«Performar la naturaleza», primera gran antológica de Carlos Bunga en España

El artista portugués propone una exposición inmersiva que podrá visitarse en Bombas Gens hasta octubre

Algu­nas de las obras inclui­das en la mues­tra «Per­for­mar la natu­ra­le­za» (MARIO ZAMORA).

Bom­bas Gens abre la tem­po­ra­da con Per­for­mar la natu­ra­le­za, la pri­me­ra gran expo­si­ción anto­ló­gi­ca del artis­ta Car­los Bun­ga en Espa­ña y que brin­da la opor­tu­ni­dad de aden­trar­se en la com­ple­ja y poé­ti­ca obra del autor. Una mues­tra comi­sa­ria­da por San­dra Gui­ma­rães, direc­to­ra artís­ti­ca de Bom­bas Gens Cen­tre d’Art, que podrá visi­tar­se has­ta el pró­xi­mo 15 de octu­bre.

Par­tien­do de la inves­ti­ga­ción pic­tó­ri­ca, Car­los Bun­ga (Opor­to, Por­tu­gal, 1976) ha desa­rro­lla­do un len­gua­je per­so­nal que decons­tru­ye la dis­ci­pli­na de la pin­tu­ra al uso, hibri­dan­do ele­men­tos pro­pios de la escul­tu­ra, la arqui­tec­tu­ra, la ins­ta­la­ción, el video y la per­for­man­ce.

Sus pin­tu­ras expan­di­das se des­li­zan por sue­los y pare­des; ten­san­do los lími­tes de la obra, repen­san­do sus sopor­tes y super­fi­cies, pro­pa­gan­do los tra­ba­jos hacia otros luga­res físi­cos y con­cep­tua­les, y mate­ria­li­zán­do­se en cons­truc­cio­nes ins­ta­la­ti­vas que devie­nen espa­cios per­for­ma­ti­vos.

Según Gui­ma­rães, «la expo­si­ción pon­drá por pri­me­ra vez el enfo­que en aspec­tos menos cono­ci­dos del tra­ba­jo de Car­los Bun­ga. Refle­xio­na­rá sobre las tem­po­ra­li­da­des de la natu­ra­le­za, sus refu­gios y sus cua­li­da­des vivas y orgá­ni­cas, por medio de una selec­ción de obras repre­sen­ta­ti­vas del autor que van des­de los ini­cios de su carre­ra has­ta la actua­li­dad, algu­nas de las cua­les nun­ca han sido expues­tas ante­rior­men­te». 

Como una rever­be­ra­ción de las arqui­tec­tu­ras nóma­das —esas pere­ce­de­ras cons­truc­cio­nes de car­tón, pre­ca­rias en su fac­tu­ra, col­ma­das de resis­ten­cia polí­ti­ca— que han con­for­ma­do el núcleo de su obra, Car­los Bun­ga recu­pe­ra aque­llas arqui­tec­tu­ras natu­ra­les que, des­de la pre­sun­ción espe­cis­ta del ser humano, han sido siem­pre asu­mi­das como vul­ne­ra­bles y efí­me­ras; sin embar­go, son el resul­ta­do de un sofis­ti­ca­do ejer­ci­cio de adap­ta­ción al medio natu­ral. 

Alzán­do­se por medio de los más plu­ra­les pro­ce­sos cons­truc­ti­vos, estos nidos, capu­llos, ter­mi­te­ros, madri­gue­ras y, en defi­ni­ti­va, hoga­res, son el fru­to de téc­ni­cas adqui­ri­das y per­fec­cio­na­das duran­te miles de años de evo­lu­ción, don­de la intui­ción y expe­ri­men­ta­ción son impres­cin­di­bles para la super­vi­ven­cia y pre­ser­va­ción de las espe­cies.

Un aspec­to que, con­cep­tual­men­te, se rela­cio­na estre­cha­men­te con la rei­vin­di­ca­ción del artis­ta de las arqui­tec­tu­ras tran­si­to­rias que tan­to han mar­ca­do su bio­gra­fía per­so­nal, en con­tra­po­si­ción a aque­llas cimen­ta­das con mate­ria­les dura­de­ros y apa­ren­te­men­te ina­mo­vi­bles sobre las cua­les se levan­tan las ace­le­ra­das socie­da­des capi­ta­lis­tas con­tem­po­rá­neas. 

Expli­ca San­dra Gui­ma­rães que «esta mues­tra cuen­ta ade­más con obras espe­cial­men­te pro­du­ci­das para la expo­si­ción en Bom­bas Gens Cen­tre d’Art, así como con una pie­za monu­men­tal site-spe­­ci­­fic». Se tra­ta de Habi­tar el color (2023), una ins­ta­la­ción en la que Bun­ga evo­ca esa inten­ción por reen­con­trar­se con lo espi­ri­tual y dete­ner­se. En ella, el artis­ta entien­de al públi­co como un ele­men­to más de la obra: lo invi­ta a for­mar par­te de ella con su trán­si­to, a resig­ni­fi­car­la con su pre­sen­cia y a con­quis­tar un esta­do men­tal, emo­cio­nal e inma­te­rial don­de los refle­jos ana­ran­ja­dos que irra­dian de la mis­ma pue­dan trans­for­mar su expe­rien­cia de la pie­za.  

«Per­for­mar la natu­ra­le­za afir­ma la filo­so­fía y la direc­ción del pro­gra­ma de Bom­bas Gens, así como su res­pon­sa­bi­li­dad, que es la de inves­ti­gar y pre­sen­tar la obra de artis­tas que tie­nen un len­gua­je per­so­nal que sea capaz de tras­la­dar­nos a luga­res que antes no cono­cía­mos y que ensan­chen nues­tra visión del mun­do», con­clu­ye Gui­ma­rães.

Car­los Bun­ga cuen­ta con una pro­lí­fi­ca carre­ra artís­ti­ca. Des­de sus ini­cios en Por­to, su noma­dis­mo le ha lle­va­do a desa­rro­llar su tra­ba­jo y a par­ti­ci­par en expo­si­cio­nes por todo el mun­do. Su obra ha sido expues­ta en museos y cen­tros de arte inter­na­cio­na­les como el Museu de Serral­ves en Opor­to (2012), el Museo Uni­ver­si­ta­rio de Arte Con­tem­po­rá­neo MUAC-UNAM de Ciu­dad de Méxi­co (2013), la Whi­te­cha­pel Gallery de Lon­dres (2020), la Seces­sion de Vie­na (2021), o el Museo Nacio­nal Cen­tro de Arte Rei­na Sofía (2022), entre otros.

fCar­los Bun­ga y San­dra Gui­ma­raes (MARIO ZAMORA).

Per Amor a l’Art

La Fun­da­ció Per Amor a l´Art (FPAA), pri­va­da y fami­liar, des­plie­ga su tri­ple acti­vi­dad, artís­ti­ca, social e inves­ti­ga­do­ra, en la anti­gua fábri­ca reha­bi­li­ta­da Bom­bas Gens de Valèn­cia. La Colec­ción Per Amor a l’Art cuen­ta con un fon­do de 2.629 obras de arte de 221 auto­res, ase­so­ra­da por Vicent Todolí y que, a tra­vés de diver­sas expo­si­cio­nes y acti­vi­da­des, se com­par­te en su espa­cio expo­si­ti­vo.

Su labor rela­cio­na­da con la inte­gra­ción social de fami­lias en ries­go social y el apo­yo a per­so­nas con dis­ca­pa­ci­dad inte­lec­tual se lle­va a cabo des­de su Área Social. Y tam­bién impul­sa la inves­ti­ga­ción y divul­ga­ción de enfer­me­da­des raras, en espe­cial la enfer­me­dad de Wil­son.

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