Ómicron: Science resume todo lo que se puede saber a día de hoy

El blog de alta divul­ga­ción de la pres­ti­gio­sa revis­ta Scien­ce ha resu­mi­do en una serie de artícu­los la últi­ma hora sobre Ómi­cron, la varian­te de la Covid-19 que está azo­tan­do Occi­den­te tras ser ampli­fi­ca­da des­de Sudá­fri­ca. Toda­vía es pron­to para cono­cer los deta­lles más sig­ni­fi­ca­ti­vos de Ómi­cron, si es o no más gra­ve, si esta­mos ante una evo­lu­ción natu­ral que con­ver­ti­rá a medio pla­zo en un sim­ple cata­rro al temi­ble Sars 2 que lle­va tres años some­tien­do al mun­do.

Los tex­tos aquí selec­cio­na­dos y tra­du­ci­dos por Adol­fo Pla­sen­cia, corres­pon­den a dos entra­das con quin­ce días de sepa­ra­ción.

Tiempo de Ómicron

Derek Lowe

Blog Scien­ce, 2 de diciem­bre de 2021

LINK:

https://bit.ly/3Fjtz82

Intro­duc­ción a Omi­cron

¿Qué aspec­to tie­ne esta varian­te?

Es obvio que tie­ne muchas muta­cio­nes en com­pa­ra­ción con otras varian­tes, inclu­so con la Del­ta (y más sobre esto a con­ti­nua­ción). Pero (como se men­cio­nó en el post de ayer) estas muta­cio­nes están lejos de estar dis­tri­bui­das uni­for­me­men­te. Tie­ne un poco de carác­ter de “colec­ción de gran­des éxi­tos”, por­que muchas muta­cio­nes ven­ta­jo­sas siguen sien­do ven­ta­jo­sas. Sólo hay dos en la región que codi­fi­ca la pro­teí­na N (la nucleo­cáp­si­de), aun­que ya se han vis­to antes y pue­den estar aso­cia­das a mayo­res car­gas vira­les. Hay una dele­ción de tres resi­duos en la región ORF1a (a veces ano­ta­da como NSP6), que tam­bién se ha vis­to antes, y podría tener algo que ver con la eva­sión inmu­no­ló­gi­ca (aun­que eso no está cla­ro). Pero hay muchos cam­bios en la pro­teí­na Spi­ke, de hecho, un núme­ro real­men­te sor­pren­den­te para apa­re­cer todos a la vez. Por ejem­plo, hay una secuen­cia de tres ami­noá­ci­dos que se ha inser­ta­do en la posi­ción 214, y no creo que se haya vis­to antes. Hay varios cam­bios alre­de­dor del sitio de cor­te de la furi­na (S1-S2) y toda una lis­ta de ellos alre­de­dor del domi­nio de unión al recep­tor (RBD) en la pun­ta de la pro­pia espi­ga.

 Algu­nas de ellas (espe­cial­men­te una dele­ción en el 69 y el 70) han pro­por­cio­na­do un proxy que ayu­dó a detec­tar esta varian­te de for­ma tem­pra­na. Un ensa­yo de PCR común­men­te uti­li­za­do para ana­li­zar mues­tras de pacien­tes (Taq­Path) se diri­ge a tres regio­nes dife­ren­tes de la secuen­cia del coro­na­vi­rus, y una de ellas se encuen­tra en esta par­te de la espi­ga. Sin embar­go, esa supre­sión 69–70 hace que esa par­te del ensa­yo falle: las otras dos secuen­cias se ampli­fi­can sin pro­ble­mas, pero la par­te del gen S es lo sufi­cien­te­men­te erró­nea como para no hacer­lo. Así que este com­por­ta­mien­to de “aban­dono del gen‑S” se ha uti­li­za­do para con­tro­lar las varian­tes que se ale­jan lo sufi­cien­te de la secuen­cia dise­ña­da — no se sabe qué varian­tes son en ese momen­to, pero se sabe que se tra­ta de algo que tie­ne una secuen­cia de pro­teí­na S extra­ña. Usted que­rrá ir y hacer la secuen­cia­ción real des­pués de empe­zar a ver este com­por­ta­mien­to, por­que varias varian­tes tie­nen esta supre­sión u otras que podrían hacer lo mis­mo, pero es una bue­na adver­ten­cia tem­pra­na. La eli­mi­na­ción del gen S fue de hecho una señal impor­tan­te de los labo­ra­to­rios suda­fri­ca­nos a fina­les del mes pasa­do de que algo nue­vo esta­ba suce­dien­do.

¿De dón­de vie­ne?

Bue­na pre­gun­ta. Si se obser­va un dia­gra­ma de árbol, se pue­de ver que Omi­cron sal­ta por sí sola. No es un des­cen­dien­te direc­to de las cepas Del­ta; vie­ne de una direc­ción un poco nue­va. Tam­po­co vemos muchas secuen­cias inter­me­dias, pasos a lo lar­go del camino hacia Omi­cron, aun­que éstas tuvie­ron que exis­tir en algún momen­to. Sim­ple­men­te no las vimos para secuen­ciar­las, lo cual es, por supues­to, una pis­ta.

Una hipó­te­sis inme­dia­ta fue que Omi­cron podría haber­se desa­rro­lla­do en un úni­co pacien­te humano inmu­no­de­pri­mi­do duran­te un perio­do de sema­nas o meses. Recor­de­mos cómo se desa­rro­lla la resis­ten­cia a un nue­vo fár­ma­co en orga­nis­mos infec­cio­sos en el labo­ra­to­rio: se expo­ne al pató­geno a con­cen­tra­cio­nes suble­ta­les del fár­ma­co y se aumen­ta gra­dual­men­te con el tiem­po. De este modo, no se mata todo inme­dia­ta­men­te, sino que se da al virus o a la bac­te­ria la opor­tu­ni­dad de supe­rar un desa­fío menor antes de aumen­tar la pre­sión un poco más, dejan­do que las muta­cio­nes se acu­mu­len y prue­ben su valor una y otra vez a medi­da que el desa­fío aumen­ta len­ta­men­te.

Eso es jus­to lo que ocu­rre en el inte­rior de un pacien­te con coro­na­vi­rus si no pue­de mon­tar una res­pues­ta inmu­ne com­ple­ta. El virus y el sis­te­ma inmu­ni­ta­rio se enzar­zan en una pro­lon­ga­da bata­lla en la que nin­guno de los dos pue­de ases­tar un gol­pe deci­si­vo, y las cosas siguen evo­lu­cio­nan­do. Por eso te dicen que tomes un tra­ta­mien­to com­ple­to de anti­bió­ti­cos cuan­do tie­nes una infec­ción bac­te­ria­na, y por eso las vacu­nas efec­ti­vas supri­men la for­ma­ción de varian­tes: si matas a los pató­ge­nos lo más rápi­do posi­ble, no tie­nen tiem­po de explo­rar su pai­sa­je muta­cio­nal. Hay que ata­car­los con fuer­za y rapi­dez y man­te­ner­los des­equi­li­bra­dos. Por­que si te lo tomas con cal­ma, darás tiem­po a una infec­ción viral o bac­te­ria­na para que expe­ri­men­te, y lo lamen­ta­rás.

Así que esa es una posi­bi­li­dad, pero algu­nos viró­lo­gos pien­san que Omi­cron tie­ne qui­zás dema­sia­dos cam­bios para que inclu­so ese pro­ce­so haya esta­do ope­ran­do. 

Otra hipó­te­sis (véa­se el artícu­lo de Helen Brans­well de hoy) es que los seres huma­nos haya­mos derra­ma­do pri­me­ro par­te de nues­tra pan­de­mia en un hués­ped ani­mal, y que lue­go haya­mos vuel­to a derra­mar­la en los seres huma­nos. Esa par­te de humano a ani­mal ocu­rre, con la mis­ma segu­ri­dad que las infec­cio­nes vira­les se mue­ven de los ani­ma­les a los huma­nos — por ejem­plo, des­pués de que la pan­de­mia se puso en mar­cha, empe­za­mos a encon­trar SARS-Cov‑2 en cier­vos de cola blan­ca, y las mues­tras más anti­guas no lo mues­tran. A fina­les del año pasa­do se pro­du­jo un bro­te en gran­jas de viso­nes euro­peos por con­ta­gio humano, y muchas otras espe­cies tam­bién se han infec­ta­do. Qui­zás el pre­cur­sor de Omi­cron (algo del cla­do 20B) pasó los últi­mos meses evo­lu­cio­nan­do en otra espe­cie por com­ple­to antes de sal­tar de nue­vo a los huma­nos. Ambas opcio­nes son plau­si­bles, y nin­gu­na de ellas pue­de des­car­tar­se toda­vía. Actua­li­za­ción: para más infor­ma­ción sobre los orí­ge­nes (intere­san­tes pero indis­tin­tos) de Omi­cron, véa­se aquí y aquí.

¿Es más infec­cio­so? ¿Es más pro­ba­ble que esca­pe a nues­tras pro­tec­cio­nes inmu­ni­ta­rias? ¿O qué?

Esto es lo que vamos a inten­tar ave­ri­guar en los pró­xi­mos días y sema­nas. Aho­ra mis­mo no está cla­ro, a pesar de lo que se pue­da ver en algu­nos titu­la­res. Los casos de Omi­cron están apa­re­cien­do en varios paí­ses, y segu­ro que habrá más. El Rei­no Uni­do está empe­zan­do a ver un aumen­to en los resul­ta­dos de las prue­bas de aban­dono del gen S, lo que sugie­re que Omi­cron podría estar en camino allí. No he vis­to datos simi­la­res para los EE.UU., en par­te por­que nues­tras prue­bas y vigi­lan­cia duran­te la pan­de­mia han sido con dema­sia­da fre­cuen­cia una bro­ma sin gra­cia. Pero el pri­mer caso de EE.UU. apa­re­ció en Cali­for­nia el otro día, y pue­des espe­rar ver titu­la­res de “Pri­mer caso de Omi­cron en [Inser­tar nom­bre del esta­do]” en las pró­xi­mas sema­nas, con segu­ri­dad. Israel, Ale­ma­nia, los Paí­ses Bajos, Japón, Bra­sil y otros paí­ses están empe­zan­do a infor­mar de un peque­ño núme­ro de casos secuen­cia­dos con­fir­ma­dos.

Pero aho­ra mis­mo, hones­ta­men­te, podría ir en cual­quier direc­ción. De varias mane­ras. El repen­tino aumen­to apa­ren­te en Sudá­fri­ca cier­ta­men­te argu­men­ta a favor de una mayor trans­mi­si­bi­li­dad, pero ten­dre­mos que ver lo que suce­de en otros paí­ses tam­bién. Recuer­da que la varian­te Lamb­da sur­gió con fuer­za en Perú, Chi­le, Argen­ti­na y otras par­tes de Suda­mé­ri­ca en el verano, pero no des­pe­gó real­men­te en el res­to del mun­do. Se pue­den encon­trar muchas his­to­rias de julio y agos­to en las que se adver­tía a todo el mun­do de que se pre­pa­ra­ra para ello, pero no fue así (esto no es una que­ja). En su lugar, fue Del­ta la que rugió en todo el mun­do. 

Omi­cron podría echar a Del­ta a un lado y con­ver­tir­se en la cepa domi­nan­te. O el mapa podría con­ver­tir­se en un mosai­co, con algu­nas zonas mucho más afec­ta­das que otras (que, por cier­to, ha sido el modo domi­nan­te duran­te toda la pan­de­mia). O, menos pro­ba­ble pero no impo­si­ble, Omi­cron podría resul­tar ser un pro­ble­ma menor de lo que pare­ce aho­ra. 

Aquí hay un buen hilo en Twit­ter de Tre­vor Bed­ford tra­tan­do de tra­ba­jar con los datos que tene­mos aho­ra. Hace varias supo­si­cio­nes plau­si­bles y mues­tra cómo éstas con­du­cen a un espec­tro de trans­mi­si­bi­li­dad y esca­pe inmu­no­ló­gi­co. Aho­ra mis­mo, los datos apo­yan que Omi­cron se encuen­tra a lo lar­go de una cur­va en ese espa­cio, con una mayor trans­mi­si­bi­li­dad que impli­ca una menor pro­pen­sión al esca­pe inmu­no­ló­gi­co, y vice­ver­sa — se pue­de hacer que los datos epi­de­mio­ló­gi­cos se ajus­ten a varias com­bi­na­cio­nes de esos dos, pero lo que no se ajus­ta es un esce­na­rio de Coro­na­vi­rus del Día del Jui­cio Final en el que ambos son máxi­mos. Si eso fue­ra cier­to, las cosas ya esta­rían peor, créan­lo. 

Vien­do el gran núme­ro de muta­cio­nes de la región de Spi­ke, Bed­ford cree que es pro­ba­ble que Omi­cron vaya a mos­trar una mayor eva­sión inmu­no­ló­gi­ca a cos­ta de la trans­mi­si­bi­li­dad, y de hecho es posi­ble que al final sea menos trans­mi­si­ble que Del­ta. Si esta his­to­ria de Israel se con­fir­ma, eso podría ser lo que esta­mos vien­do.

Pero la mayor eva­sión inmu­no­ló­gi­ca, por supues­to, sigue sin ser una bue­na noti­cia. De nue­vo, eso no sig­ni­fi­ca que la pro­tec­ción de la vacu­na (o la pro­tec­ción a tra­vés de la infec­ción pre­via) sea repen­ti­na­men­te inú­til, sólo que pue­de haber sido ero­sio­na­da en algún gra­do que aún no está cla­ro. Al igual que antes, es nece­sa­rio que te vacu­nes y que te pon­gas un refuer­zo si pue­des hacer­lo. Esa es una opción mucho mejor que enfren­tar­se a Del­ta u Omi­cron con un sis­te­ma inmu­no­ló­gi­co inge­nuo, y si este últi­mo es real­men­te un poco mejor en la eva­sión de la res­pues­ta inmu­ne huma­na, es aún más desea­ble afi­nar eso tan­to como sea posi­ble antes de expo­ner­se en abso­lu­to

Reci­bo muchos correos elec­tró­ni­cos de per­so­nas preo­cu­pa­das por la segu­ri­dad de las vacu­nas, y aun­que no com­par­to la mayo­ría de sus preo­cu­pa­cio­nes, al menos pue­do enten­der­las. Pero las per­so­nas que se nie­gan a vacu­nar­se por­que apa­ren­te­men­te creen que pue­den com­ba­tir mejor el virus sin ella, esas son las per­so­nas que me des­con­cier­tan por com­ple­to.

¿Y aho­ra qué?

Reco­ge­mos todos los datos fia­bles que pode­mos, lo más rápi­do posi­ble. Segui­mos de cer­ca la pro­pa­ga­ción de esta varian­te y tra­ta­mos de ave­ri­guar a cuán­tas per­so­nas ha infec­ta­do cada nue­vo pacien­te. Secuen­cia­mos los casos todo lo que pode­mos para ase­gu­rar­nos de que Omi­cron no está deri­van­do en algo aún más preo­cu­pan­te. Una vez que las per­so­nas se han recu­pe­ra­do de ella, les toma­mos mues­tras de san­gre y carac­te­ri­za­mos cómo es su res­pues­ta inmu­ni­ta­ria y la com­pa­ra­mos con los casos pos­te­rio­res a Del­ta y otros

Y (en los expe­ri­men­tos que se están lle­van­do a cabo en este momen­to) toma­mos mues­tras de san­gre de per­so­nas que han teni­do Del­ta, otras que han reci­bi­do dos inyec­cio­nes de la vacu­na y otras que han teni­do esas más un refuer­zo y vemos lo bien que sus anti­cuer­pos pue­den neu­tra­li­zar Omi­cron in vitro. Esos expe­ri­men­tos nos darán la pri­me­ra lec­tu­ra de lo que podría­mos espe­rar en todas estas pobla­cio­nes si esta varian­te real­men­te des­pe­ga en el mun­do, y esta­re­mos aten­tos a los datos del mun­do real para ase­gu­rar­nos de que las cosas siguen de la mane­ra que espe­ra­mos. Hoy no sabe­mos lo sufi­cien­te, pero muy pron­to sabre­mos mucho más.


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Actua­li­za­ción (info) sobre Omi­cron

Derek Lowe

Blog Scien­ce, 17 de diciem­bre de 2021

Es hora de echar otro vis­ta­zo a la situa­ción de la varian­te de Omi­cron. Escri­bí un post intro­duc­to­rio a prin­ci­pios de diciem­bre sobre esto, y aho­ra tene­mos mucha más infor­ma­ción sobre sus pre­gun­tas abier­tas. Así que vamos a poner­nos al día:

¿Por qué Omi­cron se está exten­dien­do tan rápi­da­men­te?

No pare­ce haber duda de que esta varian­te se pro­pa­ga más rápi­da­men­te en las pobla­cio­nes que cual­quie­ra de las que hemos vis­to has­ta aho­ra. Los datos suda­fri­ca­nos cier­ta­men­te lo indi­ca­ban, y los recien­tes aumen­tos en el Rei­no Uni­do, Dina­mar­ca, Norue­ga y otros paí­ses están siguien­do un cur­so de des­pe­gue repen­tino simi­lar. Hay muchas razo­nes para espe­rar lo mis­mo aquí en los EE.UU. (más ade­lan­te se habla de ello). Pero las razo­nes de este com­por­ta­mien­to han sido menos cla­ras. 

Hay dos gran­des posi­bi­li­da­des que podrían estar suce­dien­don­do al mis­mo tiem­po: esta varian­te podría ser más fácil de trans­mi­tir (y se pue­den encon­trar varias mane­ras de que eso pue­da estar suce­dien­do), y/o podría estar hacien­do un mejor tra­ba­jo eva­dien­do nues­tras pro­tec­cio­nes inmu­nes, con varias posi­bi­li­da­des allí tam­bién

En los dos últi­mos días tene­mos prue­bas de la pri­me­ra de ellas. Un equi­po de Hong Kong ha anun­cia­do [ https://bit.ly/3esrETb ] que en sus ensa­yos celu­la­res la varian­te Omi­cron pare­ce repro­du­cir­se has­ta 70 veces más rápi­do en el trac­to res­pi­ra­to­rio supe­rior, mien­tras que al mis­mo tiem­po es mucho más len­ta en el teji­do pul­mo­nar. Aquí hay un artícu­lo sobre esto en Stat [ https://bit.ly/3qcQX0H ]. Se tra­ta de obser­va­cio­nes muy intere­san­tes, que enca­jan per­fec­ta­men­te con lo que esta­mos vien­do has­ta aho­ra. El aumen­to de la car­ga viral en las vías res­pi­ra­to­rias supe­rio­res podría dar lugar a aero­so­les (pro­du­ci­dos por la res­pi­ra­ción, el habla, la tos, etc.) que trans­por­tan más par­tí­cu­las vira­les. Éstas, a su vez, lle­ga­rán pri­me­ro a esos mis­mos teji­dos en otras per­so­nas, don­de pue­den ini­ciar inme­dia­ta­men­te la mis­ma repli­ca­ción rápi­da allí. Pero véa­se más ade­lan­te: la otra razón por la que más per­so­nas están con­tra­yen­do la varian­te es que pare­ce ser que tene­mos menos pro­tec­ción con­tra ella, por lo que ambos fac­to­res men­cio­na­dos ante­rior­men­te pare­cen estar suce­dien­do.

¿Con­du­ce el omi­cron a una enfer­me­dad menos gra­ve?

Esto ha sido con­tro­ver­ti­do, pero hay más prue­bas de que la res­pues­ta pue­de ser “sí” — pero eso no sig­ni­fi­ca que las cosas vayan a estar bien, tam­po­co. Sudá­fri­ca es el país más avan­za­do en el mun­do de Omi­cron, por lo que pode­mos ver, y aun­que sus casos se han dis­pa­ra­do, sus tasas de hos­pi­ta­li­za­ción y muer­te sólo han sido una frac­ción de lo que se vio en las pri­me­ras olea­das. Si esto se man­tie­ne en el res­to del mun­do, pode­mos ale­grar­nos de ello, por­que la alter­na­ti­va podría ser catas­tró­fi­ca. Aun así, el pro­ble­ma es que esta olea­da de Omi­cron está afec­tan­do a paí­ses (inclui­dos los EE.UU.) que ya están some­ti­dos a una gran pre­sión en sus sis­te­mas sani­ta­rios. El per­so­nal no está don­de debe­ría estar, y el per­so­nal que está en los hos­pi­ta­les está ago­ta­do por lidiar mes a mes con la pan­de­mia. Inclu­so si las hos­pi­ta­li­za­cio­nes son meno­res como por­cen­ta­je de casos, el núme­ro de casos bien podría com­pen­sar eso — recuer­de la clá­si­ca línea publi­ci­ta­ria de las tien­das de des­cuen­to: “¿Cómo lo hace­mos? Volu­men, volu­men, volu­men”.

En otras pala­bras, este sería un muy buen momen­to para no ir al hos­pi­tal para otras cosas. Nada de ciru­gías elec­ti­vas (muchos sis­te­mas sani­ta­rios ya las están apla­zan­do de nue­vo), y yo reco­men­da­ría extre­mar el cui­da­do en las carre­te­ras, en el lugar de tra­ba­jo, en la coci­na y en otras situa­cio­nes que tie­nen más pro­ba­bi­li­da­des de enviar a una per­so­na a urgen­cias. El nivel de aten­ción, según todos los indi­cios, va a estar some­ti­do a mucha más pre­sión en las pró­xi­mas sema­nas, y ya lo esta­ba.

El tra­ba­jo de Hong Kong men­cio­na­do ante­rior­men­te tam­bién podría enca­jar en esta par­te de la his­to­ria. Muchos de los casos gra­ves de coro­na­vi­rus pro­vie­nen de una infec­ción pro­fun­da en los pul­mo­nes (de ahí la intu­ba­ción y otras medi­das para aumen­tar los nive­les de oxí­geno). Pero si Omi­cron es más bien una infec­ción del trac­to res­pi­ra­to­rio supe­rior en muchas per­so­nas, eso podría ser menos pro­ble­má­ti­co. No me malin­ter­pre­ten: la gen­te está ingre­san­do en el hos­pi­tal con Omi­cron, y la gen­te está murien­do por ello. Pero casi dos años de repe­ti­das olea­das de este tipo están ponien­do las cosas en pers­pec­ti­va (o, alter­na­ti­va­men­te, hacién­do­nos más insen­si­bles), y si no esta­mos real­men­te ante algo como un Del­ta más rápi­do (o peor), enton­ces inten­ta­ré ale­grar­me de que poda­mos haber evi­ta­do un desas­tre aún mayor. Es un frío con­sue­lo.

¿Qué pasa con la ‘eva­sión’ inmu­no­ló­gi­ca? ¿Qué gra­do de pro­tec­ción ofre­cen las vacu­nas?

Esta par­te de la his­to­ria tam­po­co está com­ple­ta­men­te resuel­ta, pero tene­mos mucha más infor­ma­ción que hace dos sema­nas. La mayor par­te son datos basa­dos en los anti­cuer­pos, y de entra­da se recuer­da que, aun­que esto es impor­tan­te, no es la últi­ma pala­bra sobre la pro­tec­ción inmu­ni­ta­ria en el mun­do real. Los meca­nis­mos de las célu­las T tam­bién son cru­cia­les, y los datos sobre las célu­las T son mucho más difí­ci­les de con­se­guir. Dado que no se ve el núme­ro de artícu­los en esa área como en el caso de los per­fi­les de anti­cuer­pos, es fácil pen­sar que no son tan impor­tan­tes, pero eso no es cier­to.

Así que con eso en men­te, esto es lo que esta­mos vien­do en el fren­te de los anti­cuer­pos. Pare­ce que dos dosis de las vacu­nas de ARNm, espe­cial­men­te si se admi­nis­tra­ron hace meses, deja a los pacien­tes con una neu­tra­li­za­ción de anti­cuer­pos muy pobre con­tra la varian­te Omi­cron

Ha habi­do varios [ https://bit.ly/3mlW2mi ] pre­prints recien­tes que apun­tan en la mis­ma direc­ción [ https://bit.ly/3pe82YS ] sobre esto, pero tam­bién (afor­tu­na­da­men­te) todos repro­du­cen otro efec­to tam­bién: una ter­ce­ra inyec­ción de refuer­zo pare­ce tener un efec­to posi­ti­vo muy fuer­te en la neu­tra­li­za­ción de anti­cuer­pos.  Los datos pre­li­mi­na­res sugie­ren que esta adver­ten­cia pare­ce apli­car­se aún más a las per­so­nas que reci­bie­ron la vacu­na con­tra el ade­no­vi­rus de Jans­sen en una sola dosis, y tam­bién hay un infor­me que indi­ca que dos dosis de la vacu­na Sino­vac no pro­por­cio­nan sufi­cien­te pro­tec­ción de anti­cuer­pos, ni tam­po­co Coro­na­vac. Esto enca­ja con los nume­ro­sos infor­mes que indi­can que casi todas las tera­pias de anti­cuer­pos mono­clo­na­les exis­ten­tes tam­po­co fun­cio­nan bien con­tra el Omi­cron. El sotro­vi­mab, de Vir/GSK, pare­ce ser una excep­ción. Y no, la inmu­ni­dad con­fe­ri­da por la infec­ción real con el coro­na­vi­rus tam­bién es eva­di­da por el Omi­cron, como es el caso de otras varian­tes, así que eso tam­po­co es una garan­tía. Soy cons­cien­te de que hay una comu­ni­dad que dice que la infec­ción natu­ral con el virus pro­por­cio­na mucha más pro­tec­ción que las vacu­nas, pero no es así.

No sabe­mos, por supues­to, cuán­to dura ese efec­to de refuer­zo, por­que la úni­ca for­ma de ave­ri­guar­lo es espe­rar y com­pro­bar­lo. Pero las impli­ca­cio­nes pare­cen cla­ras: con­si­ga una dosis de refuer­zo si pue­de, por­que las pro­ba­bi­li­da­des son muy, muy bue­nas de que pro­por­cio­ne una pro­tec­ción de anti­cuer­pos mucho más fuer­te con­tra Omi­cron. De lo con­tra­rio, es pro­ba­ble que no ten­ga mucha pro­tec­ción de anti­cuer­pos en abso­lu­to, lo que enca­ja­ría con el núme­ro de casos en Sudá­fri­ca y otras áreas que se han vis­to en per­so­nas pre­via­men­te vacu­na­das que no se habían vacu­na­do por ter­ce­ra vez. 

Esta reco­men­da­ción tie­ne espe­cial fuer­za aho­ra que nos acer­ca­mos a las vaca­cio­nes de Navi­dad y Año Nue­vo en muchas par­tes del mun­do, y mien­tras Chi­na se pre­pa­ra para los Jue­gos Olím­pi­cos de Invierno. Una vez más, nin­guno de estos tra­ba­jos abor­da la inmu­ni­dad de las célu­las T, que sin duda es un com­po­nen­te. Se espe­ra que estar vacu­na­do de cual­quier mane­ra pro­por­cio­ne más pro­tec­ción que ser inmu­no­ló­gi­ca­men­te ‘inge­nuo’, por lo que con­se­guir dosis de todo tipo en la gen­te de todo el mun­do tie­ne que ser una prio­ri­dad. Por ejem­plo, sigue sien­do una incóg­ni­ta saber qué par­te de las cifras de hos­pi­ta­li­za­ción y muer­te que hemos obser­va­do has­ta aho­ra en Omi­cron son el resul­ta­do de las vacu­nas que hemos admi­nis­tra­do has­ta aho­ra, y qué par­te se debe a las pro­pie­da­des intrín­se­cas de la varian­te.

Mien­tras tan­to, el inhi­bi­dor de la pro­tea­sa de Pfi­zer (como se men­cio­nó aquí el otro día: https://bit.ly/3GYl6I3 ) pare­ce ser igual de efi­caz con­tra Omi­cron, pero su sumi­nis­tro no será sufi­cien­te para mar­car una dife­ren­cia real en las pró­xi­mas sema­nas. Espe­ro que este fár­ma­co (y otros inhi­bi­do­res de la pro­tea­sa que aún están en fase de prue­bas) pue­dan cam­biar las cosas con el tiem­po, pero aho­ra mis­mo esta­mos ante un pro­ble­ma.

¿Qué pasa aho­ra?

Lo que suce­de aho­ra, casi con toda segu­ri­dad, es que aquí en los Esta­dos Uni­dos expe­ri­men­ta­re­mos un aumen­to muy fuer­te y rápi­do de los casos de Omi­cron. Ya lo esta­mos vien­do en la ciu­dad de Nue­va York y en algu­nos otros luga­res. Dado el esta­do de las prue­bas en los EE.UU., ten­dría­mos que supo­ner que las ver­da­de­ras cifras de casos son mucho más altas de lo que esta­mos reco­gien­do. La tem­po­ra­da de vaca­cio­nes de Navi­dad y Año Nue­vo pro­pa­ga­rá el virus más a fon­do y per­tur­ba­rá el segui­mien­to de los casos, tal como vimos el año pasa­do. Como se men­cio­nó ante­rior­men­te, varios otros paí­ses ya están sien­do gol­pea­dos fuer­te­men­te con esta varian­te y me sor­pren­de­ría si eso no con­ti­núa en los que aún no lo están vien­do. Aho­ra pare­ce que vamos a estar bien y ver­da­de­ra­men­te ‘Omi­cro­nea­dos’ — la cues­tión es el cur­so de esta par­te de la pan­de­mia. 

Pare­ce que en Sudá­fri­ca ya está bajan­do, y será muy intere­san­te, de una mane­ra des­apa­sio­na­da, ver si se tra­ta de una ola de movi­mien­to rápi­do simi­lar en otras par­tes del mun­do. Los quí­mi­cos medi­ci­na­les se acor­da­rán de los fár­ma­cos impul­sa­dos por el cMax fren­te a los impul­sa­dos por el AUC; tal vez esta ola se parez­ca más a los datos de nivel san­guí­neo que se obtie­nen de una dosis i.v. que a algún tipo de for­mu­la­ción de depó­si­to de libe­ra­ción len­ta. Toda­vía no lo sabe­mos.

A lar­go pla­zo, hay por supues­to muchas posi­bi­li­da­des. Una mala es que se desa­rro­lle algo más con­ta­gio­so que Omi­cron pero más viru­len­to, y esto no se pue­de des­car­tar. Una mejor es que Omi­cron atra­vie­se el mun­do cau­san­do menos des­truc­ción de la que podría­mos temer, y que des­pla­ce a la varian­te Del­ta y a otras por el camino debi­do a su pro­pa­ga­ción mucho más rápi­da. Eso podría lle­var­nos a un mun­do en el que hay una enfer­me­dad coro­na­vi­rus, menos mor­tal que antes, con­tra la que se pue­de tener pro­tec­ción inmu­ni­ta­ria median­te vacu­nas y para la que hay una medi­ca­ción agu­da efi­caz (un inhi­bi­dor de la pro­tea­sa) si se enfer­ma de ella. En este pun­to, lo acep­to.


AUTOR:

Derek Lowe, blog Scien­ce. Naci­do en Arkan­sas, se licen­ció en el Hen­drix Colle­ge y se doc­to­ró en quí­mi­ca orgá­ni­ca en la Uni­ver­si­dad de Duke antes de pasar una tem­po­ra­da en Ale­ma­nia con una beca Hum­boldt para su pos­doc­to­ra­do. Ha tra­ba­ja­do para varias gran­des empre­sas far­ma­céu­ti­cas des­de 1989 en pro­yec­tos de des­cu­bri­mien­to de fár­ma­cos con­tra la esqui­zo­fre­nia, el Alzhei­mer, la dia­be­tes, la osteo­po­ro­sis y otras enfer­me­da­des.




Los primeros estudios de laboratorio sugieren que Ómicron puede ser más suave

Pero la mayo­ría de los cien­tí­fi­cos se reser­van el jui­cio

Gretchen Vogel y Kai Kupferschmied

20 de diciem­bre de 2021

La nue­va varian­te del SARS-CoV‑2 que está explo­tan­do en todo el pla­ne­ta está

obli­gan­do a la huma­ni­dad a adap­tar­se a una velo­ci­dad ver­ti­gi­no­sa. Esta sema­na, los

paí­ses del nor­te de Euro­pa han impues­to nue­vas y estric­tas medi­das para tra­tar de

redu­cir el cre­cien­te núme­ro de casos. El sába­do, los Paí­ses Bajos decre­ta­ron un cie­rre

casi total de la vida públi­ca y per­mi­tie­ron que los resi­den­tes no reci­bie­ran más de dos

invi­ta­dos al día, con una excep­ción para Navi­dad y Año Nue­vo, cuan­do se per­mi­ten

cua­tro visi­tan­tes. Dina­mar­ca, que levan­tó todas las res­tric­cio­nes por la pan­de­mia en

sep­tiem­bre, cerró el vier­nes los tea­tros, las salas de con­cier­tos, los museos y otros

espa­cios públi­cos y prohi­bió la ven­ta de alcohol des­pués de las 10 de la noche.

El moti­vo de estas deci­sio­nes es la alar­ma por la pro­pa­ga­ción de Omi­cron, y la

pre­cau­ción ante la gran incer­ti­dum­bre. Si Omi­cron hace que la gen­te enfer­me tan­to

como la varian­te Del­ta, los mode­los pre­di­cen un aumen­to asom­bro­so de las

hos­pi­ta­li­za­cio­nes, mucho más de lo que la mayo­ría de los sis­te­mas de salud pue­den

mane­jar. Si Omi­cron pro­vo­ca una enfer­me­dad más leve que Del­ta, las cosas serían

menos catas­tró­fi­cas, pero inclu­so en ese caso, “cabe espe­rar una sobre­car­ga

con­si­de­ra­ble de los hos­pi­ta­les”, advir­tió un gru­po de exper­tos en un infor­me [

https://bit.ly/3mi4zqv ] del 19 de diciem­bre al gobierno ale­mán. Una olea­da masi­va de

Omi­cron tam­bién podría pro­vo­car muchos más casos de ‘Covid de Lar­go perio­do’.

Pasa­rán sema­nas antes de que los datos epi­de­mio­ló­gi­cos ofrez­can un vere­dic­to cla­ro

sobre la gra­ve­dad de la enfer­me­dad. Pero los datos pre­li­mi­na­res de labo­ra­to­rio y

algu­nos indi­cios del mun­do real des­pier­tan la espe­ran­za entre los opti­mis­tas, mien­tras

que otros se reser­van el jui­cio. “Si resul­ta que Omi­cron redu­ce la gra­ve­dad de la

enfer­me­dad, aho­ra exis­ten poten­cial­men­te algu­nos meca­nis­mos que podrían ayu­dar a

expli­car­lo”, afir­ma Tom Pea­cock, viró­lo­go del Impe­rial Colle­ge de Lon­dres (ICL). “Por

otro lado, pue­de haber algu­nos meca­nis­mos que podrían expli­car lo con­tra­rio. Así que

toda­vía es un poco con­fu­so has­ta que los datos del mun­do real cris­ta­li­cen”.

En Sudá­fri­ca sólo se ha regis­tra­do un modes­to aumen­to de las hos­pi­ta­li­za­cio­nes por

COVID-19 gra­ve, inclu­so un mes des­pués de que los casos empe­za­ran a explo­tar allí.

“Todos segui­mos sien­do muy cau­te­lo­sos con esos datos, pero pare­ce que resis­ten”,

dice la viró­lo­ga Wendy Bur­gers, de la Uni­ver­si­dad de Ciu­dad del Cabo. Ade­más, los

pri­me­ros indi­cios sugie­ren que la olea­da de Omi­cron en Sudá­fri­ca podría no durar

mucho. Los casos ya están dis­mi­nu­yen­do en la pro­vin­cia de Gau­teng, el epi­cen­tro del

bro­te, lo cual es un poco mis­te­rio­so dado lo trans­mi­si­ble que pare­ce ser Omi­cron,

dice Tre­vor Bed­ford, espe­cia­lis­ta en bio­in­for­má­ti­ca de la Uni­ver­si­dad de Washing­ton,

Seattle, y del Cen­tro de Inves­ti­ga­ción del Cán­cer Fred Hut­chin­son. Sos­pe­cha que par­te

de la expli­ca­ción es que más infec­cio­nes de las habi­tua­les pasa­ron des­aper­ci­bi­das

por­que eran leves o asin­to­má­ti­cas, por lo que el pico real fue inclu­so mayor de lo

que mos­tra­ban las esta­dís­ti­cas ofi­cia­les.

Pero los pri­me­ros datos pro­ce­den­tes de Euro­pa, cuya pobla­ción es más vie­ja que la

de Sudá­fri­ca, son menos espe­ran­za­do­res. Basán­do­se en los pri­me­ros datos de

hos­pi­ta­li­za­ción, por ejem­plo, un infor­me de los mode­li­za­do­res del ICL con­clu­ye [

https://bit.ly/3mmQrwi ] que hay “a lo sumo cam­bios limi­ta­dos en la gra­ve­dad en

com­pa­ra­ción con el Del­ta”. “No sé cómo cua­drar estas dos cosas, y eso es

pro­ba­ble­men­te lo que más me preo­cu­pa en este momen­to”, dice Bed­ford.

Los datos de labo­ra­to­rio ofre­cen un poco más de espe­ran­za. Se ha demos­tra­do que

los anti­cuer­pos resul­tan­tes de la vacu­na­ción o la infec­ción pier­den la mayor par­te de

su poder con­tra el Omi­cron, pero otra defen­sa del sis­te­ma inmu­ni­ta­rio ‑las célu­las T,

que reco­no­cen y eli­mi­nan las célu­las infec­ta­das en el orga­­ni­s­­mo- pare­ce hacer­lo

mejor. Bur­gers y su cole­ga Cathe­ri­ne Riou ana­li­za­ron la res­pues­ta de las célu­las T de

per­so­nas que habían reci­bi­do una o dos dosis de la vacu­na COVID-19 de Jans­sen o dos

dosis de Pfi­zer. En los tres gru­pos, la res­pues­ta de las célu­las T a Omi­cron se redu­jo en

una can­ti­dad modes­ta en com­pa­ra­ción con la cepa ori­gi­nal del virus: entre un 20% y

un 30%, esti­man los inves­ti­ga­do­res. Eso es mucho menos que la caí­da de la efi­ca­cia

de los anti­cuer­pos. “Los lin­fo­ci­tos T están resis­tien­do a Omi­cron”, con­clu­ye Bur­gers.

“Y los datos son muy con­sis­ten­tes en todas las vacu­nas”.

Esto pue­de ayu­dar a expli­car la baja car­ga hos­pi­ta­la­ria de Sudá­fri­ca, dice Bur­gers. “Por

supues­to, podrían ser otras cosas sobre la bio­lo­gía de esta varian­te”, aña­de, “pero

cier­ta­men­te, por todo lo que sabe­mos sobre las célu­las T, esto es lo que hacen:

con­tro­lar un virus una vez que se ha infec­ta­do. Así que este es su momen­to de bri­llar

con efi­ca­cia”.

Mien­tras tan­to, los inves­ti­ga­do­res que estu­dian el com­por­ta­mien­to de Omi­cron en el

labo­ra­to­rio se encuen­tran con sor­pre­sas. “Hay algo muy extra­ño en este virus”, dice

Pea­cock. Nor­mal­men­te, el SARS-CoV‑2 se repli­ca bien en las célu­las Vero ‑célu­las

rena­les de monos ver­des afri­­ca­­nos- dise­ña­das gené­ti­ca­men­te para que ten­gan los

recep­to­res del virus, ACE2 y TMPRSS2. Con cual­quier cepa ante­rior, estas infec­cio­nes

dan lugar a zonas visi­bles de daños en el cul­ti­vo celu­lar deno­mi­na­das pla­cas. Pero eso

ocu­rre mucho menos con Omi­cron, dice Pea­cock. “No está gus­tan­do a las líneas

celu­la­res que han sido nues­tro pan de cada día”.

Los inves­ti­ga­do­res de Hong Kong han obser­va­do dife­ren­cias nota­bles en otro sis­te­ma,

en el que el virus infec­ta teji­do pul­mo­nar sano toma­do de pacien­tes con cán­cer de

pul­món duran­te la ciru­gía. Omi­cron se repli­ca mucho más rápi­do que las varian­tes

ante­rio­res en las célu­las de los bron­quios, pero mucho más len­ta­men­te en las célu­las

de la par­te infe­rior de los pul­mo­nes. “Mien­tras que las otras cepas des­pe­gan

des­pués de unas 72 horas en los bron­quios, ésta lo hace en 24 horas”, afir­ma John

Nicholls, pató­lo­go de la Uni­ver­si­dad de Hong Kong. Los hallaz­gos, publi­ca­dos en una

bre­ve nota en línea [ https://bit.ly/3EfX3CC ] y envia­dos a una revis­ta, podrían expli­car

por qué Omi­cron se pro­pa­ga mejor y, al mis­mo tiem­po, cau­sa una enfer­me­dad

menos gra­ve. El virus que se encuen­tra en los bron­quios tie­ne más pro­ba­bi­li­da­des de

ser exha­la­do, mien­tras que en la pro­fun­di­dad del pul­món es pro­ba­ble que cau­se una

enfer­me­dad más gra­ve. Pero Nicholls pide pre­cau­ción a la hora de inter­pre­tar los

datos. “Esta­mos sien­do muy, muy cui­da­do­sos”, dice.

Algu­nas de las nume­ro­sas muta­cio­nes de Omi­cron no augu­ra­ban nada bueno al

prin­ci­pio. Los cien­tí­fi­cos se han cen­tra­do en los cam­bios cer­ca­nos al sitio de esci­sión

de la furi­na, un moti­vo en la pro­teí­na de la espi­ga que le per­mi­te ser escin­di­da más

fácil­men­te, lo cual es un paso impor­tan­te en la infec­ción de una célu­la huma­na. Las

muta­cio­nes en torno a este sitio pare­cen haber hecho que tan­to Alpha como Del­ta

sean más trans­mi­si­bles y mejo­res para infec­tar célu­las. Omi­cron lle­va la muta­ción que

tenía Alpha, P681H, y otra cer­ca­na lla­ma­da N679K. “Sólo con mirar la secuen­cia,

pen­sa­mos que pro­ba­ble­men­te esto va a tener una trans­mi­si­bi­li­dad y una

pato­ge­ni­ci­dad simi­la­res a las de Del­ta”, dice Pea­cock.

Sin embar­go, un artícu­lo publi­ca­do por el viró­lo­go Ravi Gup­ta, de la Uni­ver­si­dad de

Cam­brid­ge, sugie­re lo con­tra­rio: Uti­li­zan­do virus modi­fi­ca­dos para por­tar la pro­teí­na

de espi­ga de Omi­cron y otras varian­tes, des­cu­brie­ron que la espi­ga de Omi­cron se

escin­de con mucha menos efi­ca­cia que la de Alpha o Del­ta. Eso podría expli­car por

qué Omi­cron podría ser­me­nos efi­caz para infec­tar cier­tas célu­las que las varian­tes

ante­rio­res.

Su pre­im­pre­sión tam­bién sugie­re otro con­tras­te. La inves­ti­ga­ción sobre varian­tes

ante­rio­res ha suge­ri­do que el SARS-CoV‑2 pue­de hacer que las célu­las veci­nas se

fusio­nen en sin­ci­tios, célu­las gran­des con múl­ti­ples núcleos. Se han encon­tra­do

sin­ci­tios en los pul­mo­nes de los pacien­tes que murie­ron de COVID-19 y pue­den estar

rela­cio­na­dos con la gra­ve­dad de la enfer­me­dad, dice Gup­ta. Kei Sato, viró­lo­go de la

Uni­ver­si­dad de Tokio, ha demos­tra­do que la varian­te Del­ta, más pató­ge­na, tenía más

pro­ba­bi­li­da­des de cau­sar sin­ci­tios en el cul­ti­vo celu­lar. Aho­ra, tan­to Sato como Gup­ta

tie­nen datos que sugie­ren que la sin­ci­tia pue­de ser más rara con Omi­cron. Toman­do

todos los datos en con­jun­to, Gup­ta dice: “Creo que se están acu­mu­lan­do prue­bas…

de que el virus cau­sa poten­cial­men­te una menor pro­gre­sión de la enfer­me­dad

gra­ve”.

Sin embar­go, el papel de los sin­ci­tios no está nada cla­ro. El SARS-CoV, el virus que

cau­sa el sín­dro­me res­pi­ra­to­rio agu­do seve­ro, no ha demos­tra­do que los cau­se. Y

aun­que el SARS-CoV‑2 pare­ce des­en­ca­de­nar los sin­ci­tios en los cul­ti­vos celu­la­res, no

apa­re­cen en los mode­los ani­ma­les, dice Nicholls: “En los háms­ters que exa­mi­na­mos,

en los rato­nes que exa­mi­na­mos, no se pro­du­cen los sin­ci­tios”. Chris­tian Dros­ten,

viró­lo­go del Hos­pi­tal Uni­ver­si­ta­rio Cha­ri­té de Ber­lín, dice que los sin­ci­tios en los

pacien­tes con COVID-19 pue­den tener otras expli­ca­cio­nes, como la reac­ti­va­ción de

infec­cio­nes por her­pes, que se sabe que cau­san la for­ma­ción de sin­ci­tios.

Pea­cock dice que es dema­sia­do pron­to para sacar con­clu­sio­nes fir­mes de los estu­dios

de labo­ra­to­rio. “Creo que sin duda está ocu­rrien­do algo intere­san­te. Pero no me

gus­ta­ría apos­tar a que otras per­so­nas van a encon­trar exac­ta­men­te lo mis­mo”, dice.

Gary Whit­ta­ker, viró­lo­go de la Uni­ver­si­dad de Cor­nell, dice que Omi­cron pare­ce

com­por­tar­se más como los coro­na­vi­rus esta­cio­na­les, que a menu­do son difí­ci­les de

cul­ti­var en las célu­las. Eso hace que los expe­ri­men­tos con la nue­va varian­te sean aún

más difí­ci­les de inter­pre­tar, dice. “Tene­mos que con­se­guir un sis­te­ma que se adap­te

mucho mejor al virus, de lo con­tra­rio, es muy fácil que nos lle­ve­mos a enga­ño si no

tene­mos cui­da­do”.

Obte­ner res­pues­tas fir­mes del labo­ra­to­rio pue­de tar­dar has­ta Sema­na San­ta, dice

Dros­ten. Para enton­ces, es posi­ble que el mun­do se haya ente­ra­do por las malas de la

gra­ve­dad de la enfer­me­dad que cau­sa la varian­te. “Has­ta aho­ra, las varian­tes que se

repli­can más han cau­sa­do más enfer­me­da­des a más pacien­tes”, dice Dros­ten. “Así que

haría­mos bien en tener mucho cui­da­do con esta varian­te”.


SOBRE LOS AUTORES

Gret­chen Vogel

Gret­chen Vogel es corres­pon­sal de la revis­ta Scien­ce con sede en Ber­lín, Ale­ma­nia.

Kai Kup­fersch­midt

Kai es corres­pon­sal de la revis­ta Scien­ce en Ber­lín, Ale­ma­nia. Es autor de un libro sobre el color azul, publi­ca­do en 2019.


Tra­duc­ción de Adol­fo Pla­sen­cia, divul­ga­dor cien­tí­fi­co, autor del libro de entre­vis­tas Is the Uni­ver­se a Holo­gram?, MIT Press.

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