Una botella de Krug Grande Cuvèen 170ª Édition junto a la arroz con gamba que se sirvió en la comida en Maison Krug.

Una bote­lla de Krug Gran­de Cuvèen 170ª Édi­tion jun­to a la arroz con gam­ba que se sir­vió en la comi­da en Mai­son Krug.

La firma francesa de champagne marida su mítico Krug Grande Cuvèen 170ª Édition con el mejor producto de la Albufera.

En 2015 Masion Krug, a la este­la de la filo­so­fía de su fun­da­dor Josep Krug, apos­tó por una  curio­sa ini­cia­ti­va: mari­dar pro­duc­tos con­si­de­ra­dos humil­des, poco gla­mu­ro­sos o dema­sia­do exten­di­dos con una de sus mejo­res car­tas de pre­sen­ta­ción: el Krug Gran­de Cuvèen 170ª Édi­tion. Tras los hue­vos, las cebo­llas o los pimien­tos, el pasa­do lunes 19 le tocó el turno al arroz. La Albu­fe­ra —¿dón­de mejor?— fue el mani­do ‘mar­co incom­pa­ra­ble’ de una diver­ti­da jor­na­da que con­gre­gó a los más gra­na­do de la pren­sa gas­tro­nó­mi­ca nacio­nal con los Krug Lovers espa­ño­les.

Una botella de Krug Grande Cuvèen 170ª Édition junto a la arroz con gamba que se sirvió en la comida en Maison Krug.

Una bote­lla de Krug Gran­de Cuvèen 170ª Édi­tion jun­to al arroz con gam­ba que se sir­vió en la comi­da.

La ini­cia­ti­va, sép­ti­ma edi­ción de lo que la Mai­son ha bau­ti­za­do como Sin­gle Ingre­dient, recu­pe­ra la visión que Krug exten­dió des­de la ciu­dad de Reims (Fran­cia) al mun­do cuan­do creó la fir­ma: la indi­vi­dua­li­dad como el arte de enten­der que cada par­ce­la, cada vino, es un ingre­dien­te úni­co que hay que tra­tar de mane­ra sin­gu­lar. Así, la idea es apos­tar, esta vez des­de la gas­tro­no­mía, por el carác­ter irre­pe­ti­ble de algún ingre­dien­te y con­ver­tir­lo en fuen­te de ins­pi­ra­ción. La Barra­ca de l’ Alca­tí de El Pal­mar fue el lugar ele­gi­do por la míti­ca fir­ma para difun­dir esta visión y esta­ble­cer un diá­lo­go entre las finas bur­bu­jas del cham­pag­ne y el arroz, sin duda el pro­duc­to gas­tro­nó­mi­co que mejor iden­ti­fi­ca a Valen­cia.

Pero la pro­pues­ta no se que­da en una jor­na­da en la hedo­nis­mo y epi­cu­reís­mo se dan la mano, sino que se enmar­ca den­tro de la ini­cia­ti­va Krug x Arroz, en la que los emba­ja­do­res de la Mai­son en Espa­ña con­vier­ten ese ingre­dien­te en pro­ta­go­nis­ta abso­lu­to de una pro­pues­ta de su menú, ini­cia­ti­va que esta­rá vigen­te has­ta fina­les de diciem­bre. De los 180 emba­ja­das que la fir­ma tie­ne por el mun­do, solo cua­tro están en Espa­ña, y de ella dos tie­nen su sede en la Comu­ni­tat Valen­cia­na, prue­ba ine­quí­vo­ca del talen­to y savoir fai­re (expre­sión que les gus­ta mucho a los Krug) que abun­da por estos lares. Son El Por­tal (Ali­can­te), que ofre­ce un arroz ali­can­tino con gam­ba roja de Dénia (en el que se sir­vió en la jor­na­da), y Lli­sa negra (Valèn­cia), que pro­po­ne a sus comen­sa­les su tor­ti­ta de arroz de cama­ro­nes con emul­sión de aza­frán.

La cita con­tó como maes­tro de cere­mo­nias con San­tos Ruiz, geren­te de la Deno­mi­na­ción de Ori­gen Arroz de Valen­cia, crí­ti­co gas­tro­nó­mi­co y enci­clo­pe­dia andan­te en lo que a este cereal se refie­re. Con la sim­pa­tía y la cla­ri­dad de ideas de quien ama lo que hace, lo mis­mo expli­ca­ba las con­se­cuen­cias (pocas) de la pro­li­fe­ra­ción del can­gre­jo rojo en el mar­jal (y sus dife­ren­cias como espe­cie inva­so­ra o ingre­dien­te del can­gre­jo azul) has­ta el papel del Botá­ni­co Cava­ni­lles en la rei­vin­di­ca­ción del cul­ti­vo del arroz, pasan­do por la cues­tión del futu­ro de posi­bles varie­da­des trans­gé­ni­cas o cómo va a afec­tar al pre­cio y a la pró­xi­ma cose­cha de la varie­dad bom­ba la actual pla­ga del hon­go de la Pyri­cu­la­ria que inva­de par­que natu­ral. Cada perio­dis­ta se le acer­ca­ba con una duda y todos se iban con una autén­ti­ca lec­ción.

Sergio Sierra, agente de Krug

Sergio Serra (El Portal) despertando expectación con su arroz con gamba.

Ser­gio Serra (El Por­tal) des­per­tan­do expec­ta­ción con su arroz con gam­ba.

La pri­me­ra par­te de la jor­na­da fue un workshop (con algo de per­for­man­ce, si que­re­mos ser malos) en la que los invi­ta­dos (perio­dis­tas y Krug Lovers) fue­ron invi­ta­dos a acom­pa­ñar a Vicent, vete­rano agri­cul­tor de El Pal­mar,  a reco­ger arroz. Tras dos (algu­nos tres o cua­tro) copas de Gran­de Cuvèen, la idea de sol­tar a cua­ren­ta per­so­nas en una cam­po de arroz con una hoz, don­de el cal­za­do hace de ven­to­sa y los urba­ni­tas esta­ban casi más pen­dien­tes de no caer­se —tru­co: aga­rra­se a los tallos de arroz—, no pare­cía la mejor idea, pero lo fue: sir­vió para rom­per el hie­lo entre los pre­sen­tes y ani­mar la con­ver­sa­ción. Lue­go un bre­ve paseo por l’Albufera —en la que se echó de menos cru­zar­se el expre­si­den­te Fran­cis­co Camps per­chan­do, como en aque­llas fotos para Tel­va—, la comi­ti­va lle­gó a la barra­ca en las que espe­ra­ba el pla­to fuer­te del día, mien­tras un trio de jazz les daba la bien­ve­ni­da. Un día solea­do, pero sin que el calor lle­ga­ra a asfi­xian­te, con­tri­bu­yó a mejor la expe­rien­cia.

La comi­da corrió a car­go de Ser­gio Sie­rra (jefe de coci­na de El Por­tal, a quien acom­pa­ña­ba su socio Car­los Bosch). Tras unos entran­tes que recu­pe­ra­ban algu­nos de los ingre­dien­tes que pro­ta­go­ni­za­ron las edi­cio­nes ante­rio­res (hue­vo, pimien­to, cebo­lla y pes­ca­do), el chef madri­le­ño apos­tó por una ensa­la­da ali­can­ti­na de entran­te, segui­da de arroz de gam­ba roja, y dos pos­tres que con­si­guie­ron des­ta­car por su pro­pia per­so­na­li­dad: un hela­do de turrón de Xixo­na (que, por su tex­tu­ra, mejor sería rebau­ti­zar como turrón de Xixo­na hela­do) y la tar­ta ára­be de El Por­tal, una de sus emba­ja­do­ras más cono­ci­das, cuya sen­ci­llez (finas lámi­nas cru­jien­tes, cre­ma pas­te­le­ra, nata mon­ta­da y almen­dras) es la base de una deli­cio­sa explo­sión de un sabor tan sua­ve como autén­ti­ca y lle­na de mati­ces. Todo acom­pa­ña­do por Krug Gran­de Cuvèen 170ª Édi­tion. Poca bro­ma.

Música para amenizar la dura jornada de trabajo

Músi­ca para ame­ni­zar la dura jor­na­da de tra­ba­jo.

Los invi­ta­dos a la jor­na­da con­for­ma­ban un peque­ño Gotha, reu­ni­dos alre­de­dor de la red Krug Lovers (red crea­da en 2011 para conec­tar a los fans del fir­ma), a su vez pro­ta­go­nis­tas de algu­nas de las ini­cia­ti­vas gas­tro­nó­mi­cas más intere­san­tes que se pue­den encon­trar en Espa­ña. La lis­ta inclu­yó a Juan Ramos y Ángel Fer­nán­dez (Lli­sa Negra); Rodri­go Gon­zá­lez y Jor­ge Mar­tín (Leña, Madrid); Xavier Pelli­cer y Anna Darakh­ve­lid­ze (Xavier Pelli­cer, Bar­ce­lo­na), Rafa Zafra y Juan­ma Galán (Esti­mar Madrid); Quim Case­llas y Alex Pei­ró (Casa­mar, Lla­franch); Este­ban Fran­co y Alber­to Zoi­lo (Roos­tiq, Madrid);  y Andreu Genes­tra y Dani Este­va (Andreu Genes­tra, Son Mol­tó).

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