[vc_row full_width_row=“true”][vc_column][vc_column_text]Un artícu­lo de Con­sue­lo Tomás. Psi­có­lo­ga espe­cia­lis­ta en psi­co­lo­gía clí­ni­ca.

La pan­de­mia del Covid-19 nos está azo­tan­do a todos los paí­ses des­de hace más de un año y mucho de los esfuer­zos para con­te­ner la expan­sión del virus se han cen­tra­do en la inves­ti­ga­ción y pos­te­rior admi­nis­tra­ción de la vacu­nas. Des­de el prin­ci­pio, las reac­cio­nes de la pobla­ción han sido dife­ren­tes: para la gran mayo­ría, la noti­cia de que iba a empe­zar la vacu­na­ción, les pro­du­jo ale­gría y opti­mis­mo, mien­tras que en otras per­so­nas, el mie­do y rece­lo han sido nota­bles.

 

Con­sue­lo Tomás. Psi­có­lo­ga espe­cia­lis­ta en psi­co­lo­gía clí­ni­ca.

Duran­te este perío­do de tiem­po en el que len­ta­men­te se está vacu­nan­do a los ciu­da­da­nos en fun­ción de sus gru­pos de edad u otros fac­to­res de ries­go, por ejem­plo, sani­ta­rios, fuer­zas de segu­ri­dad, docen­tes, etc., las reti­cen­cias para vacu­nar­se se han ido disi­pan­do por­que muchas de las per­so­nas que no tenían cla­ro si vacu­nar­se o no — fun­da­men­tal­men­te por el mie­do a los posi­bles efec­tos adver­sos que las vacu­nas fren­te al Covid-19 pudie­ran tener — empe­za­ban a con­fiar por­que  pare­cía que todo iba bien.

Pero la incer­ti­dum­bre y des­aso­sie­go ha vuel­to a apa­re­cer al dis­pa­rar­se las  alar­mas ante la posi­ble rela­ción de trom­bos tras la admi­nis­tra­ción de la vacu­na de Astra­Ze­ne­ca, lle­gan­do a para­li­zar tem­po­ral­men­te su ino­cu­la­ción y  su vuel­ta a admi­nis­trar en la mayor de paí­ses.

 

vacuna coronavirus, vacunas, covid, coronavirus

Todo ello, ha sumer­gi­do a las per­so­nas en un mar de dudas y des­con­fian­za no solo en las que ini­cial­men­te se sen­tían rea­cias sino tam­bién en el de aque­llas que tenían cla­ro que sí se iban a vacu­nar o las que ya se les ha apli­ca­do la pri­me­ra dosis de esta vacu­na.

Es algo que podía pasar pero como vie­ne sien­do habi­tual, la salud men­tal se deja de lado y son pocos los medios que se invier­ten para rea­li­zar cam­pa­ñas de pre­ven­ción que pudie­ran haber miti­ga­do el impac­to emo­cio­nal de la difu­sión de noti­cias sobre posi­bles efec­tos adver­sos de las vacu­nas fren­te al Covid-19.

Noti­cias que no siem­pre son reales y corren como la pól­vo­ra por Inter­net. Por ello, la bús­que­da y trans­mi­sión de estas infor­ma­cio­nes siem­pre ten­drán que pro­ce­der de fuen­tes fide­dig­nas, ava­la­das por Comi­tés Cien­tí­fi­cos que inves­ti­guen si exis­te o no rela­ción cau­sal entre algún efec­to secun­da­rio y la admi­nis­tra­ción de las vacu­nas.

 

¿Qué reacciones emocionales se están generando frente a este tipo de noticias como las de los posibles efectos adversos de la vacuna Astrazeneca?

La reac­ción emo­cio­nal más fre­cuen­te es la ansie­dad pro­du­ci­da por el des­con­cier­to al sus­pen­der unos días la vacu­na­ción con Astra­Ze­ne­ca. Las dudas, temor y rece­lo se han gene­ra­li­za­do inclu­so en las per­so­nas que espe­ra­ban con gozo ser vacu­na­das cuan­do lle­ga­rá su turno.

 

Sani­ta­rias se pre­pa­ran para admi­nis­trar la vacu­na fren­te al Covid-19.

Por supues­to, el males­tar se ha incre­men­ta­do si cabe toda­vía más, en aque­llas per­so­nas que ya eran rea­cias a vacu­nar­se por el mie­do a los efec­tos adver­sos que pudie­ran tener las vacu­nas fren­te al Covid-19.

En estos casos, no esta­mos hablan­do de que tuvie­ran mie­do a las inyec­cio­nes (tri­pa­no­fo­bia), ni del recha­zo a las vacu­nas sus­ten­tan­do por movi­mien­tos anti­va­cu­nas, sino el mie­do a las vacu­nas del Covid-19 por la cele­ri­dad con la que se han saca­do y posi­bles efec­tos secun­da­rios.

El que se haya “para­do” la vacu­na­ción con la vacu­na Astra­Ze­ne­ca y aho­ra se haya vuel­to a admi­nis­trar en la mayor par­te de paí­ses, está influ­yen­do nega­ti­va­men­te en la con­fian­za u otras acti­tu­des, sobre todo en aque­llas per­so­nas con nive­les ele­va­dos de into­le­ran­cia a la incer­ti­dum­bre y per­fec­cio­nis­mo “pato­ló­gi­co”, esque­mas rígi­dos de pen­sa­mien­to, nece­si­dad extre­ma de con­trol y baja tole­ran­cia a la frus­tra­ción.

 

Ansiedad desbordada

Es nor­mal, que esta infor­ma­ción nos gene­re cier­to nivel de ansie­dad pero, en algu­nas per­so­nas, esta situa­ción les está des­bor­dan­do lle­gan­do a desa­rro­llar cua­dros ansio­sos (pal­pi­ta­cio­nes, ner­vio­sis­mo, irri­ta­bi­li­dad, pro­ble­mas de sue­ño, fal­ta de con­cen­tra­ción…) u obse­sio­nes que pue­de ir acom­pa­ña­das o no de con­duc­tas com­pul­si­vas como comer en exce­so, bús­que­da con­ti­nua de infor­ma­ción, etc. para ali­viar sus esta­dos ansio­sos.

De igual for­ma, los esta­dos de áni­mo se están vien­do afec­ta­dos. Si ya la pan­de­mia está cau­san­do muchos cam­bios en nues­tras ruti­nas y esta situa­ción está pro­du­cien­do can­san­cio y apa­tía al pro­lon­gar­se en el tiem­po, el ver­se afec­ta­do el rit­mo de vacu­na­ción o dudas en rela­ción a las vacu­nas, hace que el decai­mien­to esté aumen­tan­do y se estén con­su­mien­do más psi­co­fár­ma­cos.

Por otra par­te, pro­ble­mas psi­co­ló­gi­cos pre­exis­ten­tes están exa­cer­bán­do­se ante las vaci­la­cio­nes, des­con­cier­to y temor expe­ri­men­ta­dos, sobre todo en pacien­tes con mie­do a la enfer­me­dad pero no olvi­de­mos que  cual­quier tras­torno psi­co­ló­gi­co se está vien­do afec­ta­do de for­ma nega­ti­va.

Aho­ra bien tan­to si hay pro­ble­mas pre­exis­ten­tes como si no, el dile­ma al que nos enfren­ta­mos es vacu­nar­se o no vacu­nar­se.

 

Importancia del trabajo de psicólogos y psicólogas

 

Vacu­nar­se o no vacu­nar­se es una deci­sión impor­tan­te.

Es fun­da­men­tal el papel de los psi­có­lo­gos y psi­có­lo­gas para ayu­dar a la ciu­da­da­nía  tan­to a pre­ve­nir las reac­cio­nes emo­cio­na­les que gene­ran males­tar ante la infor­ma­ción sobre posi­bles efec­tos adver­sos ante las vacu­nas del Covid-19, como para tra­tar tera­péu­ti­ca­men­te los tras­tor­nos psi­co­ló­gi­cos oca­sio­na­dos o pre­exis­ten­tes que se rela­cio­nan, direc­ta o indi­rec­ta­men­te, con el tema que nos ocu­pa.

Des­de la psi­co­lo­gía pode­mos ofre­cer tra­ta­mien­tos de pro­ba­da efi­ca­cia, por ejem­plo, en el mie­do a las inyec­cio­nes (la mayor par­te de las vacu­nas son inyec­ta­das) o para con­tro­lar y supe­rar la ansie­dad u alte­ra­cio­nes de áni­mo pro­vo­ca­das por estas noti­cias.

 

Escucha activa y no esconder información

Con­si­de­ra­mos cru­cial que se creen equi­pos mul­ti­dis­ci­pli­na­res que abor­den esta pro­ble­má­ti­ca dedi­can­do tiem­po a escu­char acti­va­men­te a las per­so­nas que nos mani­fies­tan su incer­ti­dum­bre, sin menos­pre­ciar  sus pun­tos de vis­ta.

 

caixabank, voluntarios, voluntariado
Una per­so­na visi­ta a su fami­liar en un cen­tro de salud.

Aten­dien­do a sus dudas podre­mos faci­li­tar­les infor­ma­ción obje­ti­va, veraz y trans­pa­ren­te, ayu­dán­do­les a tomar su deci­sión sin impo­ner, con­ven­cer u obli­gar.

En cual­quier caso, trans­mi­tir a la pobla­ción cual­quier efec­tos psi­co­ló­gi­co adver­so que pudie­ra tener cual­quier vacu­na fren­te al Covid-19, aun­que parez­ca lo con­tra­rio, pue­de aumen­tar la con­fian­za por­que sería  peor ocul­tar dicha infor­ma­ción y el rece­lo a vacu­nar­se sería mayor.

En este caso no solo la labor de pro­fe­sio­na­les sani­ta­rios es prio­ri­ta­ria, sino tam­bién de los medios de comu­ni­ca­ción des­de la trans­pa­ren­cia e impar­cia­li­dad, cla­ra y con­ci­sa, ale­ja­da del sen­sa­cio­na­lis­mo, alar­ma y sobre-info­r­­ma­­ción.

 

Salud física y mental van unidas

Las vacu­nas sal­van vidas y, que como pue­de suce­der con cual­quier fár­ma­co,  pue­de apa­re­cer algún efec­to secun­da­rio y, por ello, no se dejan de uti­li­zar cuan­do es nece­sa­rio.

 

Una mujer hacien­do esti­ra­mien­tos en casa. Foto: Antí­fa­ma / flickr.com

La salud físi­ca y la men­tal están intrín­se­ca­men­te uni­das y no pode­mos olvi­dar que pre­ve­nir y tra­tar psi­co­ló­gi­ca­men­te los temo­res, esta­dos de áni­mo decaí­dos, obse­sio­nes favo­re­cen que nues­tro sis­te­ma inmu­ni­ta­rio esté más pro­te­gi­do, nos sin­ta­mos mejor  y se gene­ren acti­tu­des posi­ti­vas des­de la cal­ma y sere­ni­dad para tomar la deci­sión más acer­ta­da.

Es con­ve­nien­te ense­ñar téc­ni­cas psi­co­ló­gi­cas que ayu­den a pre­ve­nir y/o tra­tar los pro­ble­mas emo­cio­na­les para apren­der a mane­jar el estrés y la ansie­dad, téc­ni­cas de solu­ción de pro­ble­mas, rees­truc­tu­ra­ción cog­ni­ti­va, etc.

 

No bajar la guardia

Son muchas las estra­te­gias psi­co­ló­gi­cas de las que dis­po­ne­mos  psi­có­lo­gos y psi­có­lo­gas vali­da­das cien­tí­fi­ca­men­te y es esen­cial que se adap­ten a cada per­so­na o colec­ti­vo en par­ti­cu­lar, ya hayan reci­bi­do todas las dosis, estén espe­ran­do la segun­da o toda­vía no se les haya admi­nis­tra­do nin­gu­na.

Entre tan­to no hay que bajar la guar­dia. Esta­mos obser­van­do,  des­de que se empe­zó la cam­pa­ña de vacu­na­ción fren­te al Covid-19,  que la per­cep­ción del ries­go en la pobla­ción está dis­mi­nu­yen­do y las medi­das de pro­tec­ción se están rela­jan­do en el caso de algu­nas per­so­nas y, más si ya están vacu­na­das, olvi­dan­do que el peli­gro toda­vía con­ti­nua y toda­vía que­dan cues­tio­nes por resol­ver como el tiem­po de inmu­ni­za­ción, posi­bi­li­dad de con­ta­giar a otras per­so­nas aun­que este­mos vacu­na­dos, etc

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia