El concierto contó con la participación de la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo, dirigida por Juan Antonio Ramírez
Tras colgar el cartel de «No hay billetes» en las tres pasadas ediciones, el Ateneo Mercantil de Valencia celebró el Gran Concierto de Año Nuevo de Valencia el pasado domingo 1 de enero. Un evento que, por cuarto año consecutivo, fue dirigido el reconocido director valenciano Juan Antonio Ramírez, al frente de la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo. Más de 600 personas acudieron al espectáculo.
Este concierto, que ya se ha convertido en una traición en la institución cultural, ofreció un repertorio innovador en su cuarta edición, sin perder por ello su esencia, respetando el espíritu vienés, marcado por el amplio repertorio de la familia Strauss, que estuvo representado desde su primogénito hasta todos ellos.
Así, esta temporada arrancó con una de las oberturas más escuchadas del famoso Concierto de Año Nuevo de Viena: Caballería ligera de Franz von Suppé. La función, que durará cerca de hora y media con un receso, gozará de todos los ingredientes artísticos que forman el espíritu de la familia Strauss, con sus valses y polkas.
Además, aprovechando la fecha del concierto, los músicos ofrecieron un fragmento de la ópera Ritter pásmán. Se trata de la única que compuso Strauss hijo. De esta partitura se interpretó el movimiento Czardas; una danza húngara que fue muy valorada por el público vienés y que se estrenó el primer día de año nuevo en el Teatro de la Ópera de la Corte Imperial y Real de Viena, la conocida actualmente como Ópera estatal de Viena.
En honor de una caja fuerte
El concierto contó entre sus patrocinadores con Caixa Popular, y en su honor se interpretará la obra Fauerfest, que significa en alemán a prueba de fuego. La historia de esta pieza tiene mucho que ver con el mundo de la banca. No en vano, en 1869, la compañía Wertheim encargó esta polka para la celebración de la producción de su caja fuerte número 20.000. Su orquestación incluye un yunque, y en varios puntos de la obra se indica al percusionista el golpeo del instrumento para recordar al público la solidez y seguridad de la caja.
La segunda parte del concierto comenzó con un homenaje a España con la Marcha española de Strauss hijo. En esta pieza se pueden escuchar timbres que recuerdan a nuestro país, como las castañuelas.
Otro de los patrocinadores del concierto fue Argimiro Joyeros. De ahí la elección de la Polka de las joyas que interpretará la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo. Por supuesto no faltaron las principales melodías del famoso concierto de Año Nuevo como El Danubio Azul y La marcha Radetzky, entre otras.
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