Este es el tiempo previsto para el trayecto en AVE, a partir de diciembre. La verdad es que la inminente inauguración de este nuevo medio de transporte para los valencianos no ha podido ser más oportuna. La rapidez y comodidad, y esperemos que el coste del mismo, va a generar muchas oportunidades para los valencianos. Esta novedad ha dado lugar a muchas elucubraciones, como si van a venderse más apartamentos en nuestra costa, si el turismo en nuestra ciudad va a salir beneficiado, si los negocios podrán aprovechar el acercamiento de la Villa y Corte, etc.
Sin embargo, es conveniente analizar la circunstancia con una óptica diferente, en especial ahora que se ha confirmado que nuestra principal Caja de Ahorros deja de estar en manos de los valencianos, y la siguiente, en manos de los alicantinos.Así pues, interesa saber qué oportunidades de trabajo y de negocio se nos plantean a los de aquí, allí. Pues, sin duda, más importante va a ser éste fenómeno que el contrario. Madrid va a estar más cerca para los valencianos que Valencia para los madrileños. Al fin y al cabo, desde la capital se pueden escoger muchos aves, pero nosotros sólo podremos coger uno, y ya se sabe, “ave que vuela, a la cazuela”.
Pongamos los datos sobre la mesa. Mientras que en nuestra Comunidad el paro sobrepasa el 20%, en Madrid se sitúa en torno a la mitad, y su renta per cápita es un 35% superior a la nuestra. Por lo que, de entrada, es fácil colegir que el flujo importante será el de salida de valencianos en busca de oportunidades, mientras que el de entrada será de veraneantes o jubilados. Esto no es ni bueno ni malo, en principio. O mejor dicho, bueno y malo al mismo tiempo. Bueno porque se abren posibilidades y oportunidades a quienes ahora no las pueden tener con tanta facilidad en nuestra tierra. Malo porque nuestro mejor talento encontrará una tierra más fértil en la que cultivar su potencial de creatividad y actividad. Si a ello le unimos el hecho de tener que negociar y obtener la financiación necesaria para los proyectos empresariales lejos del distrito financiero de nuestra ciudad, ya me puedo imaginar los vagones del rápido a rebosar de valencianos emprendedores en dirección al centro del país, y de castellanos con bermudas y sandalias en dirección a las deseadas metas de las banderas azules.
¡Toda una revolución social la que se nos AVEcina oiga! No sabemos como afectará todo ello a nuestra compañía aérea de bandera regional, ni a su alianza one world (o “Juan Gol”, como dicen los castizos).
Este es el tiempo previsto para el trayecto en AVE, a partir de diciembre. La verdad es que la inminente inauguración de este nuevo medio de transporte para los valencianos no ha podido ser más oportuna. La rapidez y comodidad, y esperemos que el coste del mismo, va a generar muchas oportunidades para los valencianos. Esta novedad ha dado lugar a muchas elucubraciones, como si van a venderse más apartamentos en nuestra costa, si el turismo en nuestra ciudad va a salir beneficiado, si los negocios podrán aprovechar el acercamiento de la Villa y Corte, etc.
Sin embargo, es conveniente analizar la circunstancia con una óptica diferente, en especial ahora que se ha confirmado que nuestra principal Caja de Ahorros deja de estar en manos de los valencianos, y la siguiente, en manos de los alicantinos.Así pues, interesa saber qué oportunidades de trabajo y de negocio se nos plantean a los de aquí, allí. Pues, sin duda, más importante va a ser éste fenómeno que el contrario. Madrid va a estar más cerca para los valencianos que Valencia para los madrileños. Al fin y al cabo, desde la capital se pueden escoger muchos aves, pero nosotros sólo podremos coger uno, y ya se sabe, “ave que vuela, a la cazuela”.
Pongamos los datos sobre la mesa. Mientras que en nuestra Comunidad el paro sobrepasa el 20%, en Madrid se sitúa en torno a la mitad, y su renta per cápita es un 35% superior a la nuestra. Por lo que, de entrada, es fácil colegir que el flujo importante será el de salida de valencianos en busca de oportunidades, mientras que el de entrada será de veraneantes o jubilados. Esto no es ni bueno ni malo, en principio. O mejor dicho, bueno y malo al mismo tiempo. Bueno porque se abren posibilidades y oportunidades a quienes ahora no las pueden tener con tanta facilidad en nuestra tierra. Malo porque nuestro mejor talento encontrará una tierra más fértil en la que cultivar su potencial de creatividad y actividad. Si a ello le unimos el hecho de tener que negociar y obtener la financiación necesaria para los proyectos empresariales lejos del distrito financiero de nuestra ciudad, ya me puedo imaginar los vagones del rápido a rebosar de valencianos emprendedores en dirección al centro del país, y de castellanos con bermudas y sandalias en dirección a las deseadas metas de las banderas azules.
¡Toda una revolución social la que se nos AVEcina oiga! No sabemos como afectará todo ello a nuestra compañía aérea de bandera regional, ni a su alianza one world (o “Juan Gol”, como dicen los castizos).
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