Ya os he hablado en otras ocasiones de este espacio, pero cada vez que lo visito solo quiero que se conozca. Para mí, uno de los lugares más especiales de Valencia, está en lo alto, pués tienes que subir al ático, lo cual ya lo hace único. Ascender unas pequeñas escaleras y entrar, allí te espera una salaático-terraza-espacio un fondo de arte elegido con detalle, mucho trabajo y se nota que con muchas ganas y cariño.
Entras y parece que formes parte de él, los cuadros, esculturas, tapices, fotografías te envuelven hasta arroparte invitándote
a conocerlas.
Tuve la suerte hace unos días de asistir allí a un evento, me emocionó, hacía tiempo que no disfrutaba así de una inauguración: la fusión de la música y el arte junto a un fin benéfico lleno de cuidados detalles, hicieron que el tiempo se pasara volando.
Y allí descubrí entre las paredes la obra de Françoise Vanneraud, que desde aquí invito a que paséis a conocerla y sí os animáis a tener un capricho e iniciaros en el coleccionismo del arte, son pequeñas piezas, casi como caramelos. Desarraigos dice el título de sus obras, en las que multitud de recortados personajes, de distintas nacionalidades inician viajes cargados de inestabilidad por la partida y de esperanza por la llegada a un lugar mejor. Recortes de sutiles dibujos de poética belleza, que invitan a realizar divertidas composiciones.
Gentes que van y vienen, que buscan y esperan encontrar, pequeños tesoros que os animo a que conozcáis.
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