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En el momen­to de escri­bir estas líneas, no sabe­mos cual será el deve­nir de las finan­zas de la Unión Eco­nó­mi­ca y Mone­ta­ria. En todo caso, creo que es jus­to refle­xio­nar sobre el ori­gen de par­te de los pro­ble­mas que acu­cian a la deu­da sobe­ra­na y ban­ca­ria en Euro­pa y Esta­dos Uni­dos. Y pode­mos afir­mar sin amba­ges que la nega­ti­va a asu­mir ries­gos por par­te de los gobier­nos y los ban­cos, y la prác­ti­ca, con­ver­ti­da en obli­ga­ción, de con­tra­tar a agen­cias de cali­fi­ca­ción y tasa­do­ras hipo­te­ca­rias, ha deri­va­do en un poder omní­mo­do de estas, y las ha con­ver­ti­do en el direc­tor de una orques­ta des­afi­na­da y que enfi­la a sus miem­bros des­con­cer­ta­dos al abis­mo finan­cie­ro.

Tasar y cali­fi­car se han con­ver­ti­do en depor­tes de ries­go para estas com­pa­ñías, y en vic­ti­mas a los tasa­dos y cali­fi­ca­dos, ya sean par­ti­cu­la­res, ban­cos, o gobier­nos. Y ello, por­que tasar con­lle­va una impor­tan­te dosis de sub­je­ti­vi­dad, hecho que es apro­ve­cha­do por quien en cada momen­to nece­si­ta la tasa­ción para un deter­mi­na­do pro­pó­si­to. Cuan­do la orden es ven­der cré­di­tos hipo­te­ca­rios, la tasa­ción será gene­ro­sa. Cuan­do la orden es exi­gir garan­tías o eje­cu­tar las mis­mas, la tasa­ción será cica­te­ra. Por tan­to, que­da total­men­te jus­ti­fi­ca­do el carác­ter pro-cícli­­co de la acti­vi­dad tasa­do­ra. Se tra­ta de ahon­dar en el error, lle­van­do al extre­mo el signo de los tiem­pos, es decir, ayu­dan­do a aumen­tar el tama­ño de la bur­bu­ja cuan­do esta se expan­de, y agran­dan­do el agu­je­ro y la pro­fun­di­dad del mis­mo, des­pués del esta­lli­do. Todo ello agra­va­do por el hecho de que quien tie­ne la sar­tén por el man­go de estas tasa­do­ras, son los ban­cos que les con­tra­tan, aun­que la fac­tu­ra la pague el hipo­te­ca­do (Te pego un tiro pero pagas la bala. ¡Gran para­do­ja!).

Y que decir de las agen­cias cali­fi­ca­do­ras de ries­gos… Su pre­sen­cia en el mun­do de las finan­zas, y espe­cial­men­te en el mer­ca­do de la ren­ta fija, es impres­cin­di­ble. Por ley en el caso de los gobier­nos o por esta­tu­tos, en el caso de los fon­dos de ren­ta fija. Es decir, se les ha dado el oli­go­po­lio de cali­fi­car lo arries­ga­do y lo que no lo es tan­to a tres empre­sas. Ade­más, les paga el que ori­gi­na o mane­ja el ries­go. Si, así es. Actúan por cuen­ta de quien les paga, que es a quien tie­nen que cali­fi­car el ries­go, pero si se equi­vo­can, las con­se­cuen­cias las pagan los ciu­da­da­nos del país cali­fi­ca­do o los pen­sio­nis­tas del fon­do inver­sor. Estos son los res­pon­sa­bles de que un día Leh­man Brothers tuvie­ra la máxi­ma cali­fi­ca­ción de ries­gos, y al día siguien­te que­bra­ra. Que la deu­da irlan­de­sa, por­tu­gue­sa, espa­ño­la etc. fue­ra de la máxi­ma cali­dad y apta para inver­tir ban­cos y com­pa­ñías de segu­ros, etc. y sin saber cómo, se pase a con­si­de­rar como bono-basu­­ra. Y que no nos cuen­ten que han cam­bia­do las cir­cuns­tan­cias por­que cobran por atis­bar esos cam­bios en el hori­zon­te.

Tasar y cali­fi­car no son más que un ejer­ci­cio de com­pra­ven­ta de res­pon­sa­bi­li­da­des al con­ta­do. Si usted es ges­tor de un fon­do o minis­tro de finan­zas, nada mejor que pagar a un ter­ce­ro para “que se coma el marrón” si las cosas se tuer­cen, y éste, que no es ton­to, tasa o cali­fi­ca con la sal­ve­dad de hacer­lo como mera opi­nión, si las cir­cuns­tan­cias fác­ti­cas no cam­bian o la infor­ma­ción faci­li­ta­da por el clien­te se ciñe a la ver­dad. Pues com­prue­be ud. todo eso que para algo cobra, ¿o no?

Si tasar el valor de los inmue­bles y cali­fi­car ries­gos son cien­cias exac­tas, que paguen los pla­tos rotos por equi­vo­car­se, y si es un arte, que se some­tan a la crí­ti­ca y la opi­nión de todos, pero que no sojuz­guen la hacien­da par­ti­cu­lar y públi­ca de ciu­da­da­nos y esta­dos

En el momen­to de escri­bir estas líneas, no sabe­mos cual será el deve­nir de las finan­zas de la Unión Eco­nó­mi­ca y Mone­ta­ria. En todo caso, creo que es jus­to refle­xio­nar sobre el ori­gen de par­te de los pro­ble­mas que acu­cian a la deu­da sobe­ra­na y ban­ca­ria en Euro­pa y Esta­dos Uni­dos. Y pode­mos afir­mar sin amba­ges que la nega­ti­va a asu­mir ries­gos por par­te de los gobier­nos y los ban­cos, y la prác­ti­ca, con­ver­ti­da en obli­ga­ción, de con­tra­tar a agen­cias de cali­fi­ca­ción y tasa­do­ras hipo­te­ca­rias, ha deri­va­do en un poder omní­mo­do de estas, y las ha con­ver­ti­do en el direc­tor de una orques­ta des­afi­na­da y que enfi­la a sus miem­bros des­con­cer­ta­dos al abis­mo finan­cie­ro.

Tasar y cali­fi­car se han con­ver­ti­do en depor­tes de ries­go para estas com­pa­ñías, y en vic­ti­mas a los tasa­dos y cali­fi­ca­dos, ya sean par­ti­cu­la­res, ban­cos, o gobier­nos. Y ello, por­que tasar con­lle­va una impor­tan­te dosis de sub­je­ti­vi­dad, hecho que es apro­ve­cha­do por quien en cada momen­to nece­si­ta la tasa­ción para un deter­mi­na­do pro­pó­si­to. Cuan­do la orden es ven­der cré­di­tos hipo­te­ca­rios, la tasa­ción será gene­ro­sa. Cuan­do la orden es exi­gir garan­tías o eje­cu­tar las mis­mas, la tasa­ción será cica­te­ra. Por tan­to, que­da total­men­te jus­ti­fi­ca­do el carác­ter pro-cícli­­co de la acti­vi­dad tasa­do­ra. Se tra­ta de ahon­dar en el error, lle­van­do al extre­mo el signo de los tiem­pos, es decir, ayu­dan­do a aumen­tar el tama­ño de la bur­bu­ja cuan­do esta se expan­de, y agran­dan­do el agu­je­ro y la pro­fun­di­dad del mis­mo, des­pués del esta­lli­do. Todo ello agra­va­do por el hecho de que quien tie­ne la sar­tén por el man­go de estas tasa­do­ras, son los ban­cos que les con­tra­tan, aun­que la fac­tu­ra la pague el hipo­te­ca­do (Te pego un tiro pero pagas la bala. ¡Gran para­do­ja!).

Y que decir de las agen­cias cali­fi­ca­do­ras de ries­gos… Su pre­sen­cia en el mun­do de las finan­zas, y espe­cial­men­te en el mer­ca­do de la ren­ta fija, es impres­cin­di­ble. Por ley en el caso de los gobier­nos o por esta­tu­tos, en el caso de los fon­dos de ren­ta fija. Es decir, se les ha dado el oli­go­po­lio de cali­fi­car lo arries­ga­do y lo que no lo es tan­to a tres empre­sas. Ade­más, les paga el que ori­gi­na o mane­ja el ries­go. Si, así es. Actúan por cuen­ta de quien les paga, que es a quien tie­nen que cali­fi­car el ries­go, pero si se equi­vo­can, las con­se­cuen­cias las pagan los ciu­da­da­nos del país cali­fi­ca­do o los pen­sio­nis­tas del fon­do inver­sor. Estos son los res­pon­sa­bles de que un día Leh­man Brothers tuvie­ra la máxi­ma cali­fi­ca­ción de ries­gos, y al día siguien­te que­bra­ra. Que la deu­da irlan­de­sa, por­tu­gue­sa, espa­ño­la etc. fue­ra de la máxi­ma cali­dad y apta para inver­tir ban­cos y com­pa­ñías de segu­ros, etc. y sin saber cómo, se pase a con­si­de­rar como bono-basu­­ra. Y que no nos cuen­ten que han cam­bia­do las cir­cuns­tan­cias por­que cobran por atis­bar esos cam­bios en el hori­zon­te.

Tasar y cali­fi­car no son más que un ejer­ci­cio de com­pra­ven­ta de res­pon­sa­bi­li­da­des al con­ta­do. Si usted es ges­tor de un fon­do o minis­tro de finan­zas, nada mejor que pagar a un ter­ce­ro para “que se coma el marrón” si las cosas se tuer­cen, y éste, que no es ton­to, tasa o cali­fi­ca con la sal­ve­dad de hacer­lo como mera opi­nión, si las cir­cuns­tan­cias fác­ti­cas no cam­bian o la infor­ma­ción faci­li­ta­da por el clien­te se ciñe a la ver­dad. Pues com­prue­be ud. todo eso que para algo cobra, ¿o no?

Si tasar el valor de los inmue­bles y cali­fi­car ries­gos son cien­cias exac­tas, que paguen los pla­tos rotos por equi­vo­car­se, y si es un arte, que se some­tan a la crí­ti­ca y la opi­nión de todos, pero que no sojuz­guen la hacien­da par­ti­cu­lar y públi­ca de ciu­da­da­nos y esta­dos

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