Kaos Holo­fó­ni­co es el títu­lo del mon­ta­je dedi­ca­do espe­cial­men­te a las per­so­nas con limi­ta­cio­nes visua­les, que se estre­nó esta sema­na en el Tea­tro Flu­men para un gru­po  con estas carac­te­rís­ti­cas. 

El pro­yec­to, que con­tó con la cola­bo­ra­ción del Ayun­ta­mien­to de Valen­cia para su pro­duc­ción, bus­ca  lle­var una nue­va téc­ni­ca tea­tral al espa­cio escé­ni­co al que sus auto­res han bau­ti­za­do como tea­tro 2.0, que aúna el tea­tro con la músi­ca en direc­to y el espec­tro sono­ro tri­di­men­sio­nal.

Tolo Pere­lló, músi­co y com­po­si­tor mallor­quín, crea­dor del uni­ver­so sono­ro tri­di­men­sio­nal de la pie­za en direc­to y Pau­la Bares, actriz y dra­ma­tur­ga valen­cia­na que escri­be y pro­ta­go­ni­za la pie­za.

“La pecu­lia­ri­dad de este espec­tácu­lo radi­ca en que el públi­co poten­cial al que va diri­gi­do es el espec­ta­dor invi­den­te, sin olvi­dar al res­to de espec­ta­do­res que quie­ran expe­ri­men­tar lo que se sien­te al seguir una dra­ma­tur­gia sono­ra  uti­li­zan­do úni­ca­men­te la audi­ción”, expli­ca Pere­lló. 

Para con­se­guir esta sen­sa­ción, los espec­ta­do­res lle­van unos auri­cu­la­res inalám­bri­cos con los que se pue­den sen­tir par­tí­ci­pes de la obra no solo como oyen­tes sino como pro­ta­go­nis­tas en el esce­na­rio sin la nece­si­dad de actuar ni mover­se de su buta­ca.

La tra­ma ver­sa sobre una mujer con ansie­dad que empren­de un via­je para recu­pe­rar al amor de su vida. Para ello  debe enfren­tar­se a sus mie­dos y asu­mir que es una per­so­na frá­gil e incom­pren­di­da.

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