Una obra de Andreu Alfaro preside desde hoy el patio gótico del Palau de la Generalitat. Se trata de la escultura Cercle berninià. Creada en 1980, la pieza, de trazo minimalista y con un diámetro monumental de 5 metros, es, en su forma, un enorme círculo de acero inoxidable. La escultura, que se integra en el espacio por su gran tamaño y al carecer de pedestal, transforma visualmente el patio, enfrentando la perfección ideal de la geometría metálica moderna a la irregularidad de los vanos y sillares tallados hace 500 años.
La escultura refleja la ebullición del cambio político y artístico que transformaba España. En este sentido, Alfaro utiliza el lenguaje no figurativo de líneas y planos en el espacio para representar una simbología colectiva. Es decir, formas abstractas para representar ideas y suscitar sensaciones. Cercle berniniàpretende transportarnos de la geometría a la cultura, tratando de conmover rompiendo la perfección del círculo, que no se cierra linealmente. Así, el espectador que siga la circunferencia, acabará en un punto distinto del de inicio. Así mismo, supone una mirada retrospectiva al artista barroco Gian Lorenzo Bernini, símbolo de una época en la que las figuras comienzan a romper la regularidad neoclásica, generando efectos dinámicos.
El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha destacado que la obra de Andreu Alfaro (1929–2012) instalada este lunes en el Palau de la Generalitat supone una representación de “los ideales del valencianismo, la libertad, la democracia y la ilustración”. A juicio de Puig, “esta obra da visibilidad al escultor de la modernidad valenciana que, junto a Chillida y Oteiza, conforma la cumbre de la escultura española de vanguardia del siglo XX”.
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