Chema Cardeña firma y dirige Mi querida requetetonta España, la actualización del éxito de las navidades anteriores. Un espectáculo que, además de sus nuevas incorporaciones respecto al año pasado, cambia en cada función, puesto que el público es el encargado de decidir cómo quiere concluir las escenas. Esta nueva coproducción de Arden y Sala Russafa permanecerá en cartelera del 21 de diciembre al 14 de enero, ofreciendo sesiones especiales por Navidad, Reyes y Nochevieja. 

Repre­sen­ta­ción de Mi que­ri­da reque­te­ton­ta Espa­ña.

“Somos un año más ton­tos”, así expli­ca Che­ma Car­de­ña la nece­si­dad de actua­li­zar el éxi­to de las pasa­das navi­da­des, Mi que­ri­da ton­ta Espa­ña, que del 21 de diciem­bre al 14 de enero regre­sa como Mi que­ri­da reque­te­ton­ta Espa­ña, con nue­vos per­so­na­jes, situa­cio­nes, refe­ren­cias a la actua­li­dad, can­cio­nes y coreo­gra­fías

Man­te­nien­do su estruc­tu­ra, lle­ga ‘reloa­ded’ esta come­dia con músi­ca en direc­to que hace un repa­so a las nove­da­des polí­ti­cas y socia­les de un año movi­di­to, don­de caben refe­ren­cias al caso Rubia­les, las elec­cio­nes esta­ta­les y auto­nó­mi­cas, la amnis­tía de ‘El Pro­cés’ o los escán­da­los de la Igle­sia, entre otros temas. Todos ellos sir­ven como ejem­plo de los sie­te peca­dos capi­ta­les que Espa­ña está repi­tien­do des­de los albo­res de su his­to­ria y que han lle­va­do al país al infierno don­de lo reci­be un sor­pren­di­do Dan­te Alighie­ri, autor de la más icó­ni­ca repre­sen­ta­ción del averno: La divi­na come­dia. El escri­tor, espan­ta­do ante la res­pon­sa­bi­li­dad de con­de­nar a las lla­mas eter­nas a toda una nación, con­vo­ca a una repre­sen­ta­ción de per­so­na­jes des­ta­ca­dos en la tra­yec­to­ria del país para que inten­ten redi­mir­lo de cada una de sus fal­tas fren­te a un jura­do que habrá de deci­dir si le absuel­ve o con­de­na: el públi­co

Este es el insó­li­to plan­tea­mien­to del espec­tácu­lo escri­to y diri­gi­do por Car­de­ña, que sigue la este­la de gran­des éxi­tos navi­de­ños como Ali­cia en Won­der­land, Y la nave, ¿va? o Regre­so a Nun­ca­ja­más. Son algu­nas de las copro­duc­cio­nes de la com­pa­ñía valen­cia­na Arden con el equi­po de su cen­tro de crea­ción, for­ma­ción y exhi­bi­ción de artes escé­ni­cas, Sala Rus­sa­fa

Jun­tos han logra­do esta­ble­cer un sello pro­pio en mon­ta­jes don­de ver­sio­nes de éxi­tos de la músi­ca del siglo XX son inter­pre­ta­das en direc­to por músi­cos de la esce­na inde­pen­dien­te valen­cia­na, inte­grán­do­se en tra­mas en las que rei­na la sáti­ra, la auto­crí­ti­ca y el humor más gam­be­rro. “En este tipo de obras hemos des­cu­bier­to una mane­ra de tra­ba­jar con la que nos diver­ti­mos muchí­si­mo y el públi­co pare­ce que tam­bién por­que hay autén­ti­cos fans, que vie­nen año tras año a ver qué hemos pre­pa­ra­do”, expli­ca el dra­ma­tur­go, direc­tor de esce­na y actor. 

Car­tel de Mi que­ri­da reque­te­ton­ta Espa­ña.

Recien­te­men­te, ha reci­bi­do los galar­do­nes a Mejor Espec­tácu­lo y Direc­ción en los Pre­mis de Les Arts Escè­ni­ques otor­ga­dos por el Ins­ti­tut Valen­cià de Cul­tu­ra. Reco­no­cían el tra­ba­jo rea­li­za­do en El per­fu­me del tiem­po, un dra­ma sobre los bebés roba­dos duran­te la dic­ta­du­ra de Vide­la en Argen­ti­na. “Esta pie­za con­clu­ye la ‘Tri­lo­gía de la memo­ria’, en la que hemos visi­ta­do tres momen­tos his­tó­ri­cos del siglo vein­te para hablar de los peli­gros del fas­cis­mo. Es un tipo de pro­pues­ta muy en la línea de Arden, don­de usa­mos el pasa­do para hablar del pre­sen­te. Pero en nues­tras cola­bo­ra­cio­nes con Sala Rus­sa­fa el tono, el esti­lo y los temas cam­bian radi­cal­men­te”, comen­ta Car­de­ña

En estos tra­ba­jos apues­ta por la come­dia sin tapu­jos, des­len­gua­da, “cuan­to más loca, mejor, y con muchos gags visua­les”, de mane­ra que sir­ven como vía de esca­pe para el públi­co a tra­vés de la diver­sión. Pero tam­bién invi­tan a tener una mira­da crí­ti­ca y auto­crí­ti­ca sobre la socie­dad. En su opi­nión, este sería el pun­to de unión entre las copro­duc­cio­nes con Sala Rus­sa­fa y la línea dra­ma­túr­gi­ca de Arden: en ambos casos el tea­tro sir­ve como herra­mien­ta no solo para sus­ci­tar emo­cio­nes, tam­bién para inci­tar la refle­xión… “aun­que sea llo­ran­do de risa”, apos­ti­lla el direc­tor de esce­na y dra­ma­tur­go. 

Marilyn se suma a Santa Teresa, Dalí, Agustina de Aragón, Hernán Cortés y Maimónides en la misión de salvar a España de la condena eterna

En su sép­ti­ma copro­duc­ción para la pro­gra­ma­ción espe­cial navi­de­ña, Sala Rus­sa­fa y Arden reúnen a muchos de sus cola­bo­ra­do­res habi­tua­les en un elen­co com­pues­to por Rosa López, Raquel Ortells, Sao­ro Ferre, Jai­me Vice­do, Darío Torrent y el pro­pio Car­de­ña. 

Res­pec­ti­va­men­te, son los encar­ga­dos de encar­nar a la escri­to­ra mís­ti­ca Tere­sa de Jesús, la gue­rre­ra Agus­ti­na de Ara­gón, el artis­ta surrea­lis­ta Sal­va­dor Dalí, el con­quis­ta­dor Her­nán Cor­tés, el filó­so­fo Mai­mó­ni­des y al escri­tor ita­liano Alighie­ri, ante­rior­men­te cita­do. Una pan­di­lla mal ave­ni­da y peor pre­pa­ra­da para evi­tar la catás­tro­fe, pero deci­di­da a inten­tar­lo. 

A ellos se suma una ‘sex sym­bol’ uni­ver­sal y atem­po­ral, Marilyn Mon­roe, que inter­ven­drá cuan­do lle­gue el momen­to de juz­gar si Espa­ña es cul­pa­ble de envi­dia, uno de los sie­te peca­dos capi­ta­les al que se suman la ira, la gula, la luju­ria, la ava­ri­cia, la sober­bia y la pere­za. 

Los per­so­na­jes tra­tan de supe­rar diver­sas prue­bas y de con­ven­cer al públi­co de la ino­cen­cia del país, mien­tras que el afi­la­do tex­to de Car­de­ña repa­sa epi­so­dios his­tó­ri­cos como La Recon­quis­ta o la Con­quis­ta de Amé­ri­ca; tópi­cos patrios como la tor­ti­lla de pata­tas — ¿con o sin cebo­lla? – y ele­men­tos iden­ti­ta­rios como el fer­vor reli­gio­so o las dinas­tías monár­qui­cas. Todo ello sal­pi­ca­do de cons­tan­tes refe­ren­cias a la actua­li­dad del 2023 que están lle­nas de sáti­ra, que no dejan títe­re con cabe­za.  

Repre­sen­ta­ción de Mi que­ri­da reque­te­ton­ta Espa­ña

Música en vivo para un espectáculo vivo, que cambia en cada función porque el público decide la resolución de las escenas

“Este espec­tácu­lo va a resul­tar dife­ren­te para quie­nes lo vie­ron el año pasa­do por­que cam­bian todas las refe­ren­cias a la situa­ción polí­ti­ca y social. Pero es que, ade­más, cada fun­ción es dis­tin­ta”, comen­ta Car­de­ña, expli­can­do que, en el jui­cio por cada peca­do capi­tal, el públi­co tie­ne la opción de deci­dir. Y con su vere­dic­to, cam­bia la reso­lu­ción de la esce­na. “Por otra par­te, como el equi­po está muy roda­do, vamos incor­po­ran­do cosas de las noti­cias del día ante­rior, res­pon­de­mos según sea la inter­ac­ción de los espec­ta­do­res… Si siem­pre se ha dicho que el tea­tro es un arte vivo, en este espec­tácu­lo lo sen­ti­mos más que nun­ca”, ase­gu­ra el crea­dor. Mues­tra de esa vive­za es que la repre­sen­ta­ción se adap­ta para fun­cio­nes espe­cia­les como Navi­dad, Día de Reyes o Noche­vie­ja, para la que incor­po­ran cameos de nue­vos per­so­na­jes, engar­zan en la tra­ma las cam­pa­na­das y el brin­dis con el públi­co… 

En opi­nión de su autor y direc­tor, este tipo de espec­tácu­los es muy com­ple­jo por­que “fun­cio­na como un reloj y hay que cono­cer el meca­nis­mo a la per­fec­ción para que man­te­ner el rit­mo y tono con el que la gen­te dis­fru­ta”, expli­ca Car­de­ña, quien con­fie­sa sen­tir­se tan feliz como los espec­ta­do­res cuan­do ve el patio de buta­cas trans­for­ma­do en una autén­ti­ca fies­ta. 

A ello con­tri­bu­ye la músi­ca en vivo, diri­gi­da por David Cam­pi­llos, quien tam­bién toca el bajo en la ban­da com­pues­ta por el bate­ris­ta José Mon­to­ro y el gui­ta­rris­ta y can­tan­te Juan­ma Pas­tor, líder de Johnny B Zero (gru­po recien­te­men­te galar­do­na­do en los Pre­mis Car­les San­tos de la Músi­ca Valen­cia­na).  

Con la cola­bo­ra­ción de los acto­res, van rea­li­zan­do ver­sio­nes de éxi­tos de artis­tas como The Com­mu­nards (Don’t lea­ve me this way), Cold Play (Viva la vida), Dean Mar­tin (Love) o Ceci­lia (Mi que­ri­da Espa­ña), a los que este año se suman Madon­na (Like a Vir­gin) o Rena­to Caro­so­ne (Tore­ro) como nove­da­des. Las letras y las coreo­gra­fías sir­ven para ampli­fi­car la comi­ci­dad de las esce­nas y los sen­ti­dos de unos diá­lo­gos que retra­tan — des­de el cari­ño más pro­fun­do y la más soca­rro­na retran­ca – a un país úni­co, que bien podría ser un cie­lo o arder en el infierno.    

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