Nos habéis pre­gun­ta­do por una ima­gen que se ha vira­li­za­do en las redes socia­les y que dice que las pan­de­mias se ajus­tan a un patrón y suce­den cada cien años. Sin embar­go, con­tie­ne datos inexac­tos sobre las pan­de­mias que cita; no inclu­ye otras pan­de­mias que han exis­ti­do duran­te esos años, como la gri­pe A; y aun­que algu­nos virus tie­nen carác­ter esta­cio­nal no se pue­de ase­gu­rar que todos suce­den de for­ma cícli­ca. Os lo expli­ca­mos:

Las pandemias no suceden cada 100 años

La pes­te negra no se ori­gi­nó en el año 1720 como dice la ima­gen. Los pri­me­ros bro­tes de esta epi­de­mia se die­ron entre los años 1348 y 1350: 400 años antes de lo que se mues­tra en la ima­gen.

El cóle­ra ha cau­sa­do sie­te pan­de­mias dife­ren­tes des­de el año 1817, como indi­ca este estu­dio. La sép­ti­ma olea­da de la pan­de­mia se ori­gi­nó en Indo­ne­sia en el año 1961. Por lo tan­to, tam­po­co se ori­gi­nó en el año 1820, como indi­ca la ima­gen, se dio en 1817 y se ha ido repli­can­do.

La pan­de­mia gri­pal de 1918, lla­ma­da colo­quial­men­te “gri­pe espa­ño­la”, se ori­gi­nó en el año 1918 y no en el 1920, como se expli­ca en la ima­gen.

La única pandemia anterior al coronavirus declarada por la OMS: la gripe A

La ante­rior pan­de­mia, decla­ra­da por la OMS en junio de 2009, fue el bro­te del virus H1N1, cono­ci­do como gri­pe A, que con­ta­gió a más de 600.000 per­so­nas y aca­bó con la vida de más de 18.000. Sin embar­go, no apa­re­ce en la ima­gen.

“De gri­pe hemos vivi­do al menos cin­co gran­des pan­de­mias en los últi­mos 100 años”, seña­la a Maldita.es el pro­fe­sor del CSIC San­tia­go F. Ele­na. O sea, ade­más de la aviar, en 2009, y la mal lla­ma­da “gri­pe espa­ño­la”, en 1918, tene­mos “la gri­pe asiá­ti­ca H2N2 de Chi­na del año 1957 o la gri­pe H3N2 de Hong-Kong del 1968”, aña­de.

Ade­más, “en la anti­güe­dad, enfer­me­da­des como la pes­te, la virue­la, la polio, el saram­pión, el cóle­ra, la disen­te­ría… tam­bién ten­drían esa con­si­de­ra­ción de pan­de­mia al afec­tar a toda Eura­sia y Áfri­ca”, afir­ma. Por eso, algu­nas de estas enfer­me­da­des sí se han inclui­do en la ima­gen pero, como hemos dicho, ni están todas ni las fechas de apa­ri­ción son las reales.

No todos los virus tienen carácter estacional y vuelven de manera cíclica

“Las cau­sas de la esta­cio­na­li­dad son muchas, y su impor­tan­cia rela­ti­va depen­de del con­tex­to local”, apun­ta este estu­dio. Los inves­ti­ga­do­res seña­lan en este mis­mo infor­me que “las infec­cio­nes con la mis­ma cau­sa sub­ya­cen­te de trans­mi­sión esta­cio­nal pue­den mos­trar dife­ren­tes patro­nes de inci­den­cia”. Por lo tan­to, los virus no siguen un mis­mo patrón.

De hecho, el pro­fe­sor San­tia­go F. Ele­na con­si­de­ra que los virus esta­cio­na­les “depen­den de fac­to­res ambien­ta­les y de la coevo­lu­ción entre el virus y el hués­ped”. Por ejem­plo, la gri­pe sue­le pro­pa­gar­se rápi­da­men­te en for­ma de epi­de­mias esta­cio­na­les. “En el hemis­fe­rio nor­te nos afec­ta en oto­­ño-invierno. Nece­si­ta de tem­pe­ra­tu­ras bajas y hume­dad para ser esta­ble, nos infec­ta, noso­tros gene­ra­mos inmu­ni­dad y poco a poco lo con­tro­la­mos”, expli­ca.

“Cuan­do aquí pasa la ola de la epi­de­mia, más o menos se está aca­ban­do el invierno. Enton­ces empie­za el oto­ño en el hemis­fe­rio sur y se repi­te allí el pro­ce­so”, aña­de. Por lo tan­to, “cuan­do vol­ve­mos aquí al oto­ño, vuel­ve el virus”.

Otras enfermedades que han afectado a gran parte de la población pero no se las ha considerado pandemia

Hay otros bro­tes de enfer­me­da­des que tam­bién fue­ron preo­cu­pan­tes y no lle­ga­ron a ser con­si­de­ra­dos como pan­de­mia.

Como ya os hemos expli­ca­do en Maldita.esuna epi­de­mia es la exten­sión rápi­da o el incre­men­to nota­ble de per­so­nas afec­ta­das por una enfer­me­dad en un lugar deter­mi­na­do. Las pan­de­mias, en cam­bio, se ori­gi­nan cuan­do una epi­de­mia se expan­de por dis­tin­tos paí­ses y luga­res del mun­do en el mis­mo lap­so de tiem­po.

La OMS expli­ca que la gra­ve­dad tien­de a ser más fre­cuen­te en las pan­de­mias “debi­do en par­te al núme­ro mucho mayor de per­so­nas que care­cen de inmu­ni­dad fren­te al nue­vo virus”.

Por ejem­plo, en Espa­ña, es fácil que haya epi­de­mias de gri­pe cada año; igual que de for­ma perió­di­ca se vie­nen pro­du­cien­do epi­de­mias de ébo­la en Áfri­ca. La últi­ma, en la Repú­bli­ca Demo­crá­ti­ca del Con­go, ha ter­mi­na­do este mis­mo mes de mar­zo.

De hecho, el bro­te del ébo­la en Áfri­ca occi­den­tal en 2014 nun­ca ha lle­ga­do a con­si­de­rar­se una pan­de­mia. Aque­lla expan­sión fue valo­ra­da por la OMS como el mayor bro­te epi­dé­mi­co cau­sa­do has­ta enton­ces por el virus del ébo­la. Se ori­gi­nó en diciem­bre de 2013 en Gui­nea y se expan­dió a otros paí­ses, como Libe­ria, Sie­rra Leo­na, Nige­ria, Sene­gal o Malí. Pero tam­bién salió de Áfri­ca: hubo casos en Esta­dos Uni­dos, Rei­no Uni­do o Espa­ña. Sin embar­go, la OMS no lle­gó a con­si­de­rar este bro­te de ébo­la como una pan­de­mia, sino como una epi­de­mia.

Por lo tan­to, no es cier­to que las pan­de­mias se den cada cien años por­que siguen un patrón: la ima­gen que cir­cu­la con­tie­ne datos inexac­tos sobre las pan­de­mias, no inclu­ye otras que han exis­ti­do duran­te esos años, como la gri­pe A; y aun­que algu­nos virus tie­nen carác­ter esta­cio­nal no se pue­de ase­gu­rar que todos suce­den de for­ma cícli­ca.

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