Mel­moth.

Los nuevos libreros indies han ocupado los barrios con más solera de la ciudad, como el Cabanyal o el Carmen, para disfrute de los espíritus inquietos y fetichistas del libro de lance. Son librerías de autor y con sorpresa.

Mel­moth.

El pen­sa­dor fran­cés Michel de Mon­taig­ne con­si­de­ra­ba su biblio­te­ca un lugar de refle­xión, lo más cer­cano al paraí­so inte­lec­tual para una per­so­na. Habla­ba de sus libros: “Sabien­do que los pue­do dis­fru­tar cuan­do quie­ra, estoy satis­fe­cho con el mero hecho de tener­los. Nun­ca via­jo sin libros, ya sea en tiem­pos de gue­rra o de paz, pero a menu­do paso días y meses sin mirar­los. Los lee­ré poco a poco, me digo, maña­na o cuan­do me plaz­ca… Son las mejo­res pro­vi­sio­nes que he encon­tra­do para este via­je de la vida”. Des­de que escri­bie­ra estas pala­bras muchos seres huma­nos han segui­do el ejem­plo del gran ensa­yis­ta del siglo XVI.

Y aho­ra mis­mo, en ple­na era tec­no­ló­gi­ca de libros elec­tró­ni­cos, los libros físi­cos, los volú­me­nes de papel de todas for­mas y gra­ma­jes, ilus­tra­dos o solo con pala­bras, tie­nen su hogar natu­ral en las nue­va libre­rías que se resis­ten a morir y están en pleno auge.

Más allá del nego­cio dra­co­niano de los mons­truos edi­to­ria­les, que inun­dan las gran­des super­fi­cies de best sellers y rele­gan a un rin­cón los libros intere­san­tes, un peque­ño ejér­ci­to de libre­ros jóve­nes, de espí­ri­tu inde­pen­dien­te y muy docu­men­ta­dos comien­za a abrir libre­rías que com­bi­nan lo nue­vo con lo vie­jo. Las nove­da­des de cali­dad con el libro de lan­ce. Los libros, como pája­ros de sabi­du­ría, nos lle­van al goce y feli­ci­dad, al entre­te­ni­mien­to y la cul­tu­ra. Y nos acom­pa­ñan como bue­nos ami­gos en ese via­je por la vida del que habla Mon­taig­ne.

El joven argen­tino San­tia­go Lemoi­ne y su socio neo­yor­quino Corey East­wood abrie­ron La Batis­fe­ra, Libre­ría Inter­na­cio­nal, en el cora­zón del Caban­yal, en el año 2018. Fue una agra­da­ble sor­pre­sa para un barrio de la peri­fe­ria que ha vis­to des­apa­re­cer con la moder­ni­dad, como tan­tos otros, cines y libre­rías, tien­das con­for­ta­bles y de cer­ca­nía.

Para un barrio don­de todo se enfo­ca al turis­mo y la hos­te­le­ría man­da, la apa­ri­ción de una libre­ría como La Batis­fe­ra fue todo un acon­te­ci­mien­to. Y sus pro­pie­ta­rios son libre­ros con expe­rien­cia nóma­da y están muy bien infor­ma­dos. El nor­te­ame­ri­cano Corey, de 42 años, se tem­pló ven­dien­do libros en las calles de Nue­va York hace años y el rio­pla­ten­se Lemoi­ne reco­rrió Euro­pa y tra­ba­jó nada menos que en la legen­da­ria libre­ría Sha­kes­pea­re and Co. del barrio Latino de París, entre otros muchos luga­res.

San­tia­go Lemoi­ne en La Batis­fe­ra del Caban­yal.

En esta libre­ría de la calle de la Rei­na uno pue­de encon­trar des­de una obra con­tem­po­rá­nea de Lucia Ber­lin has­ta una edi­ción des­co­no­ci­da de Tru­man Capo­te o Ramon J. Sen­der. Aquí, escu­chan­do la músi­ca de de Twin Peaks de Julee Crui­se, se com­pran y ven­den libros como man­da­ri­nas en el mer­ca­do. Y si hay algu­na obra que no está, San­tia­go o Corey la bus­ca y la trae. Estos libre­ros indies se pasan la vida via­jan­do por Euro­pa para encon­trar obras intere­san­tes. Edi­cio­nes inen­con­tra­bles en otros luga­res, o pri­me­ras tra­duc­cio­nes de libros de cul­to, como El Ero­tis­mo de Batai­lle. El éxi­to ha sido tal que han abier­to otra libre­ría en el barrio del Car­men de Valen­cia. Su titu­lo Todos con­ten­tos y yo tam­bién, regen­ta­da por José, una can­ti­na que apa­re­ce en la nove­la Bajo el vol­cán de Mal­colm Lowry. La con­si­de­ra­da como mejor libre­ría del país, Ramón Llull, que orga­ni­za todo tipo de even­tos y solo ven­de libro nue­vo, no supo­ne com­pe­ten­cia para la minús­cu­la libre­ría de los ame­ri­ca­nos; se com­ple­men­tan, y su acti­vi­dad res­tau­ra la dig­ni­dad con­tra­cul­tu­ral y lite­ra­ria de un barrio que es cam­peón en sola­res para gatos.

José, en su libre­ría Todos con­ten­tos y yo tam­bién, en el Car­men.

El Car­men guar­da más sor­pre­sas para el afi­cio­na­do a los libros raros y obje­tos bellos. En la calle Baja, his­tó­ri­ca vía de la vie­ja more­ría valen­cia­na, el madri­le­ño Rober­to, ha abier­to su tien­da de “obje­tos bellos”, Sebas­tian Mel­moth, que com­bi­na gale­ría de arte, foto­gra­fías enmar­ca­das, catá­lo­gos y libros de pin­to­res de van­guar­dia. En el esca­pa­ra­te un par de fotos de auto­res del uni­ver­so pos­mo­derno euro­peo, Kaf­ka y Roth, dos genios des­di­cha­dos. Y el due­ño, que tam­bién se hace lla­mar como su tien­da, ves­ti­do de rigu­ro­so blan­co y negro, con su esté­ti­ca góti­ca, y siem­pre sen­ta­do como un cua­dro rena­cen­tis­ta al fon­do del local, hojean­do algu­na joya intere­san­te; dice que el nom­bre del comer­cio se ins­pi­ra en el que se puso Oscar Wil­de cuan­do lo ence­rra­ron en la cár­cel de Reading. Sebas­tian, por el már­tir San Sebas­tián, icono de la libe­ra­ción gay, y por Mel­moth, el erra­bun­do, nove­la de terror clá­si­ca del irlan­dés Char­les Matu­rin, publi­ca­da en 1820, casi un siglo antes que el Drá­cu­la de Sto­ker.

Sebas­tian Mel­moth en su tien­da de obje­tos bellos de la calle Baja.

Con toda segu­ri­dad, la libre­ría más mini­ma­lis­ta que exis­te en la ciu­dad, peque­ña como una cue­va de sabi­du­ría, pero inmen­sa en cuan­to a con­te­ni­do, es la del joven ita­liano Gabrie­le Nero, Doc­tor Sax. sub­ti­tu­la­da Beat and Books. Ubi­ca­da en la calle Quart 21, lle­va años ofre­cien­do fon­dos de la Beat Gene­ra­tion cali­for­nia­na. Gabrie­le fue ami­go del poe­ta neo­yor­quino Law­ren­ce Fer­linghet­ti, falle­ci­do hace dos años, y fun­da­dor en 1953 de la míti­ca libre­ría City Lights de San Fran­cis­co. Meca y hogar de la gene­ra­ción beat­nik de Burroughs, Leary, Gins­berg y Jack Kerouac, entre otros. Nero no se limi­ta a ven­der libros de lan­ce sino que tie­ne su pro­pia edi­to­rial que tra­du­ce y publi­ca libros alter­na­ti­vos de auto­res alter­na­ti­vos y revo­lu­cio­na­rios como Paso­li­ni o Jack Lon­don. La últi­ma nove­dad de Doc­tor Sax es la nove­la de Ales­san­dro Ange­li sobre el líder de Joy Divi­sion, Ian Cur­tis.

El dise­ño del espa­cio de la libre­ría Doc­tor Sax tam­bién tie­ne su intrín­gu­lis. Aquí se ven­den gad­gets de todo tipo, des­de muñe­cos has­ta pañue­los o col­gan­tes para sali­tas de estar. Los libros que se exhi­ben en el esca­pa­ra­te no ofre­cen lugar a dudas sobre las pre­fe­ren­cias de Nero, des­de el Almuer­zo des­nu­do, de William Burroughs, has­ta los poe­mas de Paso­li­ni y Bau­de­lai­re, o tex­tos raros de el Mar­qués de Sade. Aquí tam­bién se escu­cha músi­ca muy espe­cial y exqui­si­ta, como las últi­mas crea­cio­nes de Brian Eno. Libre­rías que cui­dan el deta­lle.

Gabrie­le Nero en su libre­ría beat­nik, Doc­tor Sax, en la calle Quart.

Y con­ti­nuan­do con las rare­zas, Pe(rru)cho es una libre­ría expe­ri­men­tal ubi­ca­da en la calle Moro Zeit. Jai­me Orte­ga es su due­ño y cuan­do expli­ca sus inten­cio­nes uno cae en la cuen­ta de que este espa­cio mira al futu­ro. Hay estam­pas del arte japo­nés anti­guo.

Res­mas de papel de tex­tu­ras dife­ren­tes y exqui­si­tas, caji­tas colo­rea­das, hechas a mano, cuyo con­te­ni­do es un secre­to que solo podrás des­ve­lar al abrir­lo. Car­pe­tas de colo­res, unos cuan­tos tex­tos ele­gi­dos. Orte­ga expli­ca que el local fun­cio­na “como taller de auto­edi­ción iso­grá­fi­ca, la repro­duc­ción exac­ta de un manus­cri­to y de cual­quier géne­ro de escri­tu­ra; se tra­ta de una téc­ni­ca de impre­sión japo­ne­sa a base de soja. Una vuel­ta al pasa­do edi­to­rial japo­nés”. Con toda esta movi­da de comer­cios de autor, inde­pen­dien­tes y de van­guar­dia, los lec­to­res valen­cia­nos esta­mos de enho­ra­bue­na.

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia