to­res hom­bres».

Kati Kovács, en una esce­na de «La mucha­cha».

Cuatro películas en enero

El ciclo se ini­cia el jue­ves 5 de enero (20 h.) con la pro­yec­ción en ver­sión ori­gi­nal y sub­tí­tu­los en valen­ciano de La mucha­cha (1968), que fue el pri­mer lar­go­me­tra­je de fic­ción diri­gi­do por una mujer en Hun­gría. Este títu­lo podrá vol­ver a ver­se el sába­do 14 de enero (18 h.).   

La pelí­cu­la se cen­tra en el dra­ma de una soli­ta­ria chi­ca de cla­se tra­ba­ja­do­ra que cre­ció en un orfa­na­to esta­tal en Hun­gría. La joven reci­be una car­ta de su madre y deci­de embar­car­se en un via­je para visi­tar­la, pero se encuen­tra con que su madre está casa­da y quie­re hacer pasar a su hija como su sobri­na.
 
Aun­que Més­zá­ros ya esta­ba cur­ti­da como rea­li­za­do­ra tras haber tra­ba­ja­do duran­te quin­ce años de docu­men­ta­lis­ta en el NODO hún­ga­ro, La mucha­cha es su pri­mer lar­go de fic­ción. Todas sus inquie­tu­des temá­ti­cas y la sose­ga­da expe­ri­men­ta­ción en las for­mas ya están aquí.

En su pri­me­ra eta­pa abun­dan las jóve­nes rebel­des con­tra el sis­te­ma de valo­res socia­les del momen­to, como ocu­rre en toda Euro­pa tras el mayo del 68. Este sen­ti­mien­to de revuel­ta se expre­sa a menu­do a tra­vés de la músi­ca popu­lar. En La Chi­ca, Més­zá­ros con­tó como pro­ta­go­nis­ta con Kati Kovács, can­tan­te de rock que ya era toda una cele­bri­dad en la Euro­pa del Este cuan­do rodó la pelí­cu­la.

La rea­li­za­do­ra hún­ga­ra Már­ta Més­zá­ros.

El ciclo completo

El segun­do títu­lo del ciclo (10/1, 20 h. y 15/1, 18 h.) es Víncu­los (1969), que tie­ne como pro­ta­go­nis­ta a una mujer casa­da con un impor­tan­te polí­ti­co al que no ama. Se que­da repen­ti­na­men­te viu­da cuan­do el hom­bre falle­ce en un acci­den­te. Lle­van­do una vida soli­ta­ria y rodea­da de fal­sos ami­gos a los que detes­ta, se plan­tea aban­do­nar su lujo­sa situa­ción y empe­zar de nue­vo, pero su hijo no está dis­pues­to a que su madre aver­güen­ce a su fami­lia.

A con­ti­nua­ción (11/1, 20 h., y el 13/1, 18 h.) se pro­yec­ta­rá No llo­réis, pre­cio­sas (1970), un retra­to casi docu­men­tal de la esce­na musi­cal del momen­to en Hun­gría, cla­ra­men­te influen­cia­da por los Beatles: cin­co chi­cos y una chi­ca siguen a las ban­das de beat de con­cier­to en con­cier­to, has­ta que se des­ata un con­flic­to cuan­do la joven aban­do­na a uno de los chi­cos y se fuga con un músi­co del que se ha ena­mo­ra­do.  

El jue­ves 26 de enero (18 h.)  y el miér­co­les 1 de febre­ro (20:15 horas), la Fil­mo­te­ca pro­yec­ta Des­apa­ri­ción (1973), sobre la tra­ba­ja­do­ra de una fábri­ca que se ena­mo­ra de un estu­dian­te uni­ver­si­ta­rio. Su rela­ción se enfren­ta­rá a pro­ble­mas deri­va­dos de las dife­ren­cias socia­les que hay entre ambos y que lle­van a los padres del chi­co a opo­ner­se al matri­mo­nio entre la joven pare­ja.

Més­zá­ros ya había rea­li­za­do un docu­men­tal sobre teje­do­ras en 1971. En Des­apa­ri­ción, la actriz Erz­sé­bet Kút­völg­yi se mez­cla entre ver­da­de­ras obre­ras para ofre­cer un retra­to rea­lis­ta de sus con­di­cio­nes de tra­ba­jo. La dra­ma­tur­gia se cen­tra en la impo­si­bi­li­dad de inte­gra­ción de las cla­ses y en la iro­nía que supo­ne que quie­nes man­dan en un esta­do comu­nis­ta sean aco­mo­da­dos bur­gue­ses.

En el mes de febre­ro, el ciclo se com­ple­ta con la pro­yec­ción de las ocho pelí­cu­las res­tan­tes, tres de ellas en ver­sión ori­gi­nal con sub­tí­tu­los en valen­ciano: Adop­ció (1975), Nou mesos (1976), Dos muje­res (1977), Como en casa (1978), Las here­de­ras (1980); Dia­ri per als meus fills (1984), Dia­rio para mis amo­res (1987) y Dia­rio para mis padres (1990).   

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