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¡Por fin se hicie­ron públi­cos los tan comen­ta­dos test de stress de la ban­ca euro­pea! ¿Y bien ? Pues como siem­pre, opi­nio­nes para todos los gus­tos. Las con­clu­sio­nes de los ana­lis­tas podrían resu­mir­se de la siguien­te mane­ra:
1. No refle­jan los resul­ta­dos de toda la ban­ca de cada país ante esce­na­rios de ten­sio­nes con cier­tas varia­bles.
2. Las varia­bles que se uti­li­zan no son homo­gé­neas para todos los paí­ses (esce­na­rios de des­em­pleo, baja­da de los pre­cios de la vivien­da y sue­lo, moro­si­dad, etc.)
3. No se con­tem­plan ries­gos de impa­go de deu­da sobe­ra­na de ter­ce­ros paí­ses.
4. Se compu­tan como recur­sos de la Tier I , ayu­das esta­ta­les, más pró­xi­mos a la figu­ra de los bonos que al capi­tal y reser­vas de bene­fi­cios no dis­tri­bui­dos.
De las ante­rio­res crí­ti­cas, se pue­de o no estar de acuer­do en la tota­li­dad o par­te de las mis­mas, pero lo cier­to que todas ellas son bas­tan­te acer­ta­das. Y la con­clu­sión podría ser que, que­rien­do hacer un ejer­ci­cio de trans­pa­ren­cia, los Gobier­nos y la Ban­ca han ocul­ta­do deli­be­ra­da­men­te par­te de “sus ver­güen­zas”.
En el fon­do, la publi­ca­ción de las men­cio­na­das prue­bas fue un inte­li­gen­te movi­mien­to estra­té­gi­co de un puña­do de ban­cos sanea­dos, y bien diri­gi­dos, del sis­te­ma finan­cie­ro espa­ñol, alen­ta­do por el Ban­co de Espa­ña, para evi­tar el cie­rre de los mer­ca­dos ante el cúmu­lo de rumo­res que ate­na­za­ban a los acree­do­res del mis­mo. Los agu­je­ros finan­cie­ros de par­te del sis­te­ma finan­cie­ro espa­ñol (y ya sabe­mos a quie­nes nos refe­ri­mos), esta­ban impi­dien­do a los sanea­dos recu­rrir a los mer­ca­dos de deu­da en con­di­cio­nes ade­cua­das a la for­ta­le­za de sus balan­ces.
Por otro lado, los inver­so­res han sabi­do reco­no­cer lo que muchos intuía­mos. El stress o esce­na­rio de ten­sión al que se some­tió a la ban­ca y a las cajas de aho­rros espa­ño­las es, efec­ti­va­men­te, el esce­na­rio cono­ci­do y aho­ra, por fin, reco­no­ci­do. Y lo digo por­que, un esce­na­rio de baja­da de pre­cio de la vivien­da en Espa­ña del 30% de media en la cons­trui­da, un 50% en la que no está ter­mi­na­da, y un 60% en el sue­lo, son pará­me­tros simi­la­res a los que algu­nos uti­li­zá­ba­mos ¡des­de julio de 2008! (con infor­mes y con­fe­ren­cias en las que ana­li­za­ba las cifras) para ana­li­zar la evo­lu­ción del mer­ca­do resi­den­cial espa­ñol.
Por ello, la ver­da­de­ra uti­li­dad de las prue­bas en nues­tro país y en los mer­ca­dos inter­na­cio­na­les con­sis­te en saber cuán­to ha per­di­do cada enti­dad con el des­plo­me del mer­ca­do inmo­bi­lia­rio. Es una mane­ra crea­ti­va y curio­sa de ento­nar el “mea cul­pa”, pero un reco­no­ci­mien­to al fin y al cabo. Y ese es el pri­mer paso, reco­no­cer y cuan­ti­fi­car el pro­ble­ma. El segun­do, tra­zar la ruta para recu­pe­rar el equi­li­brio patri­mo­nial de los balan­ces (con ayu­das, amplia­cio­nes de capi­tal, pro­vi­sio­nan­do, liqui­dan­do acti­vos tóxi­cos, etc). El ter­ce­ro, vol­ver al nego­cio ban­ca­rio: pres­tar y cap­tar aho­rros. Ya que­da menos…
 

¡Por fin se hicie­ron públi­cos los tan comen­ta­dos test de stress de la ban­ca euro­pea! ¿Y bien ? Pues como siem­pre, opi­nio­nes para todos los gus­tos. Las con­clu­sio­nes de los ana­lis­tas podrían resu­mir­se de la siguien­te mane­ra:
1. No refle­jan los resul­ta­dos de toda la ban­ca de cada país ante esce­na­rios de ten­sio­nes con cier­tas varia­bles.
2. Las varia­bles que se uti­li­zan no son homo­gé­neas para todos los paí­ses (esce­na­rios de des­em­pleo, baja­da de los pre­cios de la vivien­da y sue­lo, moro­si­dad, etc.)
3. No se con­tem­plan ries­gos de impa­go de deu­da sobe­ra­na de ter­ce­ros paí­ses.
4. Se compu­tan como recur­sos de la Tier I , ayu­das esta­ta­les, más pró­xi­mos a la figu­ra de los bonos que al capi­tal y reser­vas de bene­fi­cios no dis­tri­bui­dos.
De las ante­rio­res crí­ti­cas, se pue­de o no estar de acuer­do en la tota­li­dad o par­te de las mis­mas, pero lo cier­to que todas ellas son bas­tan­te acer­ta­das. Y la con­clu­sión podría ser que, que­rien­do hacer un ejer­ci­cio de trans­pa­ren­cia, los Gobier­nos y la Ban­ca han ocul­ta­do deli­be­ra­da­men­te par­te de “sus ver­güen­zas”.
En el fon­do, la publi­ca­ción de las men­cio­na­das prue­bas fue un inte­li­gen­te movi­mien­to estra­té­gi­co de un puña­do de ban­cos sanea­dos, y bien diri­gi­dos, del sis­te­ma finan­cie­ro espa­ñol, alen­ta­do por el Ban­co de Espa­ña, para evi­tar el cie­rre de los mer­ca­dos ante el cúmu­lo de rumo­res que ate­na­za­ban a los acree­do­res del mis­mo. Los agu­je­ros finan­cie­ros de par­te del sis­te­ma finan­cie­ro espa­ñol (y ya sabe­mos a quie­nes nos refe­ri­mos), esta­ban impi­dien­do a los sanea­dos recu­rrir a los mer­ca­dos de deu­da en con­di­cio­nes ade­cua­das a la for­ta­le­za de sus balan­ces.
Por otro lado, los inver­so­res han sabi­do reco­no­cer lo que muchos intuía­mos. El stress o esce­na­rio de ten­sión al que se some­tió a la ban­ca y a las cajas de aho­rros espa­ño­las es, efec­ti­va­men­te, el esce­na­rio cono­ci­do y aho­ra, por fin, reco­no­ci­do. Y lo digo por­que, un esce­na­rio de baja­da de pre­cio de la vivien­da en Espa­ña del 30% de media en la cons­trui­da, un 50% en la que no está ter­mi­na­da, y un 60% en el sue­lo, son pará­me­tros simi­la­res a los que algu­nos uti­li­zá­ba­mos ¡des­de julio de 2008! (con infor­mes y con­fe­ren­cias en las que ana­li­za­ba las cifras) para ana­li­zar la evo­lu­ción del mer­ca­do resi­den­cial espa­ñol.
Por ello, la ver­da­de­ra uti­li­dad de las prue­bas en nues­tro país y en los mer­ca­dos inter­na­cio­na­les con­sis­te en saber cuán­to ha per­di­do cada enti­dad con el des­plo­me del mer­ca­do inmo­bi­lia­rio. Es una mane­ra crea­ti­va y curio­sa de ento­nar el “mea cul­pa”, pero un reco­no­ci­mien­to al fin y al cabo. Y ese es el pri­mer paso, reco­no­cer y cuan­ti­fi­car el pro­ble­ma. El segun­do, tra­zar la ruta para recu­pe­rar el equi­li­brio patri­mo­nial de los balan­ces (con ayu­das, amplia­cio­nes de capi­tal, pro­vi­sio­nan­do, liqui­dan­do acti­vos tóxi­cos, etc). El ter­ce­ro, vol­ver al nego­cio ban­ca­rio: pres­tar y cap­tar aho­rros. Ya que­da menos…
 

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