La editorial Páginas de Espuma, fundada en 1999 con sede en Madrid, publica Diario de un escritor (2022), dos gruesos volúmenes que reúnen los artículos periodísticos de Dostoievski durante los últimos ocho años de su vida. En esta edición, dirigida por Paul Viejo, han participado tres traductores. Un proyecto ambicioso que merece encontrar a sus lectores.

Fió­dor Dos­toievs­ki vis­to por Kons­tan­tin Vasil­yev.

Fió­dor Dos­toievs­ki (Mos­cú, 11 de noviem­bre de 1821-San Peters­bur­go, 9 de febre­ro de 1881) ano­tó, en uno de esos apun­tes perio­dís­ti­cos con obser­va­cio­nes muy diver­sas, que todo el mun­do «tie­ne una bue­na nove­la». No que­ría decir con eso, cla­ro está, que cada cual poseía en la biblio­te­ca de sus casas, o en un cajón, al menos una reco­men­da­ble nove­la. Lo decía en otro sen­ti­do. Sen­ta­do en el ban­co de un par­que, el autor de las inmor­ta­les Cri­men y cas­ti­go (1866) y Los her­ma­nos Kara­ma­zov (1879–1880) veía pasar hom­bres y muje­res, per­so­nas jóve­nes y mayo­res, mili­ta­res y obre­ros, pare­jas ena­mo­ra­das, niñe­ras… Dos­toievs­ki deja­ba volar su capa­ci­dad fabu­la­do­ra e ima­gi­na­ba cómo era o cómo podía ser la vida de esos vian­dan­tes tenien­do en cuen­ta su ges­tua­li­dad y su for­ma de ves­tir y andar.

Opi­na­ba el ator­men­ta­do Fió­dor (epi­lép­ti­co y adic­to al jue­go y al alcohol) que en la vida de los per­so­na­jes más humil­des o en la de los ciu­da­da­nos aco­mo­da­dos, siem­pre hay his­to­rias mere­ce­do­ras de ser con­ta­das. Todo lo humano le intere­sa­ba. Las frus­tra­cio­nes y tor­pe­zas, los deseos, los con­flic­tos amo­ro­sos, los ins­tin­tos de supera­ción o las derro­tas vita­les eran, en cada fami­lia, una valio­sa mate­ria temá­ti­ca. Con­tar bien esas his­to­rias, habi­tual­men­te igno­ra­das, es el ver­da­de­ro desa­fío lite­ra­rio.

Esta­ba yo el pasa­do fin de sema­na en los mon­tes de Sie­te Aguas, con Miquel Nava­rro, Olga Porras, Mano­lo Blay y nues­tro perri­to Tino. Le pre­gun­té a Mano­lo, ayu­dan­te de Miquel: «¿Nos lle­vas a Buñol?». Res­pues­ta afir­ma­ti­va. Duran­te el tra­yec­to des­ve­lé mi plan: visi­tar La libre­ría de Doña Leo, recién inau­gu­ra­da por Máxi­mo Huer­ta. Allí encon­tra­re­mos bue­nas nove­las en las estan­te­rías, comen­té, y ade­más cono­ce­re­mos al autor de la nove­la que está cons­tru­yen­do Máxi­mo Huer­ta con su vida: escri­tor con pre­mios impor­tan­tes, fugaz exmi­nis­tro de Cul­tu­ra, sol­ven­te pre­sen­ta­dor de Beni­dorm Fest 2022 (jun­to con Alas­ka e Inés Her­nand), expre­sen­ta­dor en À Punt del pro­gra­ma Bona ves­pra­da

La libre­ría de Doña Leo, situa­da muy cer­ca del Ayun­ta­mien­to de Buñol —a unos cua­ren­ta pasos mal con­ta­dos—, es dimi­nu­ta y seduc­to­ra, un mag­ní­fi­co refu­gio vital y cul­tu­ral, más que comer­cial. Ese sába­do, en torno a las doce de la maña­na, la libre­ría se encon­tra­ba lle­na de clien­tes, casi en su tota­li­dad muje­res. Máxi­mo Huer­ta tie­ne muy buen car­tel entre el femi­nis­mo. Es cor­dial y dul­ce. Muy alto, más de lo que supo­nía. Des­de mi 1,78 de altu­ra me veía obli­ga­do a levan­tar la cabe­za para mirar sus ojos. Cal­cu­lé que Máxi­mo medi­rá en torno a 1,86. Miquel Nava­rro y yo le diji­mos nues­tros nom­bres, pero me dio la sen­sa­ción de que Máxi­mo no ter­mi­na­ba de situar­nos.

Le pedí al popu­lar escri­tor y libre­ro que me reco­men­da­se un ensa­yo, ya que este mes de enero estoy enfras­ca­do en la lec­tu­ra de dos nove­las de lar­go reco­rri­do:  Reden­ción 3. 2. 1. (Círcu­lo Rojo), de mi ami­go José Ven­tu­ra Apor­ta Barrios, estu­pen­do rela­to de 360 pági­nas que arran­ca en un futu­ro 2031 y tie­ne como esce­na­rio una colo­nia de Ren­ta Bási­ca Uni­ver­sal en Came­rún, con per­so­na­jes en bus­ca «de una genui­na reden­ción». Alterno las pági­nas inten­sas de Reden­ción 3.2.1 con las de Per­so­nas decen­tes, de Leo­nar­do Padu­ra (Tus­quets), 442 pági­nas ambien­ta­das en La Haba­na del año 2016: un diri­gen­te cubano, dés­po­ta y cruel, apa­re­ce ase­si­na­do y muti­la­do en su apar­ta­men­to. Una nove­la poli­cia­ca pro­ta­go­ni­za­da por el ins­pec­tor Mario Con­de.

El escri­tor Máxi­mo Huer­ta posa con Doña Leo en la aper­tu­ra de su recién inau­gu­ra­da libre­ría en Buñol (ROBER SOLSONA / EUROPA PRESS)

Le pedí a Máxi­mo, decía antes, que me reco­men­da­se un ensa­yo. De modo entu­sias­ta, el escri­­tor-libre­­ro-figu­­ra popu­lar de la tele, me sugi­rió El infi­ni­to en un jun­co. La inven­ción de los libros en el mun­do anti­guo (Sirue­la), de Ire­ne Valle­jo. El libro, Pre­mio Nacio­nal de Ensa­yo 2020, ya va por la 43 edi­ción. Son 452 pági­nas de gran for­ma­to que nos cuen­tan la his­to­ria de los libros, des­de sus orí­ge­nes. En el pró­lo­go, un párra­fo lleno de gra­ti­tud: «El libro ha supe­ra­do la prue­ba del tiem­po, ha demos­tra­do ser un corre­dor de fon­do. Cada vez que hemos des­per­ta­do del sue­ño de nues­tras revo­lu­cio­nes o de la pesa­di­lla de nues­tras catás­tro­fes huma­nas, el libro seguía ahí. Como dice Umber­to Eco, per­te­ne­ce a la mis­ma cate­go­ría que la cucha­ra, el mar­ti­llo, la rue­da o las tije­ras. Una vez inven­ta­dos, no se pue­de hacer nada mejor».

Olga, Miquel, Mano­lo, Tino y yo regre­sa­mos poco des­pués a la Alque­rue­la, en los mon­tes de Sie­te Aguas. Duran­te el via­je —alre­de­dor de 15 minu­tos— pien­so: «Los cin­co tene­mos una bue­na nove­la, inclui­do Tino. Y yo, en mis manos, tam­bién ten­go un buen ensa­yo». Lea­mos, lea­mos. Todo lo que poda­mos. «Cuan­do más se lee, menos se imi­ta», dijo el poe­ta y dra­ma­tur­go Jules Renard (Fran­cia, 1864–1910).

 


 


LA COLUMNA ABIERTA de Rafa Marí

 

«Que la vida iba en serio / uno lo empie­za a com­pren­der más tar­de”
Jai­me Gil de Bied­ma

Duran­te los dos últi­mos años, el perio­dis­ta cul­tu­ral Rafa Marí ha veni­do publi­can­do en este espa­cio de Valen­cia City sus cró­ni­cas sobre cine, pri­me­ro como Dia­rio de un ciné­fi­lo, y pos­te­rior­men­te bajo el títu­lo Des­de el sillón de mi casa… en Mis­la­ta. Han sido dos años de diver­ti­das y ori­gi­na­les digre­sio­nes sobre su gran pasión, el cine, pero aho­ra toca explo­rar nue­vos terri­to­rios, reno­var una fruc­tí­fe­ra cola­bo­ra­ción, una colum­na abier­ta.

En aje­drez, otra de las inte­li­gen­tes acti­vi­da­des de Rafa Marí, una colum­na abier­ta es una colum­na sin peo­nes; en el perio­dis­mo, una colum­na abier­ta es una colum­na don­de pue­de refle­xio­nar­se sobre el pre­cio de las cosas, la alta coci­na, un libro, una pelí­cu­la o los amo­res de Isa­bel Pan­to­ja.

Pese a ser un perio­dis­ta tar­dío, Rafa Marí (Valen­cia, 1945) ha teni­do tiem­po para tra­ba­jar en muchos medios de comu­ni­ca­ción: Car­te­le­ra Turia, Cal Dir, Valen­cia Sema­nal, car­te­le­ra Qué y Don­de, Noti­cias al día, Papers de la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra, Leva­n­­te-EMV, El Hype… Siem­pre en las pági­nas de cul­tu­ra. En 1984 se incor­po­ró a la redac­ción de Las Pro­vin­cias, dia­rio don­de actual­men­te ejer­ce su acti­vis­mo como gran comen­ta­ris­ta.

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