10/05/2023 El escri­tor ale­mán Oli­ver Pötz­sch en ima­gen de archi­vo SOCIEDAD ESPAÑA EUROPA COMUNIDAD VALENCIANA CULTURA VLN NEGRA

El escritor alemán, que estará este fin de semana en VLC Negra, reivindica la importancia de aprender del pasado

El escri­tor ale­mán Oli­ver Pötz­sch, con su últi­mo libro.

El escri­tor ale­mán Oli­ver Pötz­sch ha cons­ta­ta­do este miér­co­les que le gus­ta bucear en perió­di­cos anti­guos por­que «siem­pre se encuen­tran cosas muy intere­san­tes, aun­que sea por cau­sa­li­dad», ya que «los mejo­res rela­tos siem­pre pro­ce­den de la reali­dad» y al res­pec­to ha rei­vin­di­ca­do: «Es impor­tan­te que apren­da­mos del pasa­do para uti­li­zar estos apren­di­za­jes en el pre­sen­te».

Pötz­sch, que esta­rá este fin de sema­na en el fes­ti­val VLC Negra, ha ofre­ci­do este miér­co­les una rue­da de pren­sa coin­ci­dien­do tam­bién con la sali­da a las libre­rías de su segun­da nove­la, El sepul­tu­re­ro y la Tie­rra Negra.

La con­ti­nua­ción de El libro del sepul­tu­re­ro, con el que ha con­se­gui­do 3,5 millo­nes de lec­to­res en toda Euro­pa, abor­da en esta oca­sión sar­có­fa­gos mis­te­rio­sos, mal­di­cio­nes egip­cias y arqueó­lo­gos ase­si­na­dos, pero tam­bién retra­ta los zoo­ló­gi­cos huma­nos que a par­tir de la déca­da de 1870 se hicie­ron tris­te­men­te céle­bres en las prin­ci­pa­les capi­ta­les euro­peas, como un sím­bo­lo de su poder colo­nial y de la infun­da­da supe­rio­ri­dad cul­tu­ral de la civi­li­za­ción occi­den­tal.

Al res­pec­to, ha expli­ca­do que esta his­to­ria le sur­gió tras leer muchos artícu­los de los anti­guos perió­di­cos de Vie­na, que tie­ne un «enor­me archi­vo» que se remon­ta a fina­les del siglo XVII, cuan­do se topó con la reali­dad de los zoo­ló­gi­cos huma­nos y lo incor­po­ró a su nove­la ponien­do ros­tro al sufri­mien­to de todas las per­so­nas que par­ti­ci­pa­ron en aque­llas «infa­mes» expo­si­cio­nes etno­grá­fi­cas.

El otro gran tema que abor­da es el de la egip­to­lo­gía de fina­les del XIX sobre la que ha afir­ma­do que le dejó «alu­ci­na­do, casi mara­vi­lla­do» por las rare­zas que encon­tró. Una de ellas son «las fies­tas de las momias» que cele­bra­ban enton­ces los jóve­nes nobles en sus pala­cios. Com­pra­ban momias y les qui­ta­ban las ven­das para ver qué se encon­tra­ban den­tro. «Si las momias echan una mal­di­ción ese pue­de ser un buen moti­vo», ha cons­ta­ta­do.

Oli­ver Pötz­sch ha seña­la­do que siem­pre esco­ge un ele­men­to de terror para ini­ciar sus obras —vam­pi­ros en la pri­me­ra; momias en la segun­da; y fan­tas­mas y espi­ri­tis­mo en la ter­ce­ra entre­ga que sal­drá este verano en Ale­ma­nia— para «expli­car algo irra­cio­nal, terrí­fi­co, pero des­de una mane­ra cien­tí­fi­ca».

Así, esa ven­ta de momias fue un nego­cio muy pro­lí­fi­co has­ta prin­ci­pios del siglo XX entre Euro­pa y un Egip­to que pasa­ba por pro­ble­mas «muy com­pli­ca­dos» y había mucho trá­fi­co de estas mer­can­cías que aquí se ven­dían en las far­ma­cias por­que había públi­co para ello como el pol­vo mum­mia, del que ha ense­ña­do un bote, al que se atri­buían nume­ro­sas cua­li­da­des cura­ti­vas.

Pero más allá de estos ele­men­tos terro­rí­fi­cos en sus pági­nas tam­bién se aden­tra en el anti­se­mi­tis­mo y racis­mo que impe­ra­ban en la épo­ca, pero rehu­yen­do de una visión sim­plis­ta por­que «no se pue­de decir que todos los anti­se­mi­tas en estos días eran mons­truos, algu­nos de ellos eran majos», y así lo refle­jan algu­nos de sus per­so­na­jes.

De igual modo, no ha elu­di­do el tér­mino negra­ta, que en ale­mán es muy des­pec­ti­vo, para mos­trar cómo la gen­te se refe­ría a estas per­so­nas enton­ces, pero ha limi­ta­do su uso a los diá­lo­gos. «Es impor­tan­te uti­li­zar esta pala­bra por­que si no se uti­li­za, si se ocul­ta, no se apren­de», ha seña­la­do Oli­ver Pötz­sch. Asi­mis­mo, ha apo­ya­do la exi­gen­cia actual de las anti­guas colo­nias de recu­pe­rar los obje­tos que les fue­ron expo­lia­dos. Ha seña­la­do que en Ale­ma­nia es un deba­te «muy actual e impor­tan­te» y ha mos­tra­do su inte­rés por cómo se plan­tea en Espa­ña.

Avances de la tecnología criminal

No obs­tan­te, ha expli­ca­do que tam­bién esco­gió esta épo­ca para ambien­tar su nove­la por­que el final del siglo XIX fue «muy intere­san­te» no solo por el gran desa­rro­llo tec­no­ló­gi­co que se regis­tró, con la crea­ción del telé­fono, la bom­bi­lla, los cines o los avio­nes, sino tam­bién por el desa­rro­llo de la tec­no­lo­gía cri­mi­nal con el sur­gi­mien­to de la dac­ti­los­co­pia o la balís­ti­ca.

Una épo­ca tam­bién en la que comien­zan la lucha de las muje­res por sus dere­chos. Por ello, tenía cla­ro que que­ría intro­du­cir una mujer como pro­ta­go­nis­ta en el depar­ta­men­to de Poli­cía, no solo un hom­bre, pero que fue­ra «una mujer fuer­te» y que no se limi­ta­ra a ejer­cer el papel de secre­ta­ria o tele­fo­nis­ta que era enton­ces el habi­tual. El resul­ta­do es Julia, fotó­gra­fa foren­se.

Oli­ver Pötz­sch ha seña­la­do que no le pro­vo­ca «nin­gu­na pesa­di­lla» tener entre sus ante­pa­sa­dos fami­lia­res a 14 ver­du­gos —el últi­mo a prin­ci­pios del siglo XIX—, y que pue­de que esta cir­cuns­tan­cia le haya lle­va­do a ser «un tipo exper­to en la muer­te». Por el momen­to, la ter­ce­ra entre­ga ver­sa­rá sobre fan­tas­mas y espi­ri­tis­mo, que eran «muy corrien­tes en aque­llas épo­ca», inclu­so creía en ellas Sis­si empe­ra­triz, o Conan Doy­le, a quien ha dado un peque­ño papel.

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