El mes que viene está previsto que empiecen los primeros viajes en el nuevo AVE que unirá Valencia con Madrid en apenas 94 minutos… un suspiro si lo comparamos con cualquier pasado aerotransportado, porque ni siquiera el avión va a resultar competitivo frente al nuevo tren habida cuenta que los viajeros de este nuevo ferrocarril saldrán y llegarán a estaciones situadas en el centro de las ciudades, añadiendo un plus de comodidad y centralidad a la prometida rapidez.
A partir de ese momento –el arranque del servicio al público del AVE–, todo el mundo presupone una revolución en las relaciones sociales y económicas entre la primera y la tercera ciudad del país, unidas al fin tras esperar décadas y ser relegada esta conexión por detrás de las líneas a Sevilla, Valladolid o Zaragoza-Barcelona. Pero bien está lo que bien acaba, en este caso una obra pública, porque lo que en verdad saludamos es una nueva época que empieza con el AVE y prosigue con lo insospechado, aunque de entrada ya tenemos una alianza financiera entre Cajamadrid y Bancaja que añade todavía más azúcar a la tarta.No sabemos a ciencia cierta qué ocurrirá, pero parece lógico que se producirá un incremento de relaciones en todos los sentidos entre las dos ciudades. No nos cabe duda que sectores como el de la hostelería, la logística e incluso la cultura y el ámbito inmobiliario, van a mejorar en Valencia, y a partir de ahí los demás deben de engancharse al tren por que, en sentido inverso, la conectividad puede traer consigo más competencia, en especial en el sector servicios. Bienvenida también la competencia, pues, que nos debe hacer mejores y más capaces.
Si aspiramos a salir de la crisis debemos tener claro que debemos ser una sociedad eficiente, talentosa, y no nos debe asustar ninguna competencia, antes al contrario, debe servirnos de acicate y estímulo. Veámonos en los buenos espejos, en el de la asociación y el ingenio, como han hecho los comercios del entorno del Mercado de Colón, creando un día de compras conjunto. O veámonos en nuestra joven escritora Carmen Amoraga –a la que nos sentimos orgullosos de tener como colaboradora en esta casa–, quien ha tocado el cielo del premio Planeta quedando finalista junto al gigantesco Eduardo Mendoza. Nuestra Carmen lleva tiempo dejando clara su capacidad para definir la psicología de nuestro tiempo, evidenciando un talento fuera de lo común para la construcción de personajes actuales, alejados de tramas enrevesadas y entretenimientos extravagantes. Una escritoraza que ya era hora que se reconociera. Un beso y mil enhorabuenas.Seguimos adelante; ahora vamos a por el corredor mediterráneo…
El mes que viene está previsto que empiecen los primeros viajes en el nuevo AVE que unirá Valencia con Madrid en apenas 94 minutos… un suspiro si lo comparamos con cualquier pasado aerotransportado, porque ni siquiera el avión va a resultar competitivo frente al nuevo tren habida cuenta que los viajeros de este nuevo ferrocarril saldrán y llegarán a estaciones situadas en el centro de las ciudades, añadiendo un plus de comodidad y centralidad a la prometida rapidez.
A partir de ese momento –el arranque del servicio al público del AVE–, todo el mundo presupone una revolución en las relaciones sociales y económicas entre la primera y la tercera ciudad del país, unidas al fin tras esperar décadas y ser relegada esta conexión por detrás de las líneas a Sevilla, Valladolid o Zaragoza-Barcelona. Pero bien está lo que bien acaba, en este caso una obra pública, porque lo que en verdad saludamos es una nueva época que empieza con el AVE y prosigue con lo insospechado, aunque de entrada ya tenemos una alianza financiera entre Cajamadrid y Bancaja que añade todavía más azúcar a la tarta.No sabemos a ciencia cierta qué ocurrirá, pero parece lógico que se producirá un incremento de relaciones en todos los sentidos entre las dos ciudades. No nos cabe duda que sectores como el de la hostelería, la logística e incluso la cultura y el ámbito inmobiliario, van a mejorar en Valencia, y a partir de ahí los demás deben de engancharse al tren por que, en sentido inverso, la conectividad puede traer consigo más competencia, en especial en el sector servicios. Bienvenida también la competencia, pues, que nos debe hacer mejores y más capaces.
Si aspiramos a salir de la crisis debemos tener claro que debemos ser una sociedad eficiente, talentosa, y no nos debe asustar ninguna competencia, antes al contrario, debe servirnos de acicate y estímulo. Veámonos en los buenos espejos, en el de la asociación y el ingenio, como han hecho los comercios del entorno del Mercado de Colón, creando un día de compras conjunto. O veámonos en nuestra joven escritora Carmen Amoraga –a la que nos sentimos orgullosos de tener como colaboradora en esta casa–, quien ha tocado el cielo del premio Planeta quedando finalista junto al gigantesco Eduardo Mendoza. Nuestra Carmen lleva tiempo dejando clara su capacidad para definir la psicología de nuestro tiempo, evidenciando un talento fuera de lo común para la construcción de personajes actuales, alejados de tramas enrevesadas y entretenimientos extravagantes. Una escritoraza que ya era hora que se reconociera. Un beso y mil enhorabuenas.Seguimos adelante; ahora vamos a por el corredor mediterráneo…
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