A medio camino entre la nada y Fallas, estos días dan para todo: desde pasearse por la playa a acercarse a ver el estreno en España del musical de «Friends». Nosotros proponemos, usted elige.

Las vallas de una cono­ci­da mar­ca de arroz están toman­do ya las calles de la ciu­dad, aga­za­pa­das aún en gru­pos, anun­cian­do la inmi­nen­te lle­ga­da de la fies­ta gran­de de Valen­cia. Este domin­go no, el otro, es decir, el últi­mo de febre­ro, se cele­bra la Cri­da.

Pero mien­tras lle­ga ese día y nos eche­mos a las calles como si no hubie­ra maña­na, el ocio y dis­fru­te del fin de sema­na sigue pasan­do por los tea­tros, las salas de con­cier­tos y los museos. Que no solo de pól­vo­ra viven las per­so­nas.

Empe­za­mos esta sema­na cele­bran­do el estreno en Espa­ña de «Friends, the musi­cal parody». Y no, no ha sido en nin­gún tea­tro de la Gran Vía de Madrid. Ha sido en Valen­cia, en el Tea­tro Flu­men. Esto es his­tó­ri­co.

Pro­duc­ción valen­cia­na, acto­res y actri­ces valen­cia­nos, y estreno valen­ciano para un espec­tácu­lo que ya ha des­per­ta­do la sim­pa­tía de todos los que han vis­to la serie una o mil veces (la siguen echan­do en la tele). Si no quie­re per­dér­se­lo o tener que ir a Madrid por­que aquí se le pasó, tie­ne de tiem­po has­ta el 3 de mar­zo, con una dece­na de fun­cio­nes. Pero, ojo, que está todo a tope ya. I’ll be the­re for you!, que can­ta­ban los Rem­brandts.

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La otra gran cita tea­tral de la sema­na está en el Olym­pia, con una empo­de­ra­dí­si­ma «Salo­mé». Esta revi­sión del per­so­na­je bíbli­co lle­ga de la mano de la valen­cia­na Magüi Mira. Se pre­sen­tó en Méri­da y aho­ra lle­ga al esce­na­rio de la calle San Vicen­te con una gran Belén Rue­da.

La obra es una mira­da femi­nis­ta del mito bíbli­co de Salo­mé fren­te a otras mira­das del pasa­do, “un can­to a la liber­tad tan­to de las muje­res como de los pue­blos opri­mi­dos”, en pala­bras de la pro­pia Mira.

No debe­rían per­der la opor­tu­ni­dad de ver­la por­que tan­to la liber­tad de las muje­res como de los pue­blos son hoy, en nues­tro Impe­rio Romano, valo­res nece­sa­rios pero siem­pre en ries­go. Recuer­den aque­lla fra­se Simo­ne de Beau­voir: “Bas­ta­rá una cri­sis polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca o reli­gio­sa para que los dere­chos de las muje­res vuel­van a ser cues­tio­na­dos”. Pues eso.

De muje­res y pre­jui­cios (y de sus dra­má­ti­cas con­se­cuen­cias) va «Una luz tími­da», la obra que ha toma­do el esce­na­rio del Tea­tro Talia esta sema­na. Basa­da en una his­to­ria real, que tuvo un fatal des­en­la­ce pre­ci­sa­men­te en la loca­li­dad valen­cia­na de Cata­rro­ja, «Una luz tími­da» cuen­ta la trá­gi­ca vida de dos pro­fe­so­ras que se ena­mo­ran en pleno fran­quis­mo.

Un amor entre muje­res que es per­se­gui­do e inten­ta­do corre­gir median­te fal­sas tera­pias que desem­bo­can en la locu­ra de una de las dos aman­tes. Una his­to­ria que, como hacía hace unas sema­nas «Arcán­ge­les» en el la Sala Rus­sa­fa, nos recuer­da que el estig­ma con el que se mar­có la diver­si­dad sexual no está del todo exen­to de vol­ver.

Si deci­den pasear un día por la pla­ya, igual les con­vie­ne com­bi­nar hora­rios para acer­car­se des­pués al Tea­tre El Musi­cal del Caba­n­­yal-Can­­ya­­me­­lar. La com­pa­ñía Hon­ga­re­sa Tea­tre pone en esce­na estos días «Que­ren­cia». Un cara a cara entre una pare­ja que se sepa­ró y se reen­cuen­tra, con todas sus heri­das por aflo­rar y tan­tas cosas por repro­char.

«Que­ren­cia» es una obra pecu­liar, pues­to que com­bi­na ese due­lo dia­léc­ti­co entre actor y actriz con músi­ca que recom­po­ne la esce­na. Digno de ver­se y de escu­char­se en vivo.

A esas pro­pues­tas, y ya que esta sema­na hemos cele­bra­do el Día de la radio, que­re­mos sumar la pro­pues­ta de la Sala Rus­sa­fa para estos días. Los pod­cast se han con­ver­ti­do la pro­lon­ga­ción de las pro­gra­ma­cio­nes radio­fó­ni­cas, un resur­gir de la pala­bra y los soni­dos en ple­na era de las gafas de reali­dad aumen­ta­da.

En esa liga jue­ga  «No hay negros en el Tibet», un pod­cast que pro­ta­go­ni­zan per­so­nas migran­tes y racia­li­za­das y que, des­de una pers­pec­ti­va humo­rís­ti­ca, des­mon­tan mitos y tópi­cos sobre su con­di­ción en Espa­ña. Es como un pro­gra­ma en direc­to sobre el esce­na­rio de la calle Denia que nos per­mi­te acer­car­nos a una reali­dad que debe dejar de ser des­co­no­ci­da para que se inte­gre en la nues­tra.

Vamos con la músi­ca a otra par­te, en con­cre­to al Palau de Les Arts, don­de este mis­mo vier­nes vuel­ve el ciclo Les Arts és Fla­men­co, con la actua­ción del can­taor Kiki Moren­te. El hijo de Enri­que Moren­te demues­tra su lina­je en un espec­tácu­lo en el que está acom­pa­ña­do Yerai Cor­tés a la gui­ta­rra, Los Mellis, coros y pal­mas, y Curro Con­de a la per­cu­sión. Cero arti­fi­cios.

En el otro lado de la gala­xia, Jay Jay Rohan­son una de las voces más sin­gu­la­res del pano­ra­ma musi­cal actual. Un autén­ti­co croo­ner lle­ga­do des­de Sue­cia que nos pre­sen­ta su últi­mo tra­ba­jo, «Fetish», en el Loco Club este domin­go. Nos decla­ra­mos des­de aquí fans de esa com­bi­na­ción meló­di­ca elec­tró­ni­ca o trip hop de un hom­bre que ade­más, es un dandy sobre el esce­na­rio. Vamos, como corres­pon­de a un croo­ner.

Esta sema­na que­re­mos reco­men­dar­les ade­más que vayan a los museos. En espe­cial a nues­tro que­ri­do IVAM, que cum­ple 35 años. La mayo­ría de la redac­ción de Valen­cia City no ha lle­ga­do a esa edad, que lo sepan. El res­to mira cómo no apa­ren­tar­los.

Esa cele­bra­ción mere­cía que el cen­tro de arte moderno echa­se una mira­da sobre sí mis­mo. Esta mis­ma sema­na se ha pues­to en mar­cha «Esce­na 1. Hacer pai­sa­je», la pri­me­ra de las expo­si­cio­nes que cele­bra el cum­plea­ños con la colec­ción pro­pia. Igna­cio Pina­zo, Hen­ri Matis­se, Hora­cio Cop­po­la, Andrea Cane­pa, Miquel Nava­rro, Pie­rre Sou­la­ges, Pablo Pala­zue­lo, Paul Klee… Una nómi­na de artis­tas dig­na del museo.

Y ya que están, no se pier­dan la mues­tra dedi­ca­da a Llo­re­nç Bar­ber. Es una expo­si­ción acús­ti­ca. Por­que el arte va más allá de pin­tu­ra y escul­tu­ra. Los soni­dos ocul­tan belle­za y viven­cias.

Pues ya esta­ría. Solo reco­men­dar­les que ade­más de cul­tu­ra­li­zar­se, apro­ve­chen para mine­ra­li­zar­se (momen­to Super­ra­tón que si no tie­ne más de 50 años igual no pilla). Apro­ve­chen estas tem­pe­ra­tu­ras que nos brin­da el cam­bio cli­má­ti­co ‑modo iro­nía on- para pasear y tomar el aire. Calle­jee por nues­tros barrios, tome el sole­te en nues­tros par­ques y mire al mar inten­sa­men­te, que eso que­da muy bien en Ins­ta­gram.

Si a eso le aña­di­mos un ver­mú en alguno de nues­tros bue­nos res­tau­ran­tes ‑siem­pre pue­de con­sul­tar a nues­tros her­ma­nos del Alma­na­que Gas­tro­nó­mi­co de la Comu­ni­tat Vale­n­­cia­­na- ya ten­dría­mos el fin de sema­na hecho.