Diez claves que hay que manejar para ver la quinta entrega de la saga, la más cara, la más larga, la primera que no dirige Spielberg y la última con Harrison Ford de protagonista

Decir que es la película más esperada del año es quedarse cortos. Indiana Jones y el dial del destino llega este miércoles a los cines ABC y Lys de Valencia. La película se estrenó en el pasado Festival de Cannes y la critica fue bastante generosa con ella: no es la mejor, pero hace olvidar el fiasco de La calavera de cristal. En total 154 minutos de aventuras, humor, acción, misterio, romance… y un presupuesto de 270 millones de euros. Un dato curioso es que la fecha original del estreno era ¡el 19 de julio de 2019!
Los números marean: será la última que contará con Harrison Ford, aunque no se sabe si habrá más entregas. También es la última película con banda sonora de John Williams (se jubila), la primera en la que Steven Spielberg no es el director (le sustituye James Mangold) y otra en la que George Lucas apenas ha contribuido (aunque sigue acreditado como productor ejecutivo). Tampoco participa Drew Struzan, autor de los carteles de las anteriores entregas. Como Williams, está jubilado, y no ha habido forma de (o interés por) convencerle.
Si la semana pasada todos fuimos submarinólogos, esta toca ser experto en Indiana Jones. Aquí van algunas claves para quedar como auténticos expertos.
1.- La idea fue de George Lucas. El director tuvo la idea de hacer una película inspirada en los seriales de su juventud, justo después de triunfar con American Graffiti (1973). Esa película, en la que nadie creía, se convirtió en un éxito de público y taquilla, así que tenía a todas las productoras comiendo de su mano. Spielberg había inventado el concepto de blockbuster de verano con Tiburón (1975), y volvió a triunfar con Encuentros en la tercera fase (1977), pero tenía fama de alargar demasiado los rodajes, pasarse del presupuesto y, además, su última película, 1941, había sido un fracaso. Lucas —liado con El Imperio Contraataca— pensó primero en Philip Kaufman, que declinó porque iba a rodar El fuera de la ley con Clint Eastwood.
2.- Un debut espectacular. Para El imperio contraataca, Lucas contrató a un joven desconocido que jamás había escrito un guion —un tal Lawrence Kasdan— y lo puso a trabajar en el texto con la mítica escritora de ciencia ficción Leigh Brackett. El resultado gustó tanto que, al acabar, Lucas y Spielberg le pidieron que escribiera En busca del arca perdida. Su debut —todo pasó en menos de un mes— está considerado el más rentable de la historia del cine.
3.- El perro más prolífico de la historia del cine. Mientras desarrollaba la película con Spielberg y el guionista Lawrence Kasdan, Lucas nombró al personaje principal Indiana Smith. A Spielberg no le gustó el apellido, le recordaba mucho al de Steve McQueen en Nevada Smith (Henry Hathaway, 1966). Al final acordaron llamarlo Jones, por ser tan anodino como el anterior. El nombre de Indiana proviene del perro de Lucas, un malamute de Alaska, un cachorro grande y peludo que también fue la inspiración para Chewbacca de La guerra de las galaxias.
4.- Un look poco original. La icónica imagen de Indiana Jones tiene varios padres y madres. La responsable del diseño de vestuario, Deborah Nadoolman Landis, se inspiró en el que lucía Charlton Heston en El secreto de los incas (Jerry Hopper, 1954) para crear el aspecto del arqueólogo Jim Steranko, leyenda del cómic, le dio el toque final.

5.- ¿No es no? Lucas tenía en mente buscar a un desconocido (Tim Matheson o Peter Coyote), y convertirle en estrella en las tres películas que, como mínimo, iban a componer la saga. No quería a Harrison Ford que como Han Solo lo había petado y le parecía que iba a depender mucho de él, como Scorsese de De Niro. Al final, accedió. Por cierto, a veces se olvida que hay otros cuatro actores que se han metido en el piel del aventurero: River Phoenix (en La última cruzada), Sean Patrick Flanery, Corey Carrier y George Hall (en la serie El Joven Indiana Jones).
6.- Los otros Indiana Jones. Es bien conocido que Tom Selleck rechazó el papel para seguir en la serie Magnum P.I., en una decisión comprensible: con más de 160 capítulos y 8 temporadas se hizo de oro. También hubo otros actores conocidos en los que se pensó y dijeron que no como Nick Nolte, Bill Murray, Chevy Chase, Steve Martin o Jack Nicholson. Por cierto, Danny DeVito fue la primera opción para interpretar a As Sallah (el papel se lo quedó John Rhys-Davies, que vuelve en El dial del destino); Sharon Stone (acababa de rodar Las minas del rey Salomón) hizo una audición para la Willie Scott de El templo maldito, papel que se quedó Kate Capshaw; Marion Ravenwood pudo haber tenido el rostro de Debra Winger; Gregory Peck era el recambio si Sean Connery no aceptaba participar en La última cruzada; y Laurence Olivier no fue el caballero del Grial en esa misma película por problemas de salud.
7.- Así se cambia la historia. El templo maldito es la entrega que menos le gusta a Spielberg (se ve que no ha visto la Calavera de Cristal): cree que es demasiado oscuro y tenebroso, y que refleja demasiado su estado de ánimo tras su primer divorcio. Curiosamente, la película cambió (ligeramente) la historia del cine: el sistema de clasificación de EEUU le iba a asignar una R (menores de 17 años acompañados) pero el director convenció a la Motion Picture Association of America de que creara una nueva categoría, la PG-13, un poco más restrictiva que la PG (para menores, pero con algún contenido que no guste a los padres). Hoy es la que más se utiliza.

8.- El McGuffin de la película. El dial que da título a la película se inspira en el llamado mecanismo de Anticitera, un antiguo artefacto griego descubierto en 1901 en un naufragio cerca de la isla de mismo nombre y que constituye el ejemplo más antiguo conocido de una computadora analógica utilizada para predecir posiciones astronómicas y eclipses con décadas de anticipación. El mecanismo consta de una serie de engranajes de bronce (se cree que 37) que permiten seguir los movimientos de la Luna y el Sol a través del zodiaco, predecir eclipses y modelar la órbita irregular de la Luna. Se puede ver en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas
9.- ¿Es la última película de Indiana Jones? No necesariamente, aunque si hay más serán sin Ford, que los 80 años ya no los cumple y no está para estos trotes. Lo cierto es que el contrato original con la Paramount (de 1979) solo contemplaba cinco títulos, pero ahora los derechos son de Disney. De hecho, ya hay un guion (que se sepa) y un candidato. En 2015, Martin Villeneuve escribió una propuesta no solicitada para una quinta o incluso sexta entrega de la serie basada en una idea que le había presentado a su hermano mayor Denis Villeneuve, justo antes de Blade Runner 2049 (2017), también protagonizada por Ford. Los hermanos intentaron que la mítica productora Kathleen Kennedy leyera este guion, que Denis tildó como «casi perfecto», para que Spielberg lo considerara como director. Con Villeneuve en lo más alto de su carrera tras Dune,… quién sabe lo que podría ocurrir.
10.- ¿Es Indiana Jones un pargelas? Desde hace años se discute si el famoso arqueólogo salvó realmente al mundo de los nazis en En busca del arca perdida. En realidad, no solo no impidió que consiguiera encontrar el arca, sino que hubieran muerto igual al abrirla. Eso sí, que le quiten lo bailao.
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