Todavía no remontamos pero es difícil que vayamos a mucho peor. Y si no, consultemos el ejemplo de Juan Roig, nuestro top of the tops, el rey de Mercadona, quien en un atisbo de realidad pura y dura vaticinó que lo mejor de este 2011 es que iba a ser mejor que 2012. Pero Roig está generando múltiples oportunidades, mejorando, haciéndose más y más competitivo. Y digo yo, en mi ingenuidad, que si Roig apuesta es que lo hace por el futuro, no tira la toalla, no coge su dinero y se va a un paraíso a disfrutarlo. No, sigue aquí, generando actividad. Luego tenemos raíces suficientes como para impulsarnos hacia adelante, ¿no?
Así lo creo, necesitamos ganar confianza en nosotros mismos y generarla hacia el exterior. Miren ustedes, soy optimista, mucho, creo que esto se va a arreglar a poco que actuemos con sensatez y con perseverancia. Acabamos de ver como los restauradores se han volcado en la Ciudad de las Ciencias para sacar adelante el Congreso Mundial del Arroz, y hemos visto, como nunca, un llenazo para abrir temporada en el IVAM, con presencia incluida del nuevo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, la consellera de Cultura, Dolores Johnson, y el secretario autonómico Rafael Ripoll. Presencia de políticos, pero sobre todo de artistas y críticos para arropar a Consuelo Ciscar, víctima de una payasada de campaña.
Llegan los recortes, sí, pero llega a su vez la hora de la imaginación, la hora de transformar la necesidad en virtud. La cartelera teatral que arranca este octubre es una buena muestra. Se arranca la Universitat, que a pesar de sus necesidades presupuestarias mantiene una programación de altura, con más contenidos y menos grandes nombres. Y lo hace Teatres, y el constante equipo del Circuit del Café-teatre, y cómo no, el incombustible Olympia de los hermanos Fayos.
Y lo mismo cabe decir de la temporada artística, que se inicia con la inauguración conjunta de las galerías que resisten, aunque lo que se observa en el campo del arte es una clara evolución hacia los espacios alternativos, no comerciales, más jóvenes y plurales en sus manifestaciones plásticas. Según lo veo, tiene más rictus ahora comprarse un vestido de Armani o una cocina de Bulthaup antes que una pintura original, entre otras razones porque ya pocos creen en la propia pintura.
Parece que creemos más en la fotografía, en las nuevas tecnologías y en el diseño. Así que, no es por nada, pero Valencia City inaugura sección dedicada al interiorismo y al diseño. Es la consecuencia de la resaca del éxito que ha significado la feria Habitat y la Valencia Diseny Week.
Todavía no remontamos pero es difícil que vayamos a mucho peor. Y si no, consultemos el ejemplo de Juan Roig, nuestro top of the tops, el rey de Mercadona, quien en un atisbo de realidad pura y dura vaticinó que lo mejor de este 2011 es que iba a ser mejor que 2012. Pero Roig está generando múltiples oportunidades, mejorando, haciéndose más y más competitivo. Y digo yo, en mi ingenuidad, que si Roig apuesta es que lo hace por el futuro, no tira la toalla, no coge su dinero y se va a un paraíso a disfrutarlo. No, sigue aquí, generando actividad. Luego tenemos raíces suficientes como para impulsarnos hacia adelante, ¿no?
Así lo creo, necesitamos ganar confianza en nosotros mismos y generarla hacia el exterior. Miren ustedes, soy optimista, mucho, creo que esto se va a arreglar a poco que actuemos con sensatez y con perseverancia. Acabamos de ver como los restauradores se han volcado en la Ciudad de las Ciencias para sacar adelante el Congreso Mundial del Arroz, y hemos visto, como nunca, un llenazo para abrir temporada en el IVAM, con presencia incluida del nuevo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, la consellera de Cultura, Dolores Johnson, y el secretario autonómico Rafael Ripoll. Presencia de políticos, pero sobre todo de artistas y críticos para arropar a Consuelo Ciscar, víctima de una payasada de campaña.
Llegan los recortes, sí, pero llega a su vez la hora de la imaginación, la hora de transformar la necesidad en virtud. La cartelera teatral que arranca este octubre es una buena muestra. Se arranca la Universitat, que a pesar de sus necesidades presupuestarias mantiene una programación de altura, con más contenidos y menos grandes nombres. Y lo hace Teatres, y el constante equipo del Circuit del Café-teatre, y cómo no, el incombustible Olympia de los hermanos Fayos.
Y lo mismo cabe decir de la temporada artística, que se inicia con la inauguración conjunta de las galerías que resisten, aunque lo que se observa en el campo del arte es una clara evolución hacia los espacios alternativos, no comerciales, más jóvenes y plurales en sus manifestaciones plásticas. Según lo veo, tiene más rictus ahora comprarse un vestido de Armani o una cocina de Bulthaup antes que una pintura original, entre otras razones porque ya pocos creen en la propia pintura.
Parece que creemos más en la fotografía, en las nuevas tecnologías y en el diseño. Así que, no es por nada, pero Valencia City inaugura sección dedicada al interiorismo y al diseño. Es la consecuencia de la resaca del éxito que ha significado la feria Habitat y la Valencia Diseny Week.
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