La obra, protagonizada por Silvia Marsó y Vito Sanz, se representará en el Teatro El Musical los días 25 y 26 de febrero

Si alguien quiere esconderse o retirarse de la vida, Benidorm en invierno es un lugar que se antoja tranquilo. En esta localización y en esta estación del año es donde está ambientada la comedia negra programada en el Teatre El Musical este próximo fin de semana, los días 25 y 26 de febrero, La Florida.
La propuesta del dramaturgo y director de Puerto de Sagunto Víctor Sánchez Rodríguez toma el título del edificio de apartamentos de veraneo donde tiene lugar la trama. Cuando llega el frío, la vida en esta urbe costera mediterránea se para y en este bloque apenas vive un puñado de almas. Nunca pasa nada, hasta que una noche aparece un muerto flotando en la piscina de La Florida.
A partir de este suceso inesperado, se desencadena una trama que es un homenaje al género literario y cinematográfico en torno a los hechos delictivos, pero también, un retrato de la sociedad corrupta y decadente que nos rodea. Esta historia mordaz y divertida de mujeres fatales, heroínas y detectives decentes que se convierten en los únicos valedores de la justicia en ciudades sordas, también incide en los amores no correspondidos y la huida del pasado.
Silvia Marsó capitanea el elenco junto a Vito Sanz, actor fetiche del cineasta Jonás Trueba, junto al que ha trabajado en, entre otras, La virgen de agosto (2019) y Tenéis que venir a verla (2022). En La Florida da vida a un investigador privado entregado en cuerpo y alma a su trabajo, que apenas ha sabido construirse una vida fuera de su ocupación. Cuando asume el caso, el edificio le irá atrapando, como una planta carnívora a una mosca.

Taller de interpretación y escritura
Dos días antes de las funciones, los días 23 y 24 de febrero, Víctor Sánchez impartirá un taller de interpretación y escritura para 12 profesionales. La propuesta se llama Soportar tu cruz y parte del monólogo del personaje de Nina en La Gaviota de Chéjov para transformar en motor de creación el temor y la inseguridad en el ejercicio de la profesión actoral y dramatúrgica. La idea es convertir el sufrimiento en inspiración, transformar esa cruz a cuestas en una amable, ya que está hecha de vocación.
El primer día del curso se escribirá, y el segundo, se interpretará lo escrito. Por este motivo, va dirigido a intérpretes a los que les guste escribir y que dispongan del tiempo de aprenderse un texto de un día para otro.