valen­ciano supo­ne una espe­ran­za para el pro­gra­ma euro­peo de con­ser­va­ción de gene­rar una “reser­va gené­ti­ca” que garan­ti­ce la per­vi­ven­cia de la espe­cie.

BIOPARC Valen­cia da la bien­ve­ni­da a una de las sub­es­pe­cies de jira­fa más ame­na­za­das del pla­ne­ta.

Con este últi­mo naci­mien­to, BIOPARC Valen­cia se reafir­ma como cen­tro repro­duc­tor de espe­cies ame­na­za­das, en este caso, del pro­gra­ma euro­peo de repro­duc­ción (EEP) de esta espe­cie. Cabe des­ta­car que uno de los obje­ti­vos fun­da­men­ta­les del par­que es con­tri­buir acti­va­men­te a la recu­pe­ra­ción de deter­mi­na­das espe­cies sobre las que exis­te un gran ries­go de extin­ción.

El gru­po de 9 jira­fas que habi­tan en BIOPARC lo for­ma un macho, Julius, tres hem­bras adul­tas, Zora, Che y Bule­ría, y 5 hem­bras naci­das en Valen­cia, Áfri­ca, Sahi­ra, Kenia, Llu­na y la peque­ña de tan sólo unos días de vida.

La nue­va jira­fa es una hem­bra hija de Zora que, en esta oca­sión, no ha acep­ta­do a la cría, por lo que el equi­po téc­ni­co de BIOPARC ha pues­to en mar­cha un dis­po­si­ti­vo para ali­men­tar­la. Por el momen­to se encuen­tra en el recin­to inte­rior con su “madre adop­ti­va” Ché quien la cui­da y man­tie­ne el víncu­lo con sus con­gé­ne­res.