A mí de las obviedades me molestan muchas cosas, pero si tuviera que destacar una sería esta: me irrita que desechemos determinadas realidades precisamente por eso, por obvias. Me molesta que demos por sentado que tenemos que ser amables, justos, solidarios, cariñosos, porque es lo que se espera de los seres humanos de buen corazón. Me molesta que demos por hecho, por obvio, que los padres y las madres, por alguna mutación genética que se activa en el momento del parto, nos volvemos buenas personas que no queremos para nuestros hijos nada más que lo mejor. En general, así es. Pero hay casos que demuestran lo contrario. Por ejemplo, los padres que maltratan a sus hijos física o psicológicamente. Los que los agreden. Los que ponen fin a su vida con el pretexto de que no pueden vivir sin ellos, como ese hijo de Satanás que ha matado a su hijo de 4 años porque su ex mujer tenía intención de llevarlo a vivir con ella tras la separación. Leo estas cosas y me molesta, sobremanera, que se de por sentado que todos los padres y madres somos iguales, es decir, buenos.
A mí de las obviedades me molestan muchas cosas, pero si tuviera que destacar una sería esta: me irrita que desechemos determinadas realidades precisamente por eso, por obvias. Me molesta que demos por sentado que tenemos que ser amables, justos, solidarios, cariñosos, porque es lo que se espera de los seres humanos de buen corazón. Me molesta que demos por hecho, por obvio, que los padres y las madres, por alguna mutación genética que se activa en el momento del parto, nos volvemos buenas personas que no queremos para nuestros hijos nada más que lo mejor. En general, así es. Pero hay casos que demuestran lo contrario. Por ejemplo, los padres que maltratan a sus hijos física o psicológicamente. Los que los agreden. Los que ponen fin a su vida con el pretexto de que no pueden vivir sin ellos, como ese hijo de Satanás que ha matado a su hijo de 4 años porque su ex mujer tenía intención de llevarlo a vivir con ella tras la separación. Leo estas cosas y me molesta, sobremanera, que se de por sentado que todos los padres y madres somos iguales, es decir, buenos.
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