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Comprar con cabeza y cuerpo de hombre

En Valen­cia, la moda no es como en el res­to, aun­que la figu­ra feme­ni­na siem­pre ande al ace­cho con sus opi­nio­nes. Sí, segui­mos ten­den­cias, pero ofre­ce­mos una dis­tin­ta visión de la moder­ni­dad: la ausen­cia de mie­dos y el gus­to por el color nos iden­ti­fi­can tan­to como el cli­ma que dis­­fru­­ta­­mos-sufri­­mos.

La moda mas­cu­li­na en nues­tra ciu­dad ha pasa­do por dos gran­des catar­sis en los últi­mos años. Des­de los ochen­ta a media­dos de los noven­ta, la moder­ni­dad inun­da­ba nues­tros luga­res de ocio. Ampli­tud en las for­mas, mul­ti­co­lor y prints de ins­pi­ra­ción medi­te­rrá­nea se con­vir­tie­ron en señas de iden­ti­dad del hom­bre valen­ciano.

Pero, en los albo­res del nue­vo mile­nio, dimos un pasi­to atrás hacia un evi­den­te cla­si­cis­mo: los tra­jes se estre­cha­ban dibu­jan­do la silue­ta en teji­dos y colo­res de la tie­rra en los momen­tos de relax, los hom­bres se fusio­na­ban con sus muje­res pasean­do por las calles per­fec­ta­men­te ata­via­dos para cazar fai­sa­nes.

En este acia­go 2013 pare­ce que la moda mas­cu­li­na ha vuel­to a ocu­par un lugar des­ta­ca­do tan­to en el sec­tor como en los esca­pa­ra­tes tras un perio­do de letar­go. Deta­lles van­guar­dis­tas, ausen­cia de extra­va­gan­cias y un per­fil (ya era hora) urba­ni­ta que nos pre­sen­ta una nue­va moder­ni­dad con­tem­po­rá­nea para el hom­bre.

Una de las cla­ves para este invierno es la vuel­ta de tuer­ca al acol­cha­do tipo Bar­bour o gua­ti­né (sic). Las encon­tra­mos en sobre­ca­mi­sas, caza­do­ras bom­ber, abri­gos tres cuar­tos en negro abso­lu­to y sin cue­llos. Estas son las nue­vas for­mas para un clá­si­co siem­pre lige­ro y con­for­ta­ble.

El pun­to tam­bién con­tem­pla una reno­va­ción y rea­li­za un intere­san­te mix en aca­ba­dos de ochos o gre­cas eli­mi­nan­do lo rús­ti­co y arte­sa­nal. Impres­cin­di­ble un buen sué­ter de cue­llo caja, lige­ra­men­te ancho, para adap­tar­lo a cada momen­to.

Y esta­mos de enho­ra­bue­na, los colo­res esta tem­po­ra­da se pre­sen­tan más varo­ni­les que nun­ca, el negro y los gri­ses se alían con ape­te­ci­bles bur­deos, ver­des y gra­na­tes. Bre­ves pero efec­ti­vas apa­ri­cio­nes en rojo, cobal­to y la per­ma­nen­cia del pis­ta­cho y naran­ja en ver­sión shoc­king.

Los sabios con­se­jos de pro­fe­sio­na­les ave­za­dos como Alfre­do Este­ve, pio­ne­ro en moda mas­cu­li­na en nues­tra ciu­dad, o intere­san­tes pro­pues­tas de índo­le inter­na­cio­nal como Hugo Boss, lide­ra­do en Valen­cia por Juan Rever­ter, hacen que ellos sal­gan a la calle eri­gién­do­se como los espa­ño­les más esti­lo­sos.

Será que somos irre­sis­ti­bles…

En Valen­cia, la moda no es como en el res­to, aun­que la figu­ra feme­ni­na siem­pre ande al ace­cho con sus opi­nio­nes. Sí, segui­mos ten­den­cias, pero ofre­ce­mos una dis­tin­ta visión de la moder­ni­dad: la ausen­cia de mie­dos y el gus­to por el color nos iden­ti­fi­can tan­to como el cli­ma que dis­­fru­­ta­­mos-sufri­­mos.

La moda mas­cu­li­na en nues­tra ciu­dad ha pasa­do por dos gran­des catar­sis en los últi­mos años. Des­de los ochen­ta a media­dos de los noven­ta, la moder­ni­dad inun­da­ba nues­tros luga­res de ocio. Ampli­tud en las for­mas, mul­ti­co­lor y prints de ins­pi­ra­ción medi­te­rrá­nea se con­vir­tie­ron en señas de iden­ti­dad del hom­bre valen­ciano.

Pero, en los albo­res del nue­vo mile­nio, dimos un pasi­to atrás hacia un evi­den­te cla­si­cis­mo: los tra­jes se estre­cha­ban dibu­jan­do la silue­ta en teji­dos y colo­res de la tie­rra en los momen­tos de relax, los hom­bres se fusio­na­ban con sus muje­res pasean­do por las calles per­fec­ta­men­te ata­via­dos para cazar fai­sa­nes.

En este acia­go 2013 pare­ce que la moda mas­cu­li­na ha vuel­to a ocu­par un lugar des­ta­ca­do tan­to en el sec­tor como en los esca­pa­ra­tes tras un perio­do de letar­go. Deta­lles van­guar­dis­tas, ausen­cia de extra­va­gan­cias y un per­fil (ya era hora) urba­ni­ta que nos pre­sen­ta una nue­va moder­ni­dad con­tem­po­rá­nea para el hom­bre.

Una de las cla­ves para este invierno es la vuel­ta de tuer­ca al acol­cha­do tipo Bar­bour o gua­ti­né (sic). Las encon­tra­mos en sobre­ca­mi­sas, caza­do­ras bom­ber, abri­gos tres cuar­tos en negro abso­lu­to y sin cue­llos. Estas son las nue­vas for­mas para un clá­si­co siem­pre lige­ro y con­for­ta­ble.

El pun­to tam­bién con­tem­pla una reno­va­ción y rea­li­za un intere­san­te mix en aca­ba­dos de ochos o gre­cas eli­mi­nan­do lo rús­ti­co y arte­sa­nal. Impres­cin­di­ble un buen sué­ter de cue­llo caja, lige­ra­men­te ancho, para adap­tar­lo a cada momen­to.

Y esta­mos de enho­ra­bue­na, los colo­res esta tem­po­ra­da se pre­sen­tan más varo­ni­les que nun­ca, el negro y los gri­ses se alían con ape­te­ci­bles bur­deos, ver­des y gra­na­tes. Bre­ves pero efec­ti­vas apa­ri­cio­nes en rojo, cobal­to y la per­ma­nen­cia del pis­ta­cho y naran­ja en ver­sión shoc­king.

Los sabios con­se­jos de pro­fe­sio­na­les ave­za­dos como Alfre­do Este­ve, pio­ne­ro en moda mas­cu­li­na en nues­tra ciu­dad, o intere­san­tes pro­pues­tas de índo­le inter­na­cio­nal como Hugo Boss, lide­ra­do en Valen­cia por Juan Rever­ter, hacen que ellos sal­gan a la calle eri­gién­do­se como los espa­ño­les más esti­lo­sos.

Será que somos irre­sis­ti­bles…

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