Algún veterano periodista ha comentado el cansancio que le produce la continuada presencia de Santiago Segura en todos los periódicos, revistas, carteleras, radios y televisiones nacionales, autonómicas, comarcales y locales durante la intensa campaña de promoción de Torrente 5: Operación Eurovegas. Puede que no le falte razón.
Cada vez que inicia la promoción de una de sus películas, el cineasta madrileño parece estar en todas partes y a todas horas, como si fuese Dios Omnipresente.
Sin embargo, quienes critican la omnipresencia de Segura en todos los medios no deberían olvidar que una parte importante del éxito millonario en euros y espectadores de la saga Torrente reside en el empeño de su director y protagonista en no dejar ningún sitio sin visitar con el fin de publicitar sus películas. En ese sentido es un auténtico corredor de maratones mediáticas.
Recuerdo que durante la promoción de Torrente 2: Misión en Marbella en 2001, Segura se desplazó a Valencia, donde le esperaba Arturo Valls, para presentar su película a los medios en los cines Lys, aunque la cinta ya llevase más de una semana estrenada.
Segura no solamente ofreció ofreció una multitudinaria rueda de prensa, si no que luego se pasó casi cuatro horas atendiendo pacientemente a cualquier medio que pidiera una entrevista, ya fuese una remota televisión local del Rincón de Ademuz, una modesta publicación universitaria de cine o una radio pirata.
A todos atendió con su habitual desparpajo e ironía, sin hacer distinciones ni discriminaciones. Una actitud condescendiente y democrática que agradecieron los periodistas. Trece años después, ya no le ha hecho falta pasar por Valencia para presentar Torrente 5 Operación Eurovegas, porque ahora contamos con la estruendosa caja de resonancia de Internet.
Pese a la importancia actual de las redes sociales y la publicidad viral, Segura sigue acudiendo a todas las teles a vender su película porque sabe que la caja tonta sigue siendo el punto de partida de mucho ronroneo en la red. Se trata de una labor extenuante y sacrificada, pero a Segura no le importa cocinar en directo o someterse a la máquina de la verdad si a cambio puede recordar a la audiencia que Torrente está en todos los cines de España.
En este tipo de entrevistas, Segura se enfunda la tradicional camiseta negra con el logotipo de Torrente, para dejar bien claro cuál es su único objetivo: conseguir que su película bata todos los récords de recaudación y asistencia.
Con Torrente 5, sin duda, tiene posibilidades de lograr sus objetivos, puesto que en los primeros veinte días de su estrenó recaudó 7,7 millones de euros y fue vista por 1,2 millones de espectadores. La competencia, sin embargo es muchísimo más difícil que en otros años, pues en cartelera ha tenido como rivales a dos excelentes películas españolas que también están teniendo muy buenos resultados de público y taquilla: La isla maldita de Alberto Rodríguez y El niño de Daniel Montón.
Santiago Segura tendrá que recorrer aún muchas radios y televisiones para alcanzar las cifras de la comedia Ocho apellidos vascos de Emilio Martínez Lázaro, que ya se ha convertido en la película más taquillera de la historia del cine español con más de nueve millones de espectadores y 56 millones de recaudación.
Pese a los dos millones de euros de presupuesto en publicidad y copias de un total de los ocho y medio que ha costado Torrente 5, Segura se ha entregado a promocionar su película con el entusiasmo y la tenacidad propios de un principiante que ha rodado su ópera prima.
Esta actitud debería servir de ejemplo a las nuevas generaciones de cineastas porque cada vez va a ser más difícil captar la atención de un público joven con la atención dispersa y la mirada secuestrada por la pantalla del móvil entre los twitters y los whatsapp.
Algún veterano periodista ha comentado el cansancio que le produce la continuada presencia de Santiago Segura en todos los periódicos, revistas, carteleras, radios y televisiones nacionales, autonómicas, comarcales y locales durante la intensa campaña de promoción de Torrente 5: Operación Eurovegas. Puede que no le falte razón.
Cada vez que inicia la promoción de una de sus películas, el cineasta madrileño parece estar en todas partes y a todas horas, como si fuese Dios Omnipresente.
Sin embargo, quienes critican la omnipresencia de Segura en todos los medios no deberían olvidar que una parte importante del éxito millonario en euros y espectadores de la saga Torrente reside en el empeño de su director y protagonista en no dejar ningún sitio sin visitar con el fin de publicitar sus películas. En ese sentido es un auténtico corredor de maratones mediáticas.
Recuerdo que durante la promoción de Torrente 2: Misión en Marbella en 2001, Segura se desplazó a Valencia, donde le esperaba Arturo Valls, para presentar su película a los medios en los cines Lys, aunque la cinta ya llevase más de una semana estrenada.
Segura no solamente ofreció ofreció una multitudinaria rueda de prensa, si no que luego se pasó casi cuatro horas atendiendo pacientemente a cualquier medio que pidiera una entrevista, ya fuese una remota televisión local del Rincón de Ademuz, una modesta publicación universitaria de cine o una radio pirata.
A todos atendió con su habitual desparpajo e ironía, sin hacer distinciones ni discriminaciones. Una actitud condescendiente y democrática que agradecieron los periodistas. Trece años después, ya no le ha hecho falta pasar por Valencia para presentar Torrente 5 Operación Eurovegas, porque ahora contamos con la estruendosa caja de resonancia de Internet.
Pese a la importancia actual de las redes sociales y la publicidad viral, Segura sigue acudiendo a todas las teles a vender su película porque sabe que la caja tonta sigue siendo el punto de partida de mucho ronroneo en la red. Se trata de una labor extenuante y sacrificada, pero a Segura no le importa cocinar en directo o someterse a la máquina de la verdad si a cambio puede recordar a la audiencia que Torrente está en todos los cines de España.
En este tipo de entrevistas, Segura se enfunda la tradicional camiseta negra con el logotipo de Torrente, para dejar bien claro cuál es su único objetivo: conseguir que su película bata todos los récords de recaudación y asistencia.
Con Torrente 5, sin duda, tiene posibilidades de lograr sus objetivos, puesto que en los primeros veinte días de su estrenó recaudó 7,7 millones de euros y fue vista por 1,2 millones de espectadores. La competencia, sin embargo es muchísimo más difícil que en otros años, pues en cartelera ha tenido como rivales a dos excelentes películas españolas que también están teniendo muy buenos resultados de público y taquilla: La isla maldita de Alberto Rodríguez y El niño de Daniel Montón.
Santiago Segura tendrá que recorrer aún muchas radios y televisiones para alcanzar las cifras de la comedia Ocho apellidos vascos de Emilio Martínez Lázaro, que ya se ha convertido en la película más taquillera de la historia del cine español con más de nueve millones de espectadores y 56 millones de recaudación.
Pese a los dos millones de euros de presupuesto en publicidad y copias de un total de los ocho y medio que ha costado Torrente 5, Segura se ha entregado a promocionar su película con el entusiasmo y la tenacidad propios de un principiante que ha rodado su ópera prima.
Esta actitud debería servir de ejemplo a las nuevas generaciones de cineastas porque cada vez va a ser más difícil captar la atención de un público joven con la atención dispersa y la mirada secuestrada por la pantalla del móvil entre los twitters y los whatsapp.
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