Pare­jo y Rodri­go, dos gran­des fut­bo­lis­tas que se entien­den vien­do el mejor fút­bol, están aho­ra en entre­di­cho, al pare­cer por­que su ficha es muy ele­va­da. Quie­re eso decir que la pró­xi­ma tem­po­ra­da el equi­po vol­ve­rá a bajar un pel­da­ño, o dos, en cuan­to a cali­dad. Así será difí­cil vol­ver a Euro­pa e impo­si­ble con­se­guir plus­va­lías sufi­cien­tes para la pro­pie­dad o para aca­bar el nue­vo esta­dio.

Vamos a inten­tar acla­rar las cosas tras las sema­nas de zozo­bra que vive la enti­dad Valen­cia CF SAD, moti­va­das por una cade­na de malos resul­ta­dos, el des­pi­do de un entre­na­dor más, la dimi­sión de otro direc­tor téc­ni­co y la pési­ma polí­ti­ca de comu­ni­ca­ción del pre­­si­­de­n­­te-gere­n­­te de la mis­ma que inclu­ye el silen­cio sepul­cral de la pro­pie­dad en con­tras­te con la ani­ma­ción que mues­tran sus hijos en las redes socia­les así como las nume­ro­sas fil­tra­cio­nes sobre un hipo­té­ti­co futu­ro de la plan­ti­lla.

Que muchos bue­nos perio­dis­tas valen­cia­nos, gran­des exju­ga­do­res del Valen­cia como Cla­ra­munt, Subirats o Fer­nan­do y una par­te impor­tan­te de la afi­ción cues­tio­ne el domi­nio de Peter Lim no obe­de­ce ni al carác­ter sil­ves­tre de los valen­cia­nos ni a la nega­ción del prin­ci­pio de pro­pie­dad en esta par­te extra­va­gan­te del mun­do. Expli­que­mos los hechos y sus argu­men­tos.

Como en cual­quier otro lugar, si los resul­ta­dos fue­ran bue­nos, Lim sería estu­pen­do, y si son nega­ti­vos, un mal­va­do. Pero en este caso, llue­ve sobre moja­do, y son ya tan­tas las oca­sio­nes en las que los erro­res apun­tan a Sin­ga­pur que con­vie­ne recor­dar­lo:

El señor Lim es o ha podi­do ser socio en algún nego­cio con el agen­te de juga­do­res Jor­ge Men­des, y en cual­quier caso, le une una entra­ña­ble amis­tad, que no ocul­ta, a dicho agen­te. Lo cual resul­ta inapro­pia­do según las nor­mas del dere­cho mer­can­til más ele­men­tal. En pocas pala­bras, Lim podría estar incu­rrien­do en un con­flic­to de intere­ses entre su pro­pie­dad y sus rela­cio­nes con Men­des. 

Osten­tar la pro­pie­dad del club, en este caso poseer la mayo­ría accio­na­rial de una socie­dad anó­ni­ma depor­ti­va, no equi­va­le a poder actuar como un señor feu­dal, sino ate­ner­se a las reglas que las leyes mer­can­ti­les dis­po­nen. Y en este asun­to pare­ce obvio que cuan­do el Valen­cia CF ficha o ven­de a un juga­dor repre­sen­ta­do por Men­des no sabe­mos a qué intere­ses res­pon­de el señor Lim. El res­to de accio­nis­tas, al menos, lo des­co­no­cen.

Si resul­ta que la polí­ti­ca de ficha­jes del Valen­cia ha esta­do amplia­men­te domi­na­da por los fut­bo­lis­tas y entre­na­do­res en la órbi­ta de la empre­sa de Men­des, y que muchos han sido cues­tio­na­bles, se enten­de­rá el enfa­do de la afi­ción, que no es estú­pi­da y com­pren­de, gros­so modo, los intere­ses dine­ra­rios que andan en jue­go.

No es cues­tión de dar nom­bres, pero la lis­ta de insó­li­tos ficha­jes es lar­ga, la de cuan­tías des­pro­por­cio­na­das en algu­na que otra tran­sac­ción, tam­bién. Si ade­más nadie expli­ca nada con sen­ti­do común en esta enti­dad y se suce­den los acon­te­ci­mien­tos diri­gi­dos silen­cio­sa­men­te des­de Sin­ga­pur, se deja tras­lu­cir una polí­ti­ca capri­cho­sa y esca­sa­men­te pro­fe­sio­nal, par­ti­cu­lar­men­te gra­ve en un mun­do, el fut­bo­lís­ti­co, some­ti­do a una gran com­pe­ti­ti­vi­dad y a una pre­sión mediá­ti­ca cons­tan­te. 

Lim, des­de lue­go, pare­ce evi­den­te a ojos de cual­quier afi­cio­na­do, no ha acer­ta­do en la elec­ción de sus pre­­si­­de­n­­tes-gere­n­­tes, ni en la de sus secre­ta­rios téc­ni­cos y ni en la de sus entre­na­do­res. O se han ido o los ha tira­do, el resul­ta­do es el mis­mo: ines­ta­bi­li­dad, fal­ta de soli­dez y, en con­se­cuen­cia, des­áni­mo del entorno. Y ya sabe­mos lo impor­tan­te que es el entorno en el fút­bol por mucho coro­na­vi­rus que haya veni­do a vaciar los esta­dios, en este caso por suer­te para Lim, sus direc­ti­vos y fut­bo­lis­tas que no han teni­do que lidiar en direc­to con el enfa­do de la afi­ción.

Geren­tes, secre­ta­rios téc­ni­cos y entre­na­do­res, las tres patas sobre las que se cimen­ta cual­quier polí­ti­ca de ficha­jes de un club de fút­bol para levan­tar un pro­yec­to depor­ti­vo, ade­cua­do a los recur­sos que se pue­dan movi­li­zar y que cons­tru­yan una plan­ti­lla lo sufi­cien­te­men­te lar­ga y armo­nio­sa. Nada de todo lo cual ha podi­do lle­var­se a cabo en la épo­ca Lim sal­vo en algu­nos momen­tos fuga­ces. Por el con­tra­rio, la impre­sión gene­ral, inclu­so entre los que no entien­den de fút­bol, es que se han con­tra­ta­do pro­fe­sio­na­les en fun­ción de la des­pen­sa de Ges­ti­fu­te, la empre­sa del señor Men­des.

Y final­men­te, cues­ta creer tan­ta tor­pe­za estra­té­gi­ca en el entorno de Lim al ana­li­zar el nego­cio del fút­bol, en el que la sen­ti­men­ta­li­dad es un fac­tor deci­si­vo. Don­de por más que todos los afi­cio­na­dos dejen de ser niños que ido­la­tren a sus ído­los, cada enti­dad soma­ti­za unas reglas pro­pias que mejo­ran la empa­tía de las par­tes o des­atan todos los demo­nios fami­lia­res. Cada club tie­ne sus teclas sin­gu­la­res: la riva­li­dad del Betis y el Sevi­lla, por ejem­plo, o la que con­fron­ta a Madrid y Barça… limi­ta de hecho los nego­cios entre estos clu­bes. 

En el caso del Valen­cia se tra­ta de un equi­po his­tó­ri­co, que es per­fec­ta­men­te cons­cien­te que no le alcan­za para lidiar con los dos gran­des, pero que su des­tino con­sis­te en pelear en el gru­po de los per­se­gui­do­res, ser com­pe­ti­ti­vo, luchar la cami­se­ta y, de vez en cuan­do, dar algu­na satis­fac­ción a los suyos. Lo que deja a su afi­ción sin alma es com­pro­bar que varias tem­po­ra­das segui­das se ha inten­ta­do ven­der a su mejor juga­dor, por un pre­cio muy infe­rior a la cláu­su­la y a un equi­po rival direc­to. No somos nadie. 

El Valen­cia eli­mi­nó al pode­ro­so Ajax en Ams­ter­dam. Fue este mis­mo año. Rodri­go dedi­có su his­tó­ri­co gol a la afi­ción que se des­pla­zó has­ta la fría Holan­da.

Des­de los extra­or­di­na­rios tiem­pos de las dos fina­les de Cham­pions y el doble­te, el Valen­cia no solo se arrui­nó con la des­tar­ta­la­da ges­tión de Bau­tis­ta Soler y ha deja­do una obra aban­do­na­da en medio de la ciu­dad –¡ya era hora que el Ayun­ta­mien­to se pusie­ra fir­me!–, sino que ha caí­do a la quin­ta o sex­ta posi­ción natu­ral del cam­peo­na­to espa­ñol. Mien­tras el pro­yec­to de Lim da ban­da­zos, el Sevi­lla se ha con­so­li­da­do gra­cias a un caza­dor de talen­tos y el Atlé­ti­co ha subi­do un pel­da­ño de nivel. La emer­gen­cia del Villa­rreal, ade­más, le hace per­der la coro­na regio­nal que pare­cía indis­cu­ti­ble. Que­da la his­to­ria por más que el club no ten­ga ni museo.

En medio de la tor­men­ta se suce­den las fil­tra­cio­nes de nom­bres de juga­do­res a los que se va a tras­pa­sar, prác­ti­ca­men­te media plan­ti­lla, y obvia­men­te, en pri­mer lugar, aque­llos que dis­fru­tan de la ficha más alta. Da igual que no haya entre­na­dor ni secre­ta­rio téc­ni­co, es indi­fe­ren­te que sepa­mos a qué va a jugar el equi­po la pró­xi­ma tem­po­ra­da, inclu­so se des­co­no­ce si el coro­na­vi­rus va a seguir con­di­cio­nan­do el cam­peo­na­to. Pero de momen­to, ahí van nom­bres, por­que de ese modo tal vez pien­sen que se pla­ni­fi­ca mejor des­de la tabla rasa y, de paso, sana el ambien­te en el ves­tua­rio y se moti­va a sus capi­ta­nes.

Y fal­ta por ana­li­zar el papel de Ban­kia en esta mini­se­rie y la posi­ción del señor Igna­cio Goi­ri­gol­za­rri en el esper­pen­to, pues fue él quien negó el plan alter­na­ti­vo para la ges­tión del club refi­nan­cian­do una deu­da que era via­ble dado el impor­tan­te patri­mo­nio de la socie­dad. En cam­bio, Ban­kia pre­fi­rió la ven­ta a un per­so­na­je tan lejano como des­co­no­ci­do, al que ade­más for­zó uti­li­zan­do una cam­pa­ña de mar­ke­ting escan­da­lo­sa en los medios de comu­ni­ca­ción para man­te­ner ser­vi­les a los perio­dis­tas mien­tras los direc­ti­vos del ban­co, toda­vía públi­co, mejo­ra­ban la con­ta­bi­li­dad de sus libros. Y de aque­llos pol­vos, estos lodos.

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